6 actualidad a crisis del coronavirus hará perder al comercio minorista alrededor un 10% de las ventas, alrededor de 25.000 millones de euros. Es el cálculo de la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged), la patronal de las grandes superficies (El Corte Inglés, Ikea, Carrefour, Leroy Merlin o Toys ‘R’ US), en base al cierre actual de todos los comercios no alimentarios, la caída de la llegada de turistas a España y la contención del consumidor español por miedo y por la caída del empleo. Ante esta situación, que Anged cree que se prolongará al menos seis meses, la asociación pide al Gobierno medidas de liquidez y “máxima flexibilidad laboral” para ajustar las plantillas a los distintos niveles de demanda. En una rueda de prensa por teleconferencia, Mari Cruz Vaca, responsable de asuntos económicos de Anged, ha explicado que, según los datos que manejan, si bien las ventas de alimentación han crecido en torno a un 25% durante los días de confinamiento, otros sectores están muy afectados por el cierre de tiendas. Así, ha cifrado en un 70% la caída de la facturación en el sector textil, mientras que la de la tecnología para el hogar está en torno al 50%. “Con estos valores, que no son definitivos, y en la mejor de nuestras previsiones, podemos hablar de una caída global del comercio de más del 10%,teniendo en cuenta que la facturación es de unos 250.000 millones”, ha explicado Vaca. Los cálculos de Anged se basan, además de en el cierre actual de tiendas, en una estimación de que, una vez que abran, se encontrarán con “un desplome del consumo“sin precedentes”de entre La pandemia por el Covid-19 ha puesto en jaque a todo el sector del retail en España. Como resume un informe de la consultora valenciana Coto Consulting, ha supuesto una «abrupta modificación» de los hábitos de compra de los consumidores. Pero, además, con una novedad respecto a todo lo visto hasta ahora: «Por primera vez en nuestra historia moderna, el cambio en el retail no ha venido propiciado por un cambio de los hábitos de compra, no ha sido el cliente sino un virus». Y esto tendrá seguramente su trascendencia más allá de la declaración del estado de alarma, con lo que el impacto de los cambios que ya se están percibiendo en el comercio serán más profundos en el medio y largo plazo. De momento, el sector del retail ya plantea lo que queda de año como un «Black Friday continuo». «El stock acumulado de producto en los almacenes propiciado por el cierre temporal de las tiendas físicas y la falta de flujo de caja empujará una presión a la baja en los precios para incentivar las compras». Es decir, los comercios deberán afrontar la vuelta a la «nueva normalidad» introduciendo todo tipo de campañas de liquidación, descuentos y «aceleración de rebajas» para reducir el stock que estaba listo para vender antes del cierre de buena parte del comercio. Según los expertos, habrá que asumir que los márgenes serán reducidos o nulos «para mantenerse en el mercado». El reajuste de la oferta parece también inevitable, con muchos comercios abocados al cierre. En opinión de la consultora especializada, «las variables que determinarán el nivel de resistencia son el tamaño empresarial, el grado de especialización y el acceso a la financiación». La micropyme comercial no especializada tiene todas las de perder. Porque, además, «debido a la incertidumbre económica que se está viviendo actualmente, prevalece la posición de contener el gasto y ser menos consumista, siendo previsiblemente una tendencia que se mantendrá en un futuro próximo». El factor precio será muy relevante para el consumidor. Pero no será el único, pues la seguridad -entendida como las medidas de higiene del establecimiento- será igualmente importante, más incluso que el precio. «La experiencia de compra se convertirá en conveniencia, entendida como una compra rápida y directa donde la seguridad que se transmite adquiere una gran importancia», subraya el informe. La monitorización constante de la demanda, la potenciación de métodos de pago alternativo o el reposicionamiento de los centros comerciales («ágiles, cómodos y seguros») son otros de los escenarios que pueden dibujarse. El retail afronta un 2020 con descuentos permanentes La industria de la moda ha abogado por fabricar en Europa y no depender de países terceros y ha planteado una uniformidad fiscal y arancelaria que permita que todos compitan en igualdad de condiciones tras la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. “Se ha demostrado que la dependencia de proveerse en lejanía puede ser nefasta, pues nos deja sin respuesta rápida a cualquier circunstancia excepcional. De hechos, los países que mejor se están defendiendo contra la pandemia son aquellos que no dependen de terceros para proveerse de productos sanitarios. Y esa lección es aplicable a todo el sector”, ha subrayado el Consejo Intertextil Español (CIE). “Necesitamos fabricar en Europa, pero no porque solo miremos por el interés de nuestras empresas, sino porque somos esenciales para la sociedad. Además, podemos hacerlo de forma sostenible, respetuosa con el medio ambiente y con unas relaciones laborales basadas en la confianza”, ha La industria de la moda aboga por fabricar en Europa ANGED calcula que el comercio perderá este año 25.000 millones el 40 y el 50%, que se irá recuperando paulatinamente, según Alfonso Merry del Val, presidente de Anged,“Será mayor que la del 30% que se produjo en la crisis de 2008”, a abundado Javier Millán Astray, director general. La caída se deberá, además del cierre actual de los comercios, a la contención de los consumidores cuando abran “por miedo a gastar lo que no tenemos”, en palabras de Merry del Val, y por la pérdida de empleos que se va a producir, y a la caída del consumo de los turistas que no van a venir. Para mejorar la situación de liquidez de las empresas, Anged aboga por ampliar los avales del ICO, una vía de financiación que “ya se ha quedado pequeña”, y una“moratoria o suspensión de todas las obligaciones fiscales,que debería extenderse a las comunidades y ayuntamientos”, ha reclamado Merry el Val, además de exigir “la supresión de un impuesto anacrónico como es el de las grandes superficies”, vigente en cuatro comunidades autónomas. añadido el CIE. Para ello, según ha explicado, se necesita un cambio trascendental y Europa tiene que dotarse de una uniformidad fiscal y arancelaria para competir en igualdad de condiciones. En este sentido, el CIE ha señalado que las instituciones estatales y europeas deben generar un marco regulatorio “congruente” con la nueva situación, pues va a ser fundamental contar con “un tejido industrial completo” en Europa.“No podemos perder una empresa más”, ha resaltado.
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