esas grandes marcas del surf: sacrificar sin complejos su esencia en pro del volumen sin pensar que, convertidas en gigantes, en marcas excesivamente populares, su atractivo se desvanecería. La moda es peligrosa. Tentadora pero peligrosa. Puedes sacar mucho partido de ella, pero también tiene su lado oscuro. El gliss se dejó seducir por los cantos de sirena de la moda.A una velocidad estratosférica el llamado X-Wear se convirtió en una de las tendencias más potentes que ha visto el sector en toda su historia. Y poco o nada tenía que ver con el deporte. El surf estaba de moda, pero no el deporte, sino la estética, el envoltorio.Y todo el mundo picó… Como era más que previsible. La prioridad de la mayoría de marcas es vender. Y cuando vendes mucho, quieres vender más. Al fin y al cabo, tampoco fue esta estrategia lo que les condenó: aunque es cierto que a las grandes multinacionales del surf que todos tenemos en la cabeza se les podrán criticar mil y una cosas -desde su apuesta por las tiendas monomarcas hasta su renuncia a las raíces en pro del negocio puro y duro- hay que tener bastante claro que lo que hundió al gliss fue, sobre todo, la crisis. Y eso ya ha quedado atrás hace tiempo. Por eso el segmento vuelve a levantar el vuelo. Y lo hace, como también era previsible, gracias a la moda, porque si hay algo que a estas alturas es indiscutible es que el gliss jamás perdió ni perderá su aura de “tendencia”. ¿El futuro? Es complejo aventurarse a pronosticar qué puede pasar. Pero no lo es tanto saber qué no va a pasar. Y lo que, seguro que no pasará, al menos a corto y medio plazo, es que esas grandes multinacionales recuperen el terreno perdido. Las reglas han cambiado Y también han cambiado los hábitos de compra del consumidor (y no por el coronavirus). La moda deportiva en general y, especialmente, la mal llamada estética surfera (es más bien skater, ahora), han vuelto a ganar peso. Pese a la crisis, pese a la “masificación” de ciertas marcas de este universo, el rollo gliss sigue teniendo mucho tirón, sobre todo entre los más jóvenes. EL SKATE COGE EL TIMÓN Sin hacer demasiado ruido, y en un contexto poco favorable, el skate se ha convertido en el verdadero clavo ardiente del gliss. Misma moneda, pero la otra cara. Lo que perdió el surf –o las marcas supuestamente vinculadas a este universo- lo ganó, en parte, el skate, que supo aprovechar mejor que nadie la salida de la crisis y, sobre todo, el “desencanto” de muchos consumidores –y tiendas- hacia algunas marcas del surf. Por su excesiva popularización y, también, por sus estrategias comerciales. El skate, poco a poco, fue ganando terreno, manteniendo su autenticidad y, también, sus canales lógicos de venta. La mayoría no han podido evitar –y tampoco quieren hacerlo- entrar en el complejo espiral de la moda deportiva, pero han gestionado mucho mejor su paso por este complejo territorio, sobre todo a nivel comercial y de dimensión, sabiendo muy bien dónde están y dónde pueden llegar.La historia de Billabong,Rip Curl y compañía ha calado hondo y las marcas están evitando cometer los mismos errores que las grandes del surf. La pluralidad es otro factor que ha ayudado mucho al gliss. A más marcas, menos posibilidades de que la cosa se popularice. Si hace apenas diez años el mundo gliss era un coto privado de mar- Pasada la tormenta, con la crisis superada, y tras dejar en el camino a muchos comercios y a más de una marca, el gliss, como la moda, está recuperando terreno. Y lo curioso es que no han sido las grandes marcas de este universo las que han vuelto a darle protagonismo. 75
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx