El crecimiento experimentado por el running durante varios años fue, simplemente, espectacular. Pero también fue descontrolado. Y la lógica de los ciclos, de la que nadie ni nada se salva, hacía presagiar un frenazo brusco. Y así fue. Y lo más paradójico es que ese retroceso no se dio como consecuencia de una caída de la práctica, como había sucedido hace años en algunos deportes, sino más bien por una mala gestión del éxito por parte de marcas y tiendas. Le evolución del running en los últimos años ha sido como una carrera de larga distancia. Un maratón, por ejemplo. Y la estrategia, en algunos momentos, no ha sido la más adecuada. Se subió demasiado el ritmo antes de lo deseable, sin pensar que la meta, todavía, estaba lejos.Y claro, llegó el temido “muro”. Antes de lo esperado. Las piernas empezaron a fallar y el running no tuvo más remedio que bajar el ritmo. Bastante. Pero consiguió seguir corriendo y recuperar un ritmo bueno. La meta sigue allí. Y las cosas se van poniendo en su sitio. Crecer rápido, como correr rápido, no siempre es bueno. Hay que saber muy bien cuáles son los límites y cuál es el ritmo más adecuado para seguir en pie. Hay carreras en las que lo importante no es llegar cuanto antes, sino lo más lejos posible.Y el running, después de acelerar en exceso, parece haber entendido (aunque sea a base de sustos) que subir de pulsaciones puede ser peligroso. 2018,como lo fue 2017,está siendo un año de retos. Un año de resituarse; de redimensionarse. De aceptar, sobre todo, que, aunque el running esté muy vivo a nivel de practicantes (algo en lo que muchos no confiaban), la oferta, en marcas y tiendas, tiene todavía que depurarse. Hay que volver a coger un ritmo de crucero. Ritmo de tractor que dicen algunos. El crecimiento experimentado por este deporte durante varios años fue, simplemente,espectacular.Pero también fue descontrolado.Y la lógica de los ciclos, de la que nadie ni nada se salva, y mucho menos las modas, hacía presagiar un frenazo brusco.Y así fue.Y lo más paradójico es que ese retroceso no se dio como consecuencia de una caída de la práctica, como había sucedido hace años en algunos deportes, sino más bien por una pésima gestión del éxito por parte de marcas y tiendas. Por una oferta muy por encima de la demanda. Ahora toca, como hemos dicho, resituarse.Analizar la realidad, que sigue siendo muy positiva, y adaptarse a ella. Dar una respuesta lógica y, sobre todo, medida, a la demanda. Y esforzarse para generar más demanda. Y mientras, asumir que la llamada selección natural seguirá su curso. seguirá dejando muertos en el camino. Como pasa siempre que toca ajustar la oferta a la demanda real. En marcas y en tiendas. Toca empezar a entender el running, no como una moda o un segmento fácilmente explotable, sino como un universo sólido, fuerte, con identidad y mucho más maduro de lo que muchos creen. Si somos capaces de entender esta realidad, el running puede tener todavía mucho recorrido. Y puede tenerlo, básicamente, porque la práctica sigue en niveles muy buenos y muchos corredores han incorporado este deporte a sus hábitos, a su rutina. A estas alturas quienes creían que el running se pegaría un leñazo cuando pasase la crisis ya se habrán dado cuenta de que estaban equivocados: hay una base muy sólida de corredores que sigue creciendo año tras año y que, obviamente, asegura un buen volumen de ventas. A corto y medio plazo, y pese a esos daños colaterales de los que hablábamos, el running es y seguirá siendo uno de los deportes más dinámicos a fondo RUNNING Recuperando sensaciones del sector. Ahora, eso si, toca ver como evoluciona el comercio, todavía sobredimensionado y, sobre todo, hay que estar muy atentos a los cambios que se están dando y se darán en el reparto de poderes, tanto entre marcas como, especialmente, entre tiendas. Las cosas han cambiado mucho en apenas dos años. El running es dinámica, lo hemos dicho, pero este dinamismo, y un futuro que todavía invita al optimismo, no son garantía de nada. Las ventas no son las de hace dos o tres años, sigue habiendo demasiadas tiendas especialistas (sobre todo teniendo en cuenta el peso de esta modalidad en muchas multideporte), las marcas están apostando fuerte por sus tiendas propias y, encima, el online va ganando protagonismo a pasos agigantados. Las marcas quizás lo sufran menos,pero el comercio físico se enfrenta a muchos retos en los próximos meses… RITMO DE CRUCERO El porqué del boom del running lo tenemos todos más o menos claro y no hace falta extenderse en ello. Basta, seguramente, con decir que es una modalidad muy accesible y asequible, y que sus beneficios para la salud -física y psíquica- son considerables. ¿Por qué ahora? ¿Por qué con esta lista de ventajas se ha tardado tanto en dar el salto cuantitativo? Pues seguramente la crisis haya tenido mucho que ver en ello. Curiosamente. En una época de contención del gasto, de cambio en los hábitos de compra y de muchos recelos a gastar en ocio (incluso pudiendo), el deporte ha ganado mucho protagonismo como válvula de escape, 49
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