TradeSport 289 - Julio-Agosto 2020

Este vuelve a ser el momento. Si la evolución de la pandemia nos lo permite, el sector debe aprovechar el nuevo rebote de la práctica del deporte. O, mejor dicho, eso es lo que debe seguir haciendo el deporte. Las crisis, lo hemos comentado siempre, suelen ser buenas aliadas para el deporte, y ya llevamos muchos años que nos salimos de las crisis económicas. A finales de la pasada década, después de superar levemente la peor crisis financiera que se recuerde, el deporte seguía repuntando, empujado por el fuerte crecimiento de modalidades como el running, el pádel, deportes acuáticos como el submarinismo,el fitness o,en menor medida (entonces) el bike. El fuerte crecimiento de la práctica (y de las ventas) se mantuvo durante todo el periodo, y a pesar de la previsible selección natural -de marcas y de tiendas- esos deportes que dinamizaron el sector,mantuvieron un muy buen ritmo de ventas. Para la población española, el deporte ya se había convertido en un hábito, y pese a que con la recuperación económica, los gastos se volvieron a desviar hacia la moda, el ocio o la tecnología, el deporte ya había logrado construir una cultura suficientemente sólida como para que la inercia durase muchos años. Y en medio de esta estabilidad, con deportes manteniendo el ritmo y otros ganando adeptos a un ritmo muy bueno, despertó el bike, que aunque ya había dado algunos estirones, no había logrado repuntes tan fuertes como el running o el pádel.Pero llegó su hora,y con el tirón de las bicis eléctricas, la está aprovechando. Pero en medio de este resurgir del bike, y con otras modalidades como el running, el pádel, el trail o el senderismo, creciendo lenta pero progresivamente, llegó el coronavirus.Y los cierres. Un parón totalmente inimaginable que acrecentó y puso en valor la necesidad y la importancia que tiene para todos el poder hacer deporte. Y llegó la Fase 1.Y todo cambió. Incluso antes de que las tiendas pudieran abrir. Los españoles, como era previsible, salimos a la calle en tromba. Y el deporte, otra vez, emergió como la mejor válvula de escape tras tantas semanas de encierro. Runners y ciclistas llenaron las calles de toda España hasta límites que muy pocos podían prever e imaginar. Algunos recuperaron su vieja bicicleta del trastero y otros muchos apostaron por comprar una nueva. Las ventas se dispararon y muchas tiendas (y marcas) se han quedado sin producto. Los grandes operadores del online han multiplicado exponencialmente sus ventas en apenas 2 meses, con bike, running y home fitness rompiendo stocks,. Por no hablar de las mesas de ping pong, las canastas de basket, el paddel surf..,... Y la foto, ahora, es la de un sector que a nivel de práctica goza de un momento muy bueno y que, en ventas, a nivel general, aguanta bastante bien la situación -a excepción de los deportes de equipo-. Las calles se han vaciado bastante de ciclistas y runners desde que abrieron bares y terrazas, pero muchos de los que apostaron por el deporte tras el confinamiento, han mantenido ese hábito... por ahora. Parece, aunque es pronto para estar seguros, que se ha empezado a construir una nueva cultura del bienestar donde, lógicamente, el deporte tiene un papel clave. Ahora, aunque sea en un entorno tan complejo, toca aprovechar que formamos parte de un sector deseado. Hay más gente haciendo deporte que nunca y eso implica que el consumidor nos necesitará. Y tenemos que estar preparados para ello. Si no, lo harán los de siempre. Jaume Ferrer Editor jferrer@tradesport.com Interacción La pandemia tiene y tendrá muchas consecuencias.Y la mayoría de ellas, para que engañarnos, no serán precisamente positivas. A los problemas que, a medio plazo, originará a muchas compañías, sobre todo al retail, haber cerrado durante casi tres meses, se suma una crisis económica más que previsible.Y si a esto le añadimos una más que posible vuelta al confinamiento (prevista para otoño), es obvio que ser optimista no es muy fácil.Y ver oportunidades todavía menos. Sea como sea, lo mejor que podemos hacer es exprimir el presente, por lo que pueda ser. Y, sobre todo, es fundamental que seamos capaces de analizar, cada uno desde su perspectiva, qué cambios ha originado esta situación y, también, que transformaciones van a darse en los próximos meses. Muchos estarán pensando, lógicamente, en la digitalización, y probablemente sea la gran piedra angular sobre la que deben pivotar las estrategias de las empresas, especialmente en un sector como el nuestro. Pero más allá de este paso, a estas alturas imprescindible (en la medida en que cada uno pueda), el foco en estos próximos meses va a estar puesto en el consumidor. En cómo esta situación ha transformado sus hábitos y sus preferencias. Porque lo ha hecho. Y mucho. Y entender este cambio será una necesidad imperativa para sobrevivir en un contexto tan competitivo e incierto. El consumidor ha cambiado en estos últimos meses. Eso es innegable. No es un cambio radical, porque la transformación ya había empezado hace algunos meses, pero esta maldita crisis del coronavirus ha acelerado este proceso de cambio. Ahora el consumidor es todavía más exigente con el producto y con el servicio,pero también es mucho más atento, más sostenible y, sobre todo, es mucho más rígido con lo que demanda de las marcas y de las compañías. El tiempo de la neutralidad social por parte de una marca se ha acabado. En los próximos meses el gran reto para marcas y tiendas será redefinir la comunicación con el consumidor. Hace tiempo que las estrategias de las marcas, en este sentido, han cambiado, y poco a poco se está superando esa unidireccionalidad que siempre ha marcado esta comunicación marca-cliente. Durante muchos años, y hasta no hace demasiado, el cliente se limitó a escuchar las marcas como quien va al cine a ver una película. Escuchar y poco más. Ese cine, no hace mucho, se convirtió en teatro, y aunque seguía siendo una interacción donde sólo hablaba un interlocutor (la marca), había ya una cierta cercanía. Pero ahora, cine y teatro no sirven de mucho porque el consumidor quiere hacer cosas con la marca e, incluso, para las marcas. Es una relación de tú a tú donde el consumidor escucha, pero también quiere ser escuchado. Quiere decirle a la marca qué quiere y cómo lo quiere. Incluso cuándo y dónde. Los tiempos en lo que las marcas mandaban hace tiempo que han quedado atrás. Ahora manda el consumidor. Y la clave para sobrevivir pasa, sí o sí, por encontrar los mecanismos que nos permitan dar respuesta a sus necesidades. Y la única manera de hacerlo -sí, la única- es conociéndole. Sabiendo cómo es.Y por suerte, la democratización de las herramientas digitales que nos ayudan a hacer este análisis del consumidor, nos permite a casi todos jugar con las mismas armas. O, como mínimo, salir al campo de batalla armados. Si hay un aspecto que es del todo innegable es que la pandemia nos ha hecho más digitales.Y eso a muchos les asusta. Pero también nos ha hecho más sociales. El consumidor ha cambiado mucho y cada vez tenderá más al mundo “online”, pero el balanceo entre los virtual y lo físico no solo no cesará, sino que acabará dando mucho valor a lo físico, que más pronto que tarde acabará jugando un papel clave. Quizás secundario, pero clave.Y las marcas, lo “único” que tienen que hacer, es brindarle experiencias en esos dos mundos. AYÚDANOS CON TUS SUGERENCIAS: tradesport@tradesport.com Desde el año 1993 SportPanel edita mensualmente tradesport, la primera publicación del sector deportivo. Tras más de 25 años de historia, y con la misma independencia con la quese fundó, tradesport se ha consolidado como un medio de comunicación imprescindible para aquellos que quieran conocer la evolución del sector. editorial opinión 3 Raul Bernat Redactor jefe raul@tradesport.com Carpe Diem

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