TradeSport 267 - Julio-Agosto 2018

El triatlón se “racionaliza”. Después de un crecimiento espectacular en los últimos años, vuelve a coger ritmos más lógicos. Quizás a simple vista pueda parecer que recula, pero simplemente ha frenado su ritmo de crecimiento. Lo ha disminuido. Ha alcanzado una madurez que, aunque le priva de lograr grandes repuntes, le asegura unos mínimos suficientemente importantes como para avanzar con relativa solvencia. A muchos les parecerá que la burbuja se ha deshinchado. Y puede ser que sea así si entendemos esa burbuja como un crecimiento desmedidos de practicantes y, sobre todo, de la oferta. Probablemente, respecto a lo segundo, simplemente se haya dado una selección natural después del previsible (por la idiosincrasia del sector) exceso de oferta -en producto y en tiendas-. Pero en practicantes, aunque el ritmo se ha ralentizado, la evolución sigue siendo muy positiva. Y prueba de ello son,no solo las pruebas que siguen llenando el calendario nacional sino, sobre todo, la firme apuesta que muchas marcas siguen haciendo por este deporte. Las especialistas y, también, las del universo running, bike y natación. En definitiva, lo que en un principio podía parecer una moda, acabó convirtiéndose en una tendencia que reforzó la identidad de un deporte que, aunque sigue siendo minoritario, ha conseguido construir una base muy sólida, tanto de practicantes como, también, de oferta. Y con el tiempo, con las cosas más calmadas, lo que deja la tormenta es un deporte maduro, sólido, consolidado y mucho más fuerte que hace una década. Probablemente su margen de crecimiento no sea tan amplio como el que muchos le auguraban hace apenas media década, cuando empezó su espectacular auge (uno de los más importantes de los últimos años porcentualmente hablando), pero sigue creciendo en practicantes y sus volúmenes de venta siguen siendo muy buenos. Camina a un ritmo mucho más lógico y, tras la previsible selección natural, se está asentando en el sector como un segmento fuerte, estable y capaz de generar bastante dinamismo en el universo del triatlón y, también, en el del bike, el running o la natación. UN RETO PERSONAL QUE ASEGURA EL DINAMISMO Una de las grandes ventajas que tiene el triatlón es que encaja perfectamente en la nueva cultura deportiva que se está “construyendo” desde que comenzó la crisis. Una cultura en la que se imponen el bienestar, la salud y el deporte. Una cultura donde los retos personales tienen un peso importante. Donde la superación personal emerge como un reto casi obligatorio.Y entre estos retos, uno de los más tentadores es, sin duda, el triatlón. Para casi todo el mundo, sobre todo los que empiezan, un triatlón es un reto. Aunque sea la distancia más corta.Además, como pasa en deportes como el running, la media de edad de los triatletas suele ser relativamente alta, entre los 30 y los 45. Quizás la crisis de los 40 o quizás edades donde uno es más exigente consigo mismo, necesita desestresarse del trabajo y empieza a plantarse retos. Eso, y que deportes como el running o el bike son individuales y su práctica no depende de si se puede coincidir o no con otros. En este sentido no es extraño que un porcentaje muy alto de quienes que corren, nadan o van en bici tarde o temprano acaben planteándose probar con el triatlón. Ahora y en el futuro. Así que, mientras el futuro de estas tres disciplinas esté más o menos “asegurado”, el triatlón seguirá teniendo cierto dinamismo. Y por ahora no hay sospecha alguna de que, sobre todo bike y running, vayan a perder fuelle. Cuando un deporte experimenta un fuerte crecia fondo TRIATLÓN Del boom a la madurez miento en practicantes y en ventas lo primero que debemos intentar analizar es el por qué. Y probablemente la primera razón que nos venga a la cabeza cuando pensamos en el triatlón sea que esta modalidad engloba a dos de las disciplinas que más han crecido en los últimos años (running y bike). Y con eso ya está casi todo dicho, porque ambas modalidades han “derivado” a muchos de sus practicantes al triatlón, sobre todo desde el running. Correr se ha convertido en una rutina necesaria para muchos españoles y un paso lógico, para la mayoría, ha sido probar con el triatlón. Además, aunque a muchos les pueda parecer que el triatlón es una disciplina muy exigente y sólo al alcance de grandes deportistas, una de las razones que ha propiciado su auge ha sido su accesibilidad. El triatlón no es sólo Ironman. Cualquiera que tenga un mínimo de preparación física (y runners, ciclistas y nadadores lo tienen) puede afrontar sin problemas algunas de las distancias más cortas (supersprint, sprint e, incluso, Olímpica).Al final es un problema de tiempo. Si se puede entrenar muchas horas, el reto serán las grandes distancias; si no, si tenemos poco tiempo para salir a correr, ir en bici o nadar, las distancias cortas serán más que suficientes para disfrutar de este deporte.Y de esto saben mucho los organizadores de pruebas amateurs, que han jugado muy bien sus cartas y han aprovechado a la perfección las posibilidades que ofrece este deporte en cuanto a distancias. Estas pruebas populares son el mejor termómetro para saber cómo marcha un deporte a nivel de practicantes. Y en el caso de triatlón, en un tiem-

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