En apenas diez años, y con el aval del auge de las llamadas sneakers (un término totalmente pervertido), se han multiplicado exponencialmente las tiendas especializadas en este universo hasta unos niveles que solo acaban acarreando problemas. mos dicho, muy amplio, pero el globo ya está empezando a deshincharse. Y no porque la demanda haya bajado. Es comprensible que cadenas y grupos tengan que buscar nuevas vías de negocio porque con las “tradicionales” cuesta avanzar como se espera, sobre todo si en breve dejan de contar con la confianza de las grandes multinacionales, pero eso no debería impedir que, además de originales, fueran más objetivos y fueran capaces de dimensionar el sector en su justa medida. Las marcas, por su parte, deberían empezar a pensar en las consecuencias que puede tener a largo plazo dar cancha a cualquier proyecto que les suponga más ventas. El fantasma de la sobreoferta no está tan lejos como muchos creen.Y la sobreoferta, como la sobreproducción, lleva irremediablemente al colapso. UNA ERA POSTCOVID MÁS RACIONAL 2020 ha sido un año de transición.Y todo apunta que el primer semestre de 2021 también lo será. Encontrar categorías que hayan ganado cuota en unos meses tan complicados es difícil, y probablemente todas tengan que ver más con lo atlético que con lo casual, pero aún así el comportamiento del calzado urbano, viendo el panorama, puede considerarse bueno. El online, obviamente, sacó partido durante el encierro, pero después, con las tiendas abiertas (con o sin límites de aforo) también el offline ha conseguido sacarle mucho provecho a esta categoría.Aferrarse a ella para volver a coger ritmo. Decir que el calzado urbano tiene peligro de extinguirse es atrevido y absurdo. Por muy mal que estén haciendo las cosas algunos operadores, a fondo 84 por muchas tiendas que se abran sin mucho sentido, esta categoría es y será fuerte.Y su margen de recorrido sigue siendo muy amplio. Los volúmenes de venta que genera son muy altos y, siendo tendencia, no dejaran de serlo. El calzado es uno de los artículos con mayor demanda en un país como el nuestro y, en este sentido, ni la crisis del covid conseguirá cambiar esta tendencia. Pero este potencial es un arma de doble filo. Mucho más peligrosa que cualquier pandemia. Su crecimiento ha sido tan fuerte y tan rápido que muchos han querido aprovechar la oportunidad. Y la frontera entre ese “muchos” y un “demasiados” es cada vez más imperceptible.Y los cierres que ya se han dado, y no todos motivados por la crisis del coronavirus, son un buen ejemplo de la necesidad de ser mucho más racional a la hora de abrir nuevos negocios. Yen eso tienen mucho que “aportar” las marcas, que durante años han sido cómplices de estas exageradas aperturas. En definitiva, lo importante es que aunque la moda de las mal llamadas sneakers se desinfle un poco, y se frene en seco la exagerada apertura de tiendas especializadas en calzado casual, las ventas, más allá del canal en las que se hagan, seguirán a un buen ritmo. El calzado tiene una rotación muy alta y la barrera del precio ya hace tiempo que se ha superado. Las cuotas, lógicamente, irán variando en función de si tiene más tirón una marca u otra (eso es lo malo de la moda), pero a pesar de la fuerte competencia, del peso que presumiblemente ganarán otros canales, sobre todo el online, esta categoría seguirá siendo uno de los grandes pilares de marcas y tiendas. Del sector en general.
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