TradeSport 284 - Febrero 2020

El running se resitúa. La montaña rusa en la que parecía atrapado ha llegado al punto de partida. Y toca mirar las cosas con mayor perspectiva. Con mejor perspectiva. Si no, vuelta otra vez al sube y baja. Un vaivén que viene muy determinado por el comportamiento casi opuesto entre práctica y ventas. Una, la primera, sigue marcando un buen ritmo. Menos acelerado que antes, pero seguramente más adecuado para llegar lejos. Las ventas, en cambio, van a la baja. Previsible teniendo en cuenta de donde veníamos, pero con cada vez más daños colaterales en su evolución La evolución del running en los últimos años ha sido un poco loca. A veces a un ritmo excesivo (algo previsible conociendo el histórico del sector) y a veces bajando la velocidad de golpe. Una montaña rusa en la que se corrió demasiado al principio, queriendo exprimir hasta la ultima gota las oportunidades que ofrecía este deporte, y en la que más pronto de lo esperado, las piernas empezaron a fallar (a temblar más bien) y hubo que bajar el ritmo, sobre todo en la distribución. La práctica, por suerte, sí mantuvo una progresión más regular… y lógica. Pasado un tiempo, con el temido “muro” aparentemente superado, el running ha vuelto a coger una velocidad de crucero. Más lenta pero más lógica. Se ha entendido, al fin y al cabo, que una carrera de larga distancia no se puede correr al ritmo de un 10K. Crecer rápido, como correr rápido, no siempre es bueno. Al contrario. Aprovechar las oportunidades que pueda ofrecer un deporte dependen mucho de cómo se gestione su crecimiento. De dónde pongamos la meta. Hay que saber muy bien cuáles son los límites y cuál es el ritmo más adecuado para seguir avanzando. Hay carreras en las que lo importante no es llegar cuanto antes, sino lo más lejos posible. Y el running,después de acelerar en exceso,parece haber entendido (aunque sea con muchos daños colaterales) que subir de pulsaciones puede acabar siendo muy peligroso. 2019, como lo fue 2018, fue un año de transición. O mejor dicho, de readaptación. El running se recupera de la resaca de años espectaculares. Se resitúa ahora que el mercado, por fin, parece haberse dimensionado. Ha costado mucho, pero por fin el segmento se ha empezado a “depurar”. La práctica, lo hemos dicho antes, está muy viva (algo en lo que muchos no confiaban), pero la oferta, en marcas y tiendas, aun esta en fase de reestructuración. El crecimiento experimentado por este deporte durante varios años fue,simplemente, espectacular. Pero también fue descontrolado.Y la lógica de los ciclos, de la que nadie ni nada se salva, y mucho menos las modas, hacía presagiar un frenazo brusco.Y así fue.Y lo más paradójico es que ese retroceso no se dio como consecuencia de una caída de la práctica, como había sucedido hace años en algunos deportes, sino más bien por una pésima gestión del éxito por parte de marcas y tiendas. Por una oferta muy por encima de la demanda.Y siempre con la complicidad de la mayoría de marcas. Lo que toca ahora es resituarse. Analizar la realidad y adaptarse a la dimensión real de un mercado. De un deporte. La demanda existe, y sigue siendo muy atractiva para las marcas, pero lo importante es seguir dando una respuesta lógica y, sobre todo, medida, a la demanda. Y esforzarse para generar más demanda. La ley del mercado, la llamada selección natural, seguirá su curso. Como pasa siempre que toca ajustar la oferta a la demanda real. En marcas y en tiendas.Toca empezar a entender el running, no como una moda o un segmento fácilmente explotable, sino como un universo sólido, fuerte, con identidad y mucho más maduro de lo que muchos creen. Si somos capaces de entender esta realidad, el running puede tener todavía mucho recorrido. Y puede tenerlo, básicamente, porque la práctica sigue en niveles muy buenos y muchos corredores han incorporado este deporte a sus hábitos, a su rutina. A estas alturas quienes creían que el running se a fondo RUNNING El running se estabiliza pegaría un leñazo cuando pasase la crisis ya se habrán dado cuenta de que estaban equivocados: hay una base muy sólida de corredores que sigue creciendo año tras año y que,obviamente,asegura un buen volumen de ventas. Mantenerse estables no siempre es malo. Al contrario: el running ha alcanzado un nivel donde la estabilidad implica muchas cosas buenas y muchas oportunidades. Sobre todo porque esta estabilidad viene marcada, como hemos dicho, por una base muy sólida (y estable) de practicantes. La realidad, por mucho que el running se pegase un buen tropezón, es que a corto y medio plazo este segmento seguirá siendo uno de los deportes más dinámicos del sector. Ahora, eso si, toca ver como evoluciona el comercio, todavía sobredimensionado y, sobre todo, hay que estar muy atentos a los cambios que se están dando y se darán en el reparto de poderes, tanto entre marcas como, especialmente, entre tiendas. Las cosas han cambiado mucho en apenas dos años. Las ventas se han frenado (aunque la práctica no lo haya hecho, se compra menos que antes) y sigue habiendo demasiadas tiendas especialistas (sobre todo teniendo en cuenta el peso de esta modalidad en muchas multideporte). Por si fuera poco, las marcas están apostando cada vez más fuerte por sus tiendas propias y, encima, el online va ganando protagonismo a pasos agigantados. Y todo ello, obviamente, afecta especialmente al comercio multimarca offline. LA ESTABILIDAD COMO OBJETIVO El porqué del boom del running lo tenemos todos más o menos claro y no hace falta extenderse en ello. Basta, seguramente, con decir que es una 63

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx