71 A día de hoy, con el boom completamente superado (y olvidado) el triatlón es un deporte saneado, y aunque sigue siendo minoritario, ha conseguido construir una base muy sólida, tanto de practicantes como, también, de oferta. Y aunque pueda parecer paradójico, hoy por hoy es una modalidad mucho más fuerte que cuando lograba grandes crecimientos. mella). Más allá de los productos estrella que pueda tener el triatlón, que obviamente son zapatillas, neoprenos y bicis, si algo hay que destacar de esta modalidad a nivel de productos es la fuerza que han ganado todos los complementos técnicos, cuya evolución a nivel de prestaciones ha sido espectacular y que, además, dejan una gran rentabilidad a la tienda, tanto por su buena demanda –y venta- como por su rotación y su poder de fidelización. La lista es muy larga y podemos encontrar desde gafas, gorras, perneras o calcetines, hasta portadorsales o cremas solares. Y obviamente no podemos pasar por alto el gran crecimiento experimentado por dos universos muy vinculados a este deporte: la nutrición y los pulsómetros. De la primera, poco que decir. Basta con leer el artículo sobre nutrición que pueden encontrar en este mismo número. El triatlón es un deporte exigente donde es fundamental una buena gestión de lo que comemos y bebemos. Y no es algo que sólo deban tener en cuenta los profesionales o quienes buscan una buena marca; todo el mundo puede comprobar cómo, si se gestiona bien su ingesta, este tipo de productos pueden ayudar a maximizar el rendimiento. Para el comercio, además, es un producto que por su precio y por los hábitos de compra, genera mucho tráfico en la tienda y es un buen reclamo para fidelizar al cliente. Respecto a los pulsómetros, poco que añadir a los que llevamos meses diciendo. Su precio medio, obviamente, es muy superior al de la mayoría de complementos, pero su evolución ha sido una de las más espectaculares que se han dado en la última década dentro del sector. El deportista es cada vez más exigente con su entrenamiento y de ello se han beneficiado –y mucho- los pulsómetros. Analizar el entrenamiento, durante y después, es un hábito al que muchos deportistas ya no pueden renunciar.Y la mejor prueba de ello la tenemos en las ventas de este tipo de productos, al alza desde hace muchos años. ADAPTARSE A UN NUEVO RITMO Al triatlón no le queda más remedio que resituarse. Después del boom siempre viene un bajón importante, y este segmento ya lo ha pasado. Ahora el éxito es mantenerse estable. Crecer progresivamente y sin altibajos.Trabajar para mantener la fuerza que se tiene hoy en día. Eso es lo que debe hacer el triatlón.Aguantar el ritmo de crucero que tiene hoy en día. Sin esperar grandes cambios, sin buscar otro boom. Mantenerse con lo que tiene, que es mucho, y seguir explotando aquello que lo hace fuerte, como las pruebas. Lo de llenar competiciones 3 minutos después de abrir inscripciones queda lejos.Ahora hay muchas menos pruebas y muchas menos colas, pero los que queda, hay que mantenerlos. Y trabajar para crecer, porque hay margen para seguir ganando terreno. El problema es que, si nos empeñamos en exprimir demasiado este potencial, el techo acabara estando muy cerca. Bike, running y natación tiran mucho todavía, y lo más lógico es que un porcentaje importante de quienes se enganchan a estos deportes prueben con el triatlón. Prueben y se enganchen. Eso sí, también habrá trasvaso a la inversa, y muchos de quienes han probado el triatlón, acabarán volviendo al bike o al running por exigencia o por tiempo. Lo importante es que estos deportes se retroalimenten. Con eso, y con la base que sube (las licencias de niños no paran de crecer) el triatlón tiene garantizada cierta calma. Si no se excede. Si aprende de los errores. Si marcas, tiendas y, también, organizadores de pruebas, dimensionan el mercado en su justa medida.
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