TradeSport 266 - Junio 2018

Con un futuro más o menos asegurado en practicantes y, también, en ventas, los retos que plantea el futuro, a corto y medio plazo, tienen mucho que ver con el dónde se va a vender. Y habrá cambios importantes tanto a nivel offline -donde, pese a concentrarse, la especialización ganará peso- como a nivel online. 31 de pies a cabeza con material técnico sin ninguna intención de subir ni siquiera a un 3.000. Por suerte para el Outdoor, la gente ha entendido que no hace falta subir tres mil metros para disfrutar de la naturaleza; y que para disfrutar se puede correr por caminos rurales, pasear por algún monte cercano a la ciudad o darse una vuelta en bici por cualquier ruta verde. Lo importante, al final, es hacer deporte…y hacerlo lejos de la ciudad. Y la gran baza que ha colocado al outdoor en el podio de los deportes con mayor potencial a corto, medio y largo plazo es, precisamente, la accesibilidad que tienen las llamadas modalidades de bajo impacto, a las que puede acceder todo el mundo. La oferta, además, se ha disparado en estos últimos años y cualquier perfil de practicante tiene a su alcance una lista infinita de posibilidades para practicar modalidades como el trekking, el senderismo, las travesías o el walking, modalidades muy recreacionales y, sin ningún afán competitivo. Si a este boom de las modalidades de bajo impacto (y el consecuente crecimiento de las ventas) le añadimos, como hemos dicho antes, que el look outdoor se impone incluso entre los que no practican ninguna de estas modalidaes vinculadas al outdoor, la lógica impone una apuesta firme por este tipo de prendas. Las marcas, en este sentido, no han dudado lo más mínimo en redoblar su apuesta por la líneas más “urbanas” y dar respuesta un perfil de consumidor que busca buen precio, un look outdoor y una funcionalidad justa. Las grandes han nacido y crecido con lo técnico, con lo extremo incluso, y han seguido apostando por esta tecnicidad máxima (que les da imagen) pero, su presente y su futuro–y el del segmento en general- pasa por seguir apostando por las colecciones menos técnicas y más asequibles. Para evolucionar hay que adaptarse a las necesidades del consumidor. Y eso es lo que han hecho las marcas, que han sabido entender que al practicante ocasional y al no practicante, aunque se les puede llegar a convencer de que apuesten por la tecnología, tendrán muchos menos reparos a gastar si ven que lo que compran también lo podrán usar para ir a trabajar o para salir a pasear por la ciudad. Versatilidad, así de simple. El trail marca el ritmo La fiebre del trail se ha calmado. Ya tocaba. Pero además de seguir siendo un segmento muy fuerte, ha sido uno de los grandes dinamizadores del outdoor en los últimos años. Y lo sigue siendo. En ventas y en oferta. Ha sido capaz de coger la estela del running y consolidarse como el deporte de moda dentro del mundo Outdoor. A estas alturas no vale la pena perder mucho tiempo analizando el porqué de su auge. Basta con decir que aúna lo mejor del running y lo mejor del outdoor. Puede ser una manera perfecta de entrenar resistencia, una muy buena alternativa para estar en contacto con la naturaleza o, simplemente, una manera de correr mucho más divertida que hacerlo en ciudad.También hay que tener muy en cuenta que es un deporte muy accesible. Seguramente sea un poco más exigente que el running, pero está al alcance de todos aquellos que quieran correr en plena naturaleza. El límite –en kilómetros, tipo de terreno, desniveles…- se lo marca cada uno.Además, es relativamente asequible. Las gamas altas de calzado difícilmente superan los 180 euros (por debajo hay infinidad de opciones) y en textil el gasto no tiene por qué dispararse más

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