El tenis apenas ha cambiado en los últimos años. Tras el boom del pádel, el segmento ha sido capaz de redimensionarse, entender sus límites y mantener un ritmo estable sin demasiados sobresaltos. Madurez forzada a fondo 32 ESPECIAL TENIS La irrupción del pádel ha tenido una incidencia directa en el desarrollo del tenis. No tanto porque muchos nuevos practicantes hayan preferido apostar por el pádel en vez de por el tenis, sino, más bien, porque los clubes sí se han volcado a ciegas con el pádel y lo han hecho, además, sacrificando pistas de tenis.Al final, la realidad, es que estos cambios han servido para dimensionar mucho mejor el tenis y situarlo en el nivel que realmente le corresponde. Un nivel que se sostiene con la base, con los jugadores de club, y del que es muy difícil moverse, tanto por arriba como por abajo. Ganar cuota, difícilmente la va a ganar, pero también es muy difícil que la pierda. Y eso siempre es bueno, porque entre otras muchas cosas significa que el segmento ha asumido su rol y sus dimensiones, y vive a un ritmo estable, completamente ajeno, ahora sí, a lo que haga o deje de hacer el pádel. Dicen que una de las claves de la felicidad es conocerse a uno mismo y aceptarse. Eso es lo que ha hecho el tenis en los últimos años. Al principio, el boom del pádel asustó un poco. Por cómo lo gestionaron los clubes, cargándose miles de pistas de tenis, y por cómo reacciono la tienda (especialista y multideporte), arrinconando el tenis y poniendo en sus altares al pádel. Por suerte, después de algunos meses en los que se ignoró completamente al tenis, en los que parecía que este deporte estaba abocado al más absoluto olvido, a la desaparición casi, las cosas se calmaron. Y no porque el pádel dejase de crecer, sino más bien porque el tenis entendió cuáles eran sus límites y hasta dónde podía llegar. Costó, es cierto, porque en su día hubo demasiada gente que le dio al tenis más potencial del que realmente tenía, pero al final las marcas asumieron que su margen de crecimiento era muy limitado. Y más con el pádel empujando y“robando” algún que otro nuevo jugador. Se ha perdido mucho protagonismo en pro del pádel, es cierto, pero se ha conseguido construir un mercado muy definido, ordenado… y “legal”. Un mercado donde no es precisamente fácil entrar. O no tanto como el del pádel. Una vez definido su margen de crecimiento objetivo, habiendo asumido que el perfil de jugador potencial de tenis y pádel tiene muy poco que ver, el tenis ha entrado en una fase de absoluta madurez, en la que no crece, pero resiste. Una resistencia que se justifica con la base, con los jugadores habituales. Con los jugadores de club. Es esta cultura de club, y poco más, lo que ayuda a mantener vivo este deporte y lo que ayuda a que siga teniendo cierto tirón entre los más pequeños. Nadal ha ayudado, eso está claro, pero sin esa cultura de club el tenis estaría muerto. Es un deporte con mucha tradición en nuestro país, desde hace años, y aunque es relativamente caro –más por las instalaciones que por el material- ha construido una base sólida que mantiene un volumen importante de practicantes. Además, gracias a los éxitos de los tenistas españoles ha ganado un peso mediático del que pocos deportes pueden presumir (y que el pádel ni tiene ni tendrá en muchos años) y eso, siempre, es una ayuda para que los más pequeños se animen. El futuro es bastante previsible. Hay un factor que marca mucho el presente y el futuro de este deporte, sobre todo si lo comparamos con el del pádel: el tenis es un deporte mucho más difícil que el pádel. O, mejor dicho, es más complicado alcanzar un nivel mínimo con el que empezar a disfrutar. El pádel, además de mucho más social, es más accesible y cualquiera, a cualquier edad, puede aprender lo básico y divertirse jugando en muy poco tiempo. Parece obvio, en este sentido, que a corto y medio plazo no se vaya a dar ningún boom de nuevos practicantes (ni siquiera habrá un trasvase del pádel al tenis), pero tampoco Se ha perdido mucho protagonismo en pro del pádel, es cierto, pero se ha conseguido construir un mercado muy estable, definido y ordenado…
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