TradeSport 275 - Abril 2019

75 Decir que al fitness le vienen años buenos no es excesivamente atrevido. El entorno en el que nos movemos, lleno de estrés y prisas, nos hace pensar que la cultura del bienestar seguirá ganando peso. Como lo ganará la práctica deportiva. Y el fitness, en este sentido, tiene todos los números para, en el peor de los casos, mantenerse. nada.Y eso el canal deporte lo ha “sufrido”.Y no solo por una cuestión de ventas, sino más bien, porque ahora es bastante complejo catalogar con cierta exactitud, qué es y que no es material de fitness. Quien va al gimnasio a hacer cinta suele hacerlo con calzado y textil running; si hace cicling utilizará material pensado para bicicleta y así con casi todas las modalidades. Al final, después de esta “depuración”, sólo nos quedarán algunas modalidades de bajo impacto u otras actividades de sala como el aeróbic o el step… y muchos de las que las practican lo hacen con material que cualquiera situaría en categorías que poco tienen que ver con el fitness. O peor aún, con prendas compradas en el canal moda. También hay que tener en cuenta que el fitness ha sido uno de los sectores que mejor ha comprobado la fluctuación del mundo de la moda y tras algunos años en los que la estética fitness, triunfaba dentro y fuera de los gimnasios, de un día para otro este look se convirtió en obsoleto y las ventas cayeron en picado. Ahora parece que el gran trabajo que están haciendo determinadas marcas, sobre todo algunas especializadas en mujer, está generando, otra vez, una muy buena demanda en el comercio deportivo (y en la moda). En calzado es especialmente destacable la apuesta que están haciendo las grandes marcas del sector, con Reebok y Puma en cabeza, y en textil, marcas como Sontress, Casall o Löle, por poner algunos ejemplos, han sabido ganarse la confianza del consumidor, sobre todo de la mujer, mezclando esta tecnicidad con un diseño muy cuidado. Algunas, además, han apostado por la exclusividad como valor añadido, apuesta arriesgada pero que, con un target como la mujer, puede conllevar muy buenos resultados.Y así está siendo. Mención aparte, pero no menos importante (al contrario) merece al gran trabajo, aunque nos pese, que están llevando a cabo algunas cadenas de moda. Seguramente viendo que el canal deporte no daba a la mujer lo que esta reclamaba, y viendo también el boom de determinadas modalidades de gimnasio, Bershka, Oysho y compañía han apostado a ciegas por el textil técnico. Y obviamente los resultados han sido excelentes. Y son ventas que pierde un sector deportivo que cada vez tiene menos poder en el difuso universo del fitness PURO OPTIMISMO... CON CABEZA En esto de las previsiones a medio y largo plazo hay que ser muy precavido, sobre todo porque el sector es muy inestable y lo que hoy arrasa mañana cae en el olvido. De todas maneras, decir que al fitness le vienen años buenos no es excesivamente atrevido. El entrono en el que nos movemos, lleno de estrés y prisas, nos hace pensar que la cultura del bienestar seguirá ganando peso. Como lo ganará la práctica deportiva. Y el fitness, en este sentido, tiene todos los números para, en el peor de los casos, mantenerse. Pero como hemos dicho, hay que ser optimistas y, hoy en día, el fitness tiene mucho recorrido. Los cambios no han sido fáciles, pero una vez consolidados, el fitness avanza a una velocidad de crucero y cuenta con mucho margen para crecer. En centros, en practicantes, en actividades… en casi todo. Otro tema es quien se aprovechará de este potencial.Y en lo alto de la lista no está precisamente el comercio deportivo. El único escollo que puede encontrarse el fitness en este camino hacia arriba, es la sobreoferta de instalaciones. O, mejor dicho, la sobreoferta de modelos calcados. Por ahora la demanda y la oferta están relativamente equilibradas, y eso, teniendo en cuenta el aumento de gimnasios, dice mucho de la época dorada que atraviesa la práctica, pero si la progresión de unos y otros es la misma que hasta ahora y si, además, se insiste en un modelo (el del low cost) que empieza a estar excesivamente explotado, ese potencial se puede ver reducido. Oportunidades las hay, pero es importante no quedarse solo con las que hoy por hoy funcionan

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