TradeSport 282 - Diciembre 2019

Lo técnico, casi sin quererlo, seguramente por caprichos de la moda, se convirtió de la noche a la mañana en moda. Y el look deportivo empezó a popularizarse. que están haciendo marcas como Le Coq Sportif u otras vinculadas al Gliss como Vans o DC. Por no hablar del cambio que han hecho algunas marcas más “tradicionales”, como Sebago, Clarks, Pielsa o, sobre todo, Camper. UNA ETIQUETA PERVERTIDA Y RIESGO DE SOBREOFERTA En medio de este boom del calzado urbano, ha emergido como de la nada la palabra sneaker. Y como de costumbre, siguiendo nuestra tradición explotadora, todo el mundo ha empezado a ponerle esta etiqueta a sus colecciones. Lo que hace poco era lifestyle, casual, urban o alguno de los anglicismos de los que hemos hablado antes, ahora se agrupa sin contemplaciones bajo el paraguas “sneakers”. Porque es lo que vende. Porque queda muy cool. Porque en su día, las sneakers eran algo muy deseado, casi exclusivo El calzado ha sido, tradicionalmente, una de las categorías más fuertes del sector. Para marcas y para tiendas. Su evolución en estos últimos años ha sido, simplemente, espectacular, y ni siquiera la crisis ha podido cortar esa fuerte progresión. Es más, fue precisamente durante esa crisis cuando esta categoría demostró toda su fuerza, convirtiéndose en un clavo ardiente al que muchas marcas y tiendas se aferraron para sobrevivir a la debacle del textil lifestyle. Cuando e textil cayó en picado, especialmente las gamas medias y altas, el calzado mantuvo su fuerza, incluso con la competencia -la moda- apostando fuerte por los looks más sport. Los gigantes de la moda, con las grandes cadenas en cabeza, acabaron reaccionando, como era más que previsible, sin embargo, el monopolio de determinadas marcas deportivas sigue inalterable. El look deportivo, a día de hoy, es una tendencia con mucho margen de recorrido. Cambiaran las influencias, las marcas y los canales, quizás, pero el look no morirá. Sus targets objetivos son tan amplios que el potencial de crecimiento es casi ilimitado. ¿Cómo empezó todo? Es difícil saberlo. Hace un par de décadas el calzado esta bastante formal, pero en muy poco tiempo, y seguramente gracias a la moda, algunos modelos técnicos, que por aquellos entonces no eran tan radicalmente atléticos en diseño, empezaron a convertirse en iconos del calzado urbano. El look “tenis”, “fitness” o “baloncesto” se impuso a una velocidad de vértigo en las calles y las ventas de ese tipo de calzado, aunque fuera para uso urbano, se disparó. Lo técnico, casi sin quererlo, seguramente por caprichos de la moda, se había convertido, precisamente, en moda. En tendencia. Y en ese momento, cuando ese look deportivo empezó a popularizarse, las marcas comenzaron a apostar por este look a conciencia. A trasladar lo técnico a la calle sin ningún miramiento, construyendo colecciones sobre la base de un rediseño de modelos atléticos o de una reinterpretación (a veces ni eso) de modelos de diez o veinte años atrás. El papel de marcas como Converse o Puma fue clave en esos primeros pasos. Viejas zapatillas de baloncesto o tenis con las que ahora nos daLifestyle, sportstyle, casual, urban… No importa como le llamemos. Lo que importa es que el calzado deportivo, o con inspiración deportiva, está arrasando en la calle. Y el sector es, con diferencia, quien más partido le está sacando a este boom. Un boom que, por ahora, no parece tener techo. El calzado deportivo se impone en la calle a fondo 74 ría miedo jugar empezaron a inundar las calles. Y las grandes no tardaron a sumarse a la fiesta. Y claro, con una capacidad de maniobra brutal y un fondo de armario considerable para actualizar viejos iconos, empezaron a apostar a ciegas por el calzado casual/urbano. Lo que sigue es obvio: todo el sector sumándose a esta tendencia, incluso las marcas más técnicas, sobre todo las vinculadas al emergente mundo del running, que también a un ritmo vertiginoso, pusieron en lo alto de las listas de ventas el llamado retrorunning. Basta ver, por ejemplo, el boom que en su día lograron -y aún mantienen- marcas como Saucony o, sobre todo, New Balance, con sus líneas casual inspiradas en sus modelos running de hace años. En la lista de “impulsores” tampoco podemos olvidarnos de la catalana Munich, la primera marca especializada en fútbol que decidió apostar fuerte por la moda deportiva, o el gran trabajo

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