TradeSport 290 - Septiembre 2020

Que cada vez haya más gente que corre –porque eso es obvio- no significa, ni mucho menos, que se necesite más oferta de tiendas. Ni especialistas ni multideporte semiespecializadas. Ni es fácil especializarse ni tampoco lo es posicionarse en un segmento donde ya hay muchos comercios de referencia que llevan años luchando. a fondo 48 RUNNING IDENTIDAD Y MADUREZ El porqué del boom del running lo tenemos todos más o menos claro y no hace falta extenderse en ello. Basta, seguramente, con decir que es una modalidad muy accesible y asequible, y que sus beneficios para la salud -física y psíquica- son considerables. ¿Por qué ahora? ¿Por qué con esta lista de ventajas se ha tardado tanto en dar el salto cuantitativo? Pues seguramente la crisis del 2008 haya tenido mucho que ver en ello. Curiosamente. En una época de contención del gasto, de cambio en los hábitos de compra y de muchos recelos a gastar en ocio (incluso pudiendo), el deporte ha ganado mucho protagonismo como válvula de escape, como opción de ocio asequible.Y el running, con permiso del bike, ha sido la modalidad que más adeptos ha sumado. El crecimiento, en los primeros años, fue espectacular. En practicantes y en ventas. Y también en tiendas. El problema es que es muy difícil, casi imposible, mantener un ritmo alto durante toda la carrera, sobre todo en distancias largas. Y como era previsible, el crecimiento se ralentizó. Las ventas, obviamente, han caído. Siguen siendo mucho mejores que las de hace unos años, antes de la crisis, pero probablemente las consecuencias de un frenazo o, incluso, de un retroceso, hayan sido mucho peores por el sobredimensionamiento del mercado y por las expectativas (exageradas) puestas en esta modalidad. El sector no ha destacado, nunca, por su capacidad para gestionar sus éxitos. Y ha tenido unos cuantos. Quizás por miedo o quizás por necesidad, siempre que algo ha destacado, en la bonanza o en la crisis, la solución del sector ha sido explotarlo cuanto más rápido mejor. Explotarlo y quemarlo. Hace apenas una década el running era un deporte más. Un deporte al que muchos le daban la espalda. Había bastante gente que corría, pero no la suficiente como para que la especialización ganara terreno al multideporte. Pero de repente la crisis lo cambió todo. Correr estaba de moda. Y claro, el sector reaccionó. Bueno, para ser justos, reaccionaron las tiendas. Las marcas llevaban años trabajando muy bien esta categoría, tanto en marketing como, sobre todo, en I+D, y aunque evidentemente las grandes han cambiado sus estrategias con el auge de práctica, y han llegado a nuestro mercado muchas -muchísimas- nuevas marcas, ha sido la tienda la que más ha cambiado con el boom de este deporte. Durante meses, o años, la demanda era muy buena y la oferta, además de serlo también, era bastante “razonable”. Pero apuntarse a un boom como el del running es relativamente fácil. O eso creían muchos. Y en muy poco tiempo la red de comercios especializados en running se disparó. Exageradamente. Y muchas veces bajo la gestión de gente que no tenía la más remota idea de llevar una tienda y que creían que con la pasión

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