El calzado urbano, lifestyle, streetwear o como quiera llamársele, ha sobrevivido a cuantos baches se le han puesto por delante. Las ventas, ahora, siguen siendo muy dinámicas, y la demanda se mantiene en niveles muy buenos. El problema es la oferta, que desde hace algunos meses está dando signos de descontrol. 105 el boom del calzado urbano con look deportivo fue del todo casual. Nunca mejor dicho. La moda, no sabríamos decir muy bien por qué, empezó a ver con muy buenos ojos el calzado técnico de deportes como el tenis, el baloncesto o el fitness, y algunos modelos de referencia de estos segmentos se convirtieron como hemos dicho antes, en iconos del calzado urbano. Con el tiempo, ese “sin quererlo” se convirtió en un “queriendo”. La moda ya era tendencia y la demanda era tan alta que tocaba replantearse la oferta. Las colecciones empezaron a segmentarse claramente entre lo técnico y lo casual, y una gran parte de las líneas urbanas se construían sobre la base de un rediseño de modelos atléticos o de una reinterpretación (a veces ni eso) de modelos de diez o veinte años atrás. El gran punto de inflexión en el mundo del deporte lo marcaron marcas como Puma, adidas o Converse, las primeras que dieron una nueva dimensión –y uso- a los modelos más técnicos. El camino marcado por estas marcas –y por alguna otra más- lo siguieron otras grandes generalistas que, con una capacidad de maniobra brutal (y un fondo de armario considerable para actualizar viejos iconos), empezaron a apostar por el calzado casual/ urbano y rápidamente se convirtieron los grandes referentes de la categoría.Y tras los pasos de estos gigantes, empezaron el cambio las marcas más técnicas, sobre todo las vinculadas al emergente mundo del running, imponiendo con fuerza el llamado retrorunning.Y los resultados fueron, simplemente, espectaculares. Basta ver, por ejemplo, el boom que han experimentado marcas como Diadora, Saucony y, sobre todo, New Balance, con sus líneas casual inspiradas en sus modelos running de hace años. También el universo gliss fue determinante en este cambio de tendencia, sobre todo en una franja muy concreta -e importante-. En muy poco tiempo, las grandes de este universo inundaron las calles de todo el mundo. Ya habían impuesto su look en textil, pero en calzado, este crecimiento fue, además de espectacular en volumen, espectacular en regularidad. El fuerte bache que sufrió el llamado gliss con la crisis económica de hace una década apenas se dejó notar en la categoría de calzado, y marcas como Vans, DC, Element o, incluso, la línea SB de Nike, lograron muy buenas ventas. Y siguen manteniéndolas. En la lista de “impulsores” tampoco podemos olvidarnos de la catalana Munich. Con una larga historia como fabricante de calzado fútbol y fútbol sala, hace apenas dos décadas decidió apostar fuerte por la moda deportiva y lo hizo, además, diferenciando claramente sus colecciones -y sus canales de venta-.Y el resultado fue, simplemente, espectacular. Su éxito, que perdura en el tiempo, fue inspiración para otras muchas marcas, que no dudaron en hacer esta transición de las canchas a la calle. Sea como sea, y marcas aparte, es obvio que esta nueva tendencia, fue (y está siendo) clave para que muchas marcas exploten nuevas vías de negocios. Y por suerte, pese a esta apuesta en firme de prácticamente todas las marcas deportivas, casi ninguna se olvidó de lo técnico, como sí habían hecho hace años. Por primera vez en muchos años, ambas categorías viven un gran momento y eso, obviamente, es muy bueno para el sector. Sobre todo, cuando el textil flojea. Que suele hacerlo cuando la moda lo hace. MORIR DE ÉXITO Puede que sea muy exagerado plantear la posibilidad de que el calzado casual pueda morir de éxito. Como hemos dicho hasta ahora, vive un muy buen momento en demanda. Eso no quita sin embargo, que pueda haber cambio muy drásticos en la oferta. Porque como pasa siempre en nuestro sector, exprimimos en exceso aquello que funciona. El calzado lifestyle tiene un margen casi ilimitado de crecimiento. Y no parece que a corto y medio plazo deje de ser tendencia. Y menos ahora con el boom de las llamasas sneaker, la última gran “vaca lechera” que ha descubierto el sector. El recorrido de esta categoría es, insistimos, muy amplio, pero en estos últimos meses la apertura de tiendas especializadas en calzado urbano ha sido, del todo, excesiva. Y las consecuencias ya empiezan a pagarse. Más allá de algún independiente atrevido, han sido las cadenas y los grupos de compra las que se han lanzado a explotar esta tendencia sin demasiados reparos.Y probablemente algunas ni si-
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