Solo por los practicantes que tiene, y por los que va ganando año tras año, el peso del outdoor dentro del global del sector obliga a las marcas a trabajar fuerte para no dejar que la máquina baje el ritmo. Apostando por lo más técnico y/o volcándose en las líneas más urbanas. Las opciones para explotar este segmento son infinitas. 41 y que, al fin y al cabo, tiene lo mejor del running y lo mejor del outdoor. No es un deporte excesivamente exigente a nivel físico –como el running, los límites se los marca cada uno-, lo que le convierte en una opción ideal para quienes quieren mantenerse en forma haciendo deporte en plena naturaleza. Es, además, un deporte relativamente barato de practicar: las gamas altas de calzado difícilmente superan los 150 euros (por debajo hay infinidad de opciones) y en textil el gasto no tiene porque dispararse más allá de los 100-150 euros si se apuesta, también, por gamas altas. Otro tema es si uno quiere apostar fuerte, también, por los complementos (mochilas, pulsómetros…). En un momento en el que la crisis y el tiempo parecieron aliarse y el textil outdoor sufrió lo suyo, el auge de esta modalidad supuso un balón de oxígeno para el sector y, sobre todo, una muy buena oportunidad para marcas y tiendas, tanto para las vinculadas al outdoor como para las que están más cerca del running. El crecimiento, obviamente, se ha frenado, pero las ventas han seguido siendo muy buenas en los últimos años. El universo del trail ha construido su propia identidad, con una fuerte competencia, con nuevas marcas superespecializadas y con nuevas categorías de producto. ¿Moriremos de éxito? Es difícil de saber, pero a nadie escapa que la oferta es cada vez más exagerada y aunque esta modalidad sigue generando muchos adeptos, hace meses que hay síntomas de saturación. Menos que en el running, pero la hay. MANTENER LA DINÁMICA Pase lo que pase, por mucho que factores externos nos obliguen a esquivar ciertos vaivenes, el outdoor es y será uno de los grandes motores del deporte en los próximos años. Solo por los practicantes que tiene, y por los que va ganando año tras año, su peso dentro del global del sector obliga a las marcas a trabajar fuerte para no dejar que la maquina baje el ritmo. Apostando por lo más técnico y/o volcándose en las líneas más urbanas. Las opciones para explotar este segmento son infinitas. La demanda es amplia, y en muchos niveles, con volúmenes muy importantes.La cifra de practicantes seguirá creciendo.Y seguramente también crecerá la gente que apueste por el look outdoor para su día a sí.Y por suerte podrán aprovecharse de ello mucha gente: es un universo tan extenso y con tantos perfiles consumidor (consumidores no deportistas o practicantes ocasionales), que puede ser explotado por muchas marcas… y muchas tiendas. El consumidor será cada vez más exigente. En oferta y, sobre todo, en procesos. La sostenibilidad se impone con fuerza y las marcas deberán adaptarse a esta creciente preocupación por el futuro de nuestro planeta. En el Outdoor muchas lo están haciendo ya. Debería ser imperativo moral para un segmento que vive de la naturaleza. Y probablemente más pronto que tarde será un valor añadido para sobrevivir como marca. Vienen días claves para gran parte del segmento. Con un futuro más o menos asegurado en practicantes y, también, en ventas, los retos que plantea el futuro, a corto y medio plazo, tienen mucho que ver con el dónde se va a vender.Y habrá cambios importantes tanto a nivel offline -donde, pese a concentrarse, la especialización ganará peso- como a nivel online. Sobre todo online. Hay que saber cómo y contra quien hay que “competir”. Luchar con Decathlon, por ejemplo, es una batalla perdida.Y casi es mejor aprovecharse de la cadena gala que,nos guste o no,es un gran aliado para generar entusiastas de estos deportes. De nosotros depende seguir ascendiendo. Caminos hay muchos.
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