Aunque a la larga, muy a la larga, los que peor parados saldrán de la guerra son los más débiles, y que de las más de 150 marcas que hay hoy en día acabarán desapareciendo 100, eso no quita que en el camino, las grandes, las que han sostenido y sostienen el pádel, están sufriendo daños colaterales. 85 les. Porque, al final, el problema es que son estas pequeñas marcas las que sostienen y acrecientan la guerra de precios. Sí, no podemos ignorar que algunas grandes también entran al juego en esta guerra, pero es obvio que, a más marcas, más trampas.Y mientras sea tan fácil crear y lanzar una marca, las cosas poco van a cambiar. ¿La solución? Pues es muy difícil, la verdad. Es tan fácil hacer una marca de pádel como difícil impedir que eso afecte al segmento. Se ha intentado impulsar determinados códigos éticos, acabar con la venta de maletero, exigir un mínimo de calidad a las marcas, intentar que las tiendas no hagan el juego a determinadas marcas, pero nunca se ha conseguido nada. Todo el mundo mira por él. Y la situación de ahora no es muy diferente a la de 2, 5 ó 10 años. Seguramente haya menos marcas, porque al final la selección natural se impone, pero sigue habiendo demasiadas. Y la demanda, aunque sigue siendo buena, está a años luz de una oferta exageradamente alta. ¿Y que pasa cuando hay sobreoferta? Pues que muchos, sobre todo los más necesitados, recurren al recurso fácil: reventar precios. Y eso revienta el segmento. Y un dato basta para darse cuenta de las consecuencias que ello implica: el pádel es, desde hace muchos años, el deporte con mayor índice de promociones: alrededor del 30% de las palas se venden con descuentos por encima del 30% y apenas un 20% se venden sin descuento. GANAR MERCADOS Lo hemos dicho por activa y por pasiva: el pádel tiene que salir de nuestras fronteras si quiere crecer. Crecer, aunque no sobrevivir. Como hemos dicho antes, este deporte no necesita internacionalizarse para sobrevivir, pero si para crecer y que la industria aproveche el margen de crecimiento que tiene. Puede construir un segmento fuerte y con recorrido a nivel interno, pero eso sería renunciar a un potencial que parece enorme.Y limitar el campo de actuación del pádel a lo nacional con la competencia que hay seria, sencillamente, un harakiri para marcas y tiendas. En este sentido es obvio que la internacionalización es un paso fundamental para que las marcas crezcan. Crezcan y ganen solidez. Y con esa solidez puedan ser más fuertes, también, internamente. La teoría es fácil. ¿Cuál es el problema? Pues que está costando mucho que el pádel gane fuerza más allá de España,Argentina y pocos mercados más. Centroeuropa, una de las zonas con mayor potencial, ha empezado a darse cuenta de las bondades a este deporte, pero poco a poco. Las marcas aprietan, lo intentan, muchas veces respaldadas por asociaciones, patronales, federaciones u organizadores feriales, pero no es fácil. Lo bueno, más allá de que, aunque sea lentamente, este deporte, como deporte, está ganando adeptos en muchos países, es que las marcas tienen muy claro que su futuro pasa por salir de España. Y se esfuerzan en ello.Y no solo porque su facturación tocará techo si sólo se limitan a uno o dos mercados. Lo hacen por convicción, por el pádel, y eso es una garantía de que, como mínimo, se seguirá intentando. El futuro, a corto plazo, invita al optimismo. O al menos era así antes del Covid. Como hemos dicho, poco a poco se van construyendo más pistas. Hay mercados, como el nórdico, o algunos en Asia, que ya están experimentando un fuerte boom de practicantes y eso,lógicamente,se traduce en ventas. Hay que estar atento a este despegue porque, como en España, puede ser muy rápido… y estar en primera línea puede ser vital para sacarle partido.Y ese partido puede ser muy muy interesante para las marcas que tengan capacidad de exportar. Que por suerte no son todas las que hay. La internacionalización, en este sentido, también es un buen camino para depurar el mercado porque, al fi n y al cabo, solo las marcas realmente implicadas desde hace tiempo en este deporte, (sean especialistas o vengan del mundo de la raqueta) tienen capacidad real para plantearse operar fuera de España. EL COMERCIO SE“RACIONALIZA” Al pádel le ha pasado lo mismo que al running. De hecho, el presente del running es bastante similar al del pádel en muchos aspectos, sobre todo en lo que tiene que ver con el comercio, las ventas y la práctica. La gran diferencia es que en el pádel la mayoría de marcas son españolas y en el running no. En los primeros años del boom al comercio le pasó lo mismo que a las marcas: un exceso de optimismo. En muy poco tiempo la red de tiendas especialistas se disparó.Y a la sobreoferta de marcas se unió la sobreoferta de tiendas. Un cocktail explosivo que está en la base de la alarmante gue-
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