TradeSport 279 - Septiembre 2019

a fondo 50 RUNNING toca remar.Y fuerte. Marcas y tiendas se han dado cuenta de que hay que trabajar fuerte, y juntas, para mantener la fuerza del running y, aunque a un ritmo más lento, intentar que siga creciendo. Y por ahora, aunque está costando, se está logrando mantener la inercia de esos años“gloriosos”.Y ese tiene que ser el objetivo a corto y medio plazo. GESTIONAR EL ÉXITO Y SER REALISTAS La historia del sector está llena de ejemplos de cómo se han quemado naves por no saber gestionar el éxito. El sector tiende demasiadas veces a volcarse a ciegas con aquello que funciona. Hace apenas una década el running era un deporte más. Un deporte al que muchos le daban la espalda. Había bastante gente que corría, pero no la suficiente como para que la especialización ganara terreno al multideporte. Pero de repente la crisis lo cambió todo.Y en unos meses se pasó de llamar locos a quienes corrían por las ciudades a mirar con cara de sorpresea a quien no lo hacía. Correr estaba de moda.Y claro, el sector reaccionó. Bueno, para ser justos, reaccionaron las tiendas. Las marcas llevan años trabajando muy bien esta categoría, tanto en marketing como, sobre todo, en I+D, y aunque evidentemente las grandes han cambiado sus estrategias con el auge de práctica y han llegado a nuestro mercado muchas -muchísimas- nuevas marcas, ha sido la tienda la que más ha cambiado con el boom de este deporte. Durante meses, o años, la demanda fue muy buena y la oferta, además de serlo también, era bastante “razonable”. Pero apuntarse a un boom como el del running es relativamente fácil, y en muy poco tiempo la red de comercios especializados en se disparó. Exageradamente. Y muchas veces bajo la gestión de gente que no tenía la más remota idea de llevar una tienda y que creían que con la pasión que tenían por este deporte bastaba. Lo mismo que pasó con el triatlón. Por si fuera poco, parece que nadie se dio cuenta de que el running es un deporte que se“presta” mucho a ser trabajado por los comercios multideporte, tanto los independientes de mediano formato como, sobre todo, los grandes operadores (que lógicamente no dejaron pasar la oportunidad de apostar por un deporte con tan buena salud). La especialización tiene un gran tirón entre los corredores habituales, pero el poder de las grandes cadenas es casi infinito.Y teniendo en cuenta que el target que ha disparado las ventas es, en sus primeros pasos, más de multideporte que de especialista, el reparto de poderes empezaba a estar bastante claro. Para rizar el rizo, además, las grandes marcas apostaron fuerte por las tiendas propias.Y lo siguen haciendo. ¿Conclusión? Mucha gente para tan poco pastel. Así que, como era previsible, la burbuja acabó estallando. Durante 3 ó 4 años muchas tiendas han tenido cierto margen para crecer y consolidarse, pero se acabó llegando a un punto en el que los cierres empezaron a tener más peso que las aperturas. Incluso grandes especialistas que jamás hubiéramos pensado que bajarían la persiana tuvieron que poner punto y final a su aventura. El mercado no perdona, y cuando la oferta es muy superior a la demanda, empiezan los problemas. El segmento tiene que asumir que el hecho de que cada vez haya más gente que corre –porque Sobreoferta, frenazo en las ventas, las tiendas propias impulsadas por las marcas y muchos otros factores vinculados a la gestión hacen que hoy por hoy apostar por una tienda de running no es, ni mucho menos, una garantía de éxito. Además, con la moda deportiva ganando terreno (otra vez), es más que probable que la presencia del running en el multideporte vaya a la baja.

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