TradeSport 271 - Diciembre 2018

Como el mar en un atardecer de verano sin viento. Completamente plano. Completamente tranquilo. Así está el fútbol desde hace muchos años. Sin cambios ni para bien ni para mal. Sumando cada año una facturación espectacular gracias a la venta de calzado, equipaciones y réplicas. Dando vida a muchas tiendas y oxígeno a muchas otras. Viviendo al margen de absolutamente todos. Crisis, altibajos, modas, segmentos que crecen y otros que, directamente, desaparecen… y mirándoselo desde lejos, completamente ajeno a lo que sucede o deje de suceder en el sector y en el mundo, allí está el fútbol, el deporte Rey. El rey del deporte. Con una fuerza y una velocidad de crucero que ni siquiera el iceberg que hundió el Titanic podría frenar. El deporte convertido en negocio carga en sus espaldas demasiados intereses como para que unos y otros no hagan lo imposible como para mantener esa velocidad, aunque haya tormenta. El fútbol es previsible. No ha cambiado en los últimos años ni lo hará en los venideros.Y eso, en un sector con tantos vaivenes, hay que tenerlo muy en cuenta. Para bien. Hace muchos años que no crece como hayan podido hacerlo el running o el bike pero, insistimos, tampoco retrocede. Todo el mundo sabe perfectamente que, a nivel de ventas, es un deporte estable, con pocos cambios que, cuando se dan, suelen ser a mejor y coincidiendo con los años pares, años de Mundial y Eurocopa. Otro tema es quien manda en este basto universo: y los datos son contundentes: el monopolio de las ventas lo tienen dos marcas, que controlan más del 75% de las ventas en unidades y en valor (siendo optimistas). Reparto del pastel aparte, el fútbol es el deporte que mayor cobertura tiene en las tiendas (con permiso del running) y, evidentemente, en ello tiene mucho –o todo- que ver que sea el deporte más practicado en nuestro país. Más practicado y con más licencias, lo que asegura una base sólida y constante que asegura un mínimo (muy máximo) de ventas cada año. Y el hecho de que todo este universo se hay convertido en un negocio que mueve tanto dinero, puede no gustar a muchos, pero no deja de ser un gran aval, el mejor, para que tiendas y, sobre todo, para que marcas, sigan apostando por él a sabiendas de que mantendrá su velocidad de crucero. Sólo así se justifican, en parte, las estratosféricas inversiones que se hacen en este deporte. UNA BASE QUE ASEGURA EL FUTURO Algunas estadísticas dirán que la natación es el deporte más practicado por los españoles. Puede que alguno se atreva a decir que puede serlo el running, pero más allá de esas cifras, engañosas del todo (a cualquier cosa le llaman nadar o correr), el fútbol sigue siendo el gran deporte del sector. Por todo lo que mueve y genera dentro y, sobre todo, por lo que representa fuera. Y aunque entre derechos de televisión, patrocinios, sueldos de las estrellas y venta de entradas, la venta de material deportivo tiene un peso muy relativo, es el deporte que, durante muchos años, ha mantenido viva a la tienda… y a muchas marcas.Lo que ahora hace el running o el Outdoor, el fútbol lleva haciéndolo décadas, sobre todo cuando el comercio no estaba tan especializado. No hay que olvidar que en los últimos años el fútbol está concentrando entre un 5% y un 6% del total de las ventas del sector, unos porcentajes muy importantes (sobre todo teniendo en cuenta que más de la mitad de las ventas se las lleva el tiempo libre). La venta de calzado, por ejemplo, ronda desde hace años los dos millones de pares anuales –entre fútbol y fútbol sala-, y a eso hay que sumarle las réplicas (que se dispara en años pares), las equipaciones y una larga lista de complementos. La elevada facturación de este deporte, más allá del volumen importante que tienen las réplicas, se explica, simplemente, analizando la gente que lo practica. Y no hablamos sólo del más de 1.000.000 de licencias que hay –y que, sin duda, ya dan una idea bastante clara de cómo pueden ir las ventas- sino, sobre todo, por los miles y miles a fondo FUTBOL Sin cambios de españoles que juegan en liguillas amateurs (algunas estimaciones apuntan a que más de 3 millones de personas podrían estar jugado a fútbol cada semana) o los centenares de miles de niños que, jueguen o no, quieren las botas que llevan sus ídolos. Sólo con estos datos, ya queda bastante claro que estamos ante un segmento que, además de ser fuerte, tiene un volumen de ventas muy estable,con mínimos importantes,que, difícilmente, irán a la baja. La base es muy fuerte y, aunque es cierto que hay una franja de edad, cuando los jóvenes acaban su etapa escolar, en la que el fútbol pierde mucho fuelle, especialmente en la venta de botas, la cantera siempre será muy sólida y asegurará muy buenas ventas a este segmento. Con este panorama lo que es lógico es que el fútbol, además de ser un deporte con tanto peso dentro del global del sector, sea también un deporte muy estable. Estable y con muy pocas probabilidades -por no decir ninguna- de que las cosas vayan a ir a peor. Ha tenido y tendrá altibajos, pero nada importante, ni para bien ni para mal. Y a estas alturas ha quedado bastante claro que eso no podemos decirlo ni del running ni del bike… ni de ningún otro deporte a parte del fútbol. EL PODER DEL DINERO Si intentamos centrarnos únicamente en el material y dejamos de lado otras cosas que tienen que ver con este deporte como negocio, la primera conclusión a la que llegamos es que el dinero manda. Y manda mucho. Como en otros tantos aspectos de la vida, en el fútbol mandan quienes tienen más capacidad de invertir para construir marca.Y mandan, además, con una contundencia brutal, monopolizando espectacularmente este segmento. Nike y adidas son los grandes dominadores del fútbol y, como hemos dicho antes, 33

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