TradeSport 278 - Julio-Agosto 2019

motivación para entrenar. Y lo mejor de todo es que, por las características de las pruebas -la variedad en distancias- es un reto que puede marcarse todo el mundo. Algunos se contentan con superar un Sprint y otros empiezan a entrenar con la mirada puesta en la larga distancia (los cantos de sirena de Ironman pueden ser irresistibles), pero todo el mundo puede encontrar alguna prueba en la que encaje. Al fin y al cabo, salvo los pocos que viven de este deporte, uno lucha contra sus límites y no contra los demás. Tampoco hay que olvidarse, para “justificar” el boom del triatlón, que este deporte engloba a dos de las disciplinas que más han crecido en los últimos años (running y bike). Y con eso ya está casi todo dicho, porque ambas modalidades han “derivado” a muchos de sus practicantes al triatlón, sobre todo desde el running. Correr se ha convertido en una rutina necesaria para muchos españoles y un paso lógico, para la mayoría, ha sido probar con el triatlón. Otro tema más complejo es si se trata de una modalidad asequible. Y aquí la cosa no está tan clara. Una equipación más o menos decente no baja de los 1200-1500 euros (calzado, bici, neopreno…). Además, son muchos los que, a medida que van mejorando sus tiempos, renuevan su material –a mejor- de manera que estamos ante un deporte que, tanto a corto como a medio y largo plazo, es caro. Por si fuera poco, la gran razón de ser de esta modalidad, es decir, las pruebas, son bastante caras, con lo que la inversión, si se quieren hacer varias pruebas al año, puede dispararse algunos cientos de euros –o miles si se hacen largas distancias nacionales e internacionales- contando la inscripción y el desplazamiento. No es extraño, en este sentido Después de un boom exagerado, de un ritmo que era demasiado obvio que no podría sostenerse mucho tiempo, el triatlón ha entrado en una fase de estabilización. Y lejos de los que pueda parecer, eso es bueno. Porque cuando se corre demasiado, el riesgo de estrellarse es muy alto.Y el triatlón, hasta hace relativamente poco, avanzaba con bastante descontrol hacia el precipicio. Y aunque algunos cayeron en él, la lógica del mercado acabó por obligar a este segmento a coger un ritmo mucho más racional, más lógico, dejando atrás a una larga lista de oportunistas y empresas que no supieron gestionar bien su apuesta por el triatlón. Que no tenían capacidad para hacerlo. A día de hoy,con el boom completamente superado (y olvidado) el triatlón es un deporte saneado, y aunque sigue siendo minoritario, ha conseguido construir una base muy sólida, tanto de practicantes como, también, de oferta. Y aunque pueda parecer paradójico,hoy por hoy es una modalidad mucho más fuerte que cuando lograba grandes crecimientos. Es cierto que el potencial que se le auguraba entonces, cuando parecía que quien no se apuntaba al triatlón era un perdedor, ha quedado en nada, pero sigue creciendo en practicantes y sus volúmenes de venta siguen siendo buenos. Menos de lo que se esperaba (pecando de optimismo), pero buenos. Como pasó en el esquí hace algunos años, y como suele pasar cada vez que un deporte crece exageradamente en poco tiempo, este deporte se ha redimensionado, ha entendido su alcance real, su margen lógico de crecimiento. Y eso es, sin duda, lo mejor que le podía pasar al triatlón: entender hasta donde podía llegar y, además, avanzar a un ritmo mucho más tranquilo. Con tanta velocidad era imposible tomar buenas decisiones y diseñar estrategias a medio y largo plazo, que son las que acaban dando frutos. Ahora, tras la inevitable selección natural, el triatlón se está consolidando como un segmento maduro, estable y capaz de generar bastante dinamismo. UN TEMA PERSONAL Si alguien, a estas alturas, aun se pregunta por qué el triatlón dio ese salto y ha acabado ganando tantos adeptos, la respuesta es simple: es un reto personal.Y eso, hoy en día, es un argumento suficientemente potente como para explicar la evolución de este deporte. Otro tema es si la gente es sensata con esos retos. Para casi todo el mundo, sobre todo los que empiezan, un triatlón es una competición contra uno mismo.Y, por que engañarnos, también contra la edad. No en vano, como pasa en deportes como el running, la media de edad de los triatletas suele ser relativamente alta, entre los 30 y los 45. Quizás la crisis de los 40 o quizás edades donde uno es más exigente consigo mismo. Eso, y que deportes como el running o el bike son individuales y su práctica no depende de si se puede coincidir o no con otros. En cualquier caso, muchos deportistas ven en el triatlón un reto personal. Y la satisfacción de superarlo es, sin duda, la mayor 69

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