TradeSport 287 - Mayo 2020

La moda deportiva en general y, especialmente, la mal llamada estética surfera (es más bien skater, ahora), han vuelto a ganar peso. Pese a la crisis, pese a la “masificación” de ciertas marcas de este universo, el rollo gliss sigue teniendo mucho tirón, sobre todo entre los más jóvenes. Vaya por delante que, como ya hicimos en el anterior número, intentaremos dar una visión más o menos clara, y bastante global, de cómo está el segmento del gliss obviando (aunque sea muy complicado) la crisis del coronavirus. Haciendo un ejercicio de imaginación, “construiremos” un 2020 sin virus y, aunque será inevitable hablar de él en algún momento (sobre todo en cuanto hablemos de las ventas y del futuro a corto plazo), intentaremos que no condicione el 100% de nuestro análisis. Para empezar, nos remontaremos a hace unos años, cuando el gliss estaba en pleno apogeo gracias, sobre todo, al boom de las marcas surferas. O, mejor dicho, de las colecciones de ropa urbana de las marcas surferas. En esa época en la que el gliss era invencible. O lo parecía. Este universo había crecido espectacularmente gracias al boom de la moda deportiva y al gran volumen de ventas que experimentó el llamado X-Wear. La estética surfera, el falso idílico way of life que proponía este universo, sedujeron a uno de los grandes targets del sector, los jóvenes, y las ventas, durante bastantes años, se dispararon. Quiksilver Billabong, Rip Curl y compañía vendían lo que no está escrito. En todo el mundo. Pero llegó la crisis. Y como un huracán se lo llevó todo por delante.Algunas de sus modalidades -pocas- resistieron, pero el segmento sufrió un revés sin precedentes, tanto la parte más técnica como, sobre todo, la más vinculada a la moda. El desplome fue de época. Con la misma velocidad con la que se había convertido en uno de los universos más fuertes del sector, cayó al vacía. Murió de éxito.Y aunque la crisis fue la gota que colmó el vaso, las cosas ya se habían empezado a torcer un poco antes,cuando cegados por los grandes volúmenes de ventas, muchas empresas construyeron megaestructuras sin pensar en los cimientos. Cuando creces mucho y ganas mucho sueles adecuar tu estructura a este crecimiento, pero cuando pierdes bastante, estas obligado a aligerar esta estructura. Y es cuando empiezan los despidos, los cierres de tienda o, directamente, la carrera por colocar la empresa a algún grupo de capital riesgo. ¿Dónde están ahora –y en manos de quien- las tres o cuatro grandes marcas que copaban las ventas hace una década? No hace falta decir mucho más… ¿Qué pasó? Pues muy simple: la demanda, que era muy alta, cayó en picado. La moda es el primer damnificado cuando arrancan las crisis y el gliss, como hemos dicho, era pura moda. O casi. Las tiendas, que en su día se volcaron a ciegas con este universo, le fueron dando la espalda al mismo ritmo que las ventas caían. El sportwear no vendía y para sobrevivir muchos decidieron volver a los orígenes y apostar de nuevo por el deporte. Y durante algunos meses, esa fue la fórmula que funcionó: apostar por lo atlético y replegarse con la moda.Y el gliss se apagó. Pasada la tormenta, con la crisis superada, y tras dejar en el camino a muchos comercios y a más de una marca, el gliss, como la moda, está recuperando terreno. Y lo curioso es que no han sido las grandes marcas de este universo las que han vuelto a darle protagonismo: han sido una amplia lista de marcas “secundarias”, muchas de ellas vinculadas al mundo del skate (y no del surf) las que han vuelto a dinamizar las ventas. ¿Su “secreto”? Trabajar para mantener, dentro de lo que cabe, su halo de autenticidad.Y eso es oro puro, porque ese fue otro de los muchos errores que cometieron a fondo 74 GLISS Ganando velocidad

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