ferias 42 ISPO: el camino más corto hacia el mundo El salón ha sabido convertirse en mucho más que una feria de producto (que lo sigue siendo). Se ha convertido en una feria de servicios activa los 365 días del año. punto donde las marcas presentan y las tiendas compran; es mucho más que eso. Es un servicio. Sigue siendo, eso es obvio, un punto de encuentro al que es imprescindible acudir si se quiere ampliar mercados y conocer el pulso del sector, pero lo que hoy por hoy atrae a los expositores no son las ventas que puedan hacer en los cuatro días que dura el salón: es la rentabilidad a medio y largo plazo que puedan sacar de su presencia en la feria. E ispo ha sabido convertirse en mucho más que una feria de producto (que lo sigue siendo). Se ha convertido en un servicio. Un servicio que, además, está activo los 365 días del año. La gran feria del sector, que este año abre las puertas la última semana de enero, no siempre lo ha tenido fácil. A veces por culpa del mercado y, a veces, por culpa del tiempo. Sin embargo, siempre se ha mostrado ágil para adaptarse a las necesiLas ferias han cambiado.Y mucho.Han cambiado los formatos y han cambiados, sobre todo, los modelos. De las ferias tradicionales de hace dos o tres décadas no queda nada.Absolutamente nada. Como en otros tantos aspectos del sector, la especialización se ha impuesto y cada vez hay más eventos segmentados y menos ferias generalistas. Y las que quedan, se han visto obligadas a reinventarse para sobrevivir. La lista de grandes puntos de encuentro que en esta última década han desparecido es muy larga, y solo aquellos que han sabido adaptarse a estos cambios de modelos -y de oferta- han logrado sobrevivir. Una superveniencia que no es precisamente fácil en un entorno donde la interacción entre marcas y tienda es cada vez es más “fácil”. Un buen ejemplo, seguramente el mejor, de cómo una gran feria ha tenido que evolucionar su modelo es, sin duda, ISPO. El salón bávaro, que este año celebra su 50 aniversario, se mantiene firme en el panorama ferial internacional y no ha perdido ni un ápice de su rol estratégico en la internacionalización de las marcas. ¿Cómo lo ha conseguido? Pues básicamente adaptándose a los cambios que exige el mercado. Entendiendo, sobre todo, que una feria ya no es, desde hace tiempo, un dades de las marcas. Unas necesidades que cambian a una velocidad de vértigo, como también lo hace el mercado.Y adaptarse a este ritmo es clave, para todo el mundo. Las cosas no son fáciles, lo hemos dicho.Y menos para un salón con carácter internacional. El crecimiento de determinadas ferias locales,muchas veces especializadas -y casi siempre apostando por un formato mixto o decididamente no profesional-, el auge del universo online como plataforma para presentar novedades o las nuevas estrategias que están llevando a cabo muchas marcas, apostando por presentaciones exclusivas para sus principales detallistas, está cambiando el panorama ferial internacional. En estos últimos años ISPO ha perdido algunas grandes marcas que siempre habían confiado en ella, pero son “daños colaterales” inevitables en un momento en el que todo el mundo Cualquier marca que pretenda crecer internacionalmente y, sobre todo, para aquellos que quieren iniciar su aventura internacional, el salón bávaro es la mejor plataforma para conquistar nuevos mercados
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