TradeSport 286 - Abril 2020

Sí el fitness ya tenía mucho margen para crecer antes de la crisis del coronavirus, es probable que todavía tenga más pasado este bache. Quizás más a medio y largo plazo, pero lo tiene. En todos los aspectos. 87 S MÁS SALUD QUE DEPORTE Antes hemos dicho que el boom delo fitness y el wellnes, y su evolución en los últimos años, había tenido una gran incidencia en el sector. Y también hemos dicho, que probablemente ésta haya sido más indirecta que directa. ¿Qué queremos decir con eso? Pues que, aunque el fitness se ha transformado radicalmente y de lo que había hace apenas una década no queda prácticamente nada, no ha sido el canal deporte el que más se ha beneficiado de ello. Sí, la práctica se ha disparado, pero es bastante complejo saber hasta qué punto eso se ha traducido en ventas y, sobre todo, quien ha “acaparado” esas ventas, si el canal u otros canales. Incluso dentro del canal, es difícil saber qué sector ha salido ganando. Al final, quien va al gimnasio a hacer cinta suele hacerlo con calzado y textil running; si hace cicling utilizará material pensado para bicicleta y así con casi todas las modalidades. Al final, después de esta “depuración”, sólo nos quedarán algunas modalidades de bajo impacto u otras actividades de sala como el aeróbic o el step… y muchos de las que las practican lo hacen con material que cualquiera de nosotros situaría en categorías que poco tienen que ver con el fitness. O peor aún, con prendas compradas en el canal moda. También hay que tener en cuenta, como hemos insinuado antes, que el fitness ha sido uno de los sectores que mejor ha comprobado la fluctuación del mundo de la moda -para bien y para mal- y tras algunos años en los que la estética fitness triunfaba dentro y fuera de los gimnasios, de un día para otro este look se convirtió en obsoleto y las ventas cayeron en picado. Ahora parece que el gran trabajo que están haciendo determinadas marcas, sobre todo algunas especializadas en mujer, está generando, otra vez, una muy buena demanda en el comercio deportivo (y en la moda). En calzado es especialmente destacable la apuesta que están haciendo las grandes marcas del sector, con Reebok y Puma en cabeza, y en textil, marcas como Sontress, Casall o Löle, por poner algunos ejemplos, han sabido ganarse la confianza del consumidor, sobre todo de la mujer, mezclando esta tecnicidad con un diseño muy cuidado. Algunas, además, han apostado por la exclusividad como valor añadido, apuesta arriesgada pero que, con un target como la mujer, puede conllevar muy buenos resultados.Y así está siendo. Mención aparte, pero no menos importante (al contrario) merece al gran trabajo, aunque nos pese, que están llevando a cabo algunas cadenas de moda. Seguramente viendo que el canal deporte no daba a la mujer lo que esta reclamaba, y viendo también el boom de determinadas modalidades de gimnasio, Bershka, Oysho, H&M, Zara y compañía han apostado muy fuerte por el textil técnico. O medio técnico. Y obviamente los resultados han sido excelentes. Y eso, aunque a nivel global es bueno, porque quiere decir que la gente hace deporte, también supone muchas ventas perdidas por un sector deportivo que cada vez tiene menos protagonismo en el complejo universo del fitness, sobre todo en todo lo que tiene que ver con la mujer. AHORA SÍ… HABLEMOS DE CORONAVIRUS Todo, o casi todo, de lo que hemos hablado hasta ahora pierde parte de su sentido si nos remitimos a una fecha concreta: el pasado 13 de marzo. Desde entonces, el mundo del fitness, al menos el que genera negocio, esta parado. Los gimnasios, obviamente, cerraron sus puertas hasta nueva orden y lo mismo hicieron las tiendas. Sin ventas, sin gente en los gimnasios, lo que queda es la práctica en casa (que es muy importante a nivel de salud, pero irrelevante en negocio) y una residual venta online. Sí, ésta ha crecido espectacularmente en las primeras semanas de confinamiento, agotando el stock de marcas y plataformas online, pero no hablamos de grandes cifras porque ni unos ni otros tenían grandes cantidades en sus almacenes. Evidentemente poco es mejor que nada y para algunas marcas y algunos operadores, es un salvavidas importantísimo, sobre todo viendo como están quienes no pueden vender. Dicho esto, la duda está en saber, no tanto cuando abrirán de nuevo gimnasios y tiendas (presumiblemente lo harán antes los comercios) sino más bien cómo reaccionara el sector ante estas semanas de parón. Y aunque hay dudas, porque es obvio que el poder adquisitivo de muchos españoles habrá bajado, lo que sí parece claro es que el deporte será uno de los grandes protagonistas en los próximos meses. Así, aunque con esto de las previsiones a medio y largo plazo hay que ser muy precavido, y más ahora, es más que probable que, aunque cueste los primeros meses -sobre todo si los gimnasiso tardan en abrir- al fitness le vienen años buenos. El entorno en el que nos movemos, lleno de estrés y prisas, y las consecuencias anímicas y físicas del confinamiento, nos hace pensar que la cultura del bienestar todavía ganará más peso. Como lo ganará la práctica deportiva. En estos días no es nada fácil, pero hay que ser optimistas y seguir confiando en el recorrido del fitness, que sí ya tenía mucho margen para crecer antes de la crisis del coronavirus, es probable que todavía tenga más pasado este bache. Quizás más a medio y larwgo plazo, pero lo tiene. En todos los aspectos.

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