Después de varios años creciendo a un ritmo considerable, el calzado atlético ha dado un frenazo importante. El primer semestre de 2018 se ha cerrado con un crecimiento casi imperceptible, por debajo del 1% (en valor) a pesar de que el precio medio ha aumentado ligeramente. Un auge difícil de sostener más tiempo, el cierre de varios especialistas y una ligera caída de la práctica, motivos principales de este cambio de ritmo. Era previsible. Solo faltaba tener claro el cuándo. Después de unos años creciendo a un ritmo muy bueno (especialmente por venir de donde veníamos), el calzado atlético pierde fuerza. O mejor dicho, pierde velocidad, porque crecer, sigue creciendo. Poco. Muy poco. Pero crece. La situación no es, ni mucho menos, alarmante. Alarmantes eran las ventas de hace una década. Y los índices de práctica deportiva. Ahora, simplemente, el boom se está empezando a deshinchar. Y el cambio de hábitos también tiene mucho que ver. Si la crisis fue un perfecto aliado para del deporte, el haberla superado, obviamente, ha tenido sus consecuencias. Y la más evidente es una redirección del gasto en ocio. Si antes la gente gastaba el dinero en deporte, por ser asequible, accesible y saludable, ahora, con más dinero en el bolsillo y, sobre todo, menos miedo, el dinero vuelve a gastarse en viajes,restaurantes y otras formas de ocio que nada tienen que ver con el deporte. Y eso, claro, supone menos ventas para el sector. Esta realidad, unida al hecho de que la moda está repuntando, explica, también, que muchos detallistas deportivos estén apostando por abrir tiendas de moda deportiva, la mayoría de ellas especializadas en calzado urbano. El árbol que más cobija… hasta que se hace de noche. Parece que no aprendemos. UN ALIADO INESPERADO Volvamos a unos meses atrás.Ahora el calzado atlético parece estancado, pero no podemos obviar el recorrido que ha hecho en los últimos años. Del ostracismo a sostener al sector. Casi nada.Y rompiendo cualquier previsión. Que el calzado atlético pasaría a un segundo plano cuando la moda deportiva se hiciese fuerte era relativamente fácil de imaginar (por la idiosincrasia del sector y por los irrisorios índices de práctica deportiva que teníamos hace una década), pero lo que muy pocos podían prever es que, cuando peor se pusieran las cosas, cuando la moda estaba herida de muerte, sería el universo atlético, especialmente el calzado, quien salvaría al sector de la quiebra. Pocos lo hubieran podido imaginar hace una década. Lo atlético salvando al sector. En esos años las tiendas se volvían locas apostando por la moda deportiva. Sin criterio y sin medida. Lo atlético se hacía fuerte en los especialistas mientras el canal multideporte se volcaba en la moda y apenas daba espacio a los pocos deportes que tenían cierta rotación, básicamente el fútbol. Pero llegó la crisis. Y se cebó, sobre todo, con la moda deportiva. El canal multideporte, que había apostado a ciegas por esta categoría, empezó a tambalearse. Y muchos cayeron. Lo que aguantaron, que fueron pocos -y grandes-, lo hicieron porque, aun manteniendo su apuesta por el universo más casual, también apostaron fuerte por el deporte. Volvieron a hacerlo; volvieron a sus raíces. Y lo hicieron, básicamente, para aprovechar el boom de deportes como el running, el fitness, el Outdoor o el bike. Deportes que, con la crisis (gracias a ella, probablemente), se habían hecho muy fuertes. Y aunque en estas modalidades todas las categorías ganaron mucho peso, fue (y es) el calzado quien se erigió como el gran motor de este crecimiento. Esta categoría siempre ha sido el eje sobre el que han girado segmentos tan fuertes como el running o el outdoor,pero en esos años,en los que muchos necesitaban un clavo ardiendo al que aferrarse, su peso se consolidó, con un crecimiento que sirvió, no solo para que las tiendas especialistas superarán con cierta habilidad las embestidas de la crisis sino, sobre todo, para que muchos multideporte que se veían hacia la deriva, pudieran dar un cambio radical de estrategia y volvieran a apostar por lo atlético para sobrevivir. a fondo CALZADO TÉCNICO Bajando el ritmo... después del sprint La crisis dejó muchas víctimas, sobre todo en el comercio, pero nos enseñó una gran lección: nunca hay que perder ni dejar de lado la esencia. Porque esa esencia es la que aflora cuando las cosas van mal. Esa esencia es la que nos lanza un salvavidas. Cuando peor se presentaban las cosas, el deporte, en su esencia, fue clave para evitar una debacle antológica. Ahora, superada la crisis, toca remar fuerte. Mucho más fuerte. No diremos que el boom del calzado atlético vino regalado, pero es obvio que la situación hizo más que las marcas. Y ahora, lo difícil, es mantener el ritmo. El consumo parece repuntar, y aunque el panorama comercial que ha dejado esta crisis es bastante desolador –por las pérdidas y, sobre todo, por los cambios de hábitos de consumo-, el sector vuelve a coger cierta dinámica en su conjunto. Una dinámica que no será tan fácil de mantener como cuando, con la crisis, el deporte se convirtió en la principal válvula de escape de los consumidores . Lo que se logró en tiempos revueltos va a costar mucho mantenerlo ahora que las aguas bajan más tranquilas. Curiosa paradoja. RUNNING Y TRAIL: EL MOTOR DEL CAMBIO. PARA BIEN Y PARA MAL. Después de años insistiendo en ello, no hace falta extenderse demasiado en las bondades que tiene el running ni en el fuerte crecimiento que ha experimentado. Basta con decir que ha sido el gran motor del calzado atlético en los últimos años y que, incluso en un contexto tan complejo, ha crecido espectacularmente. Pero quien más crece más puede perder.Y ha sido precisamente el retroceso en las ventas de calzado running uno de los factores clave para que el global del universo técnico hay perdido tanto peso. Pero volvamos a echar la vista atrás. En apenas cinco años la cifra de pares vendidos se duplicó, 47
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