TradeSport 265 - Mayo 2018

del fútbol y el baloncesto, a distancia, deportes como el balonmano, el vóley o el hockey también necesitan equipaciones, y aunque en alguno de estos deportes ya depende de que alguna marca se superespecialize (muchas veces por tradición zonal), hay colecciones suficientes como para cubrir la demanda.También cabe destacar la creciente apuesta de las marcas por las equipaciones de running. Es un deporte individual, es obvio, y con una oferta textil muy amplia, pero muchas marcas especializadas en colectivos están aprovechando el tirón de las carreras populares y el auge de clubes para posicionar líneas exclusivas para este perfil de cliente que busca prendas personalizadas y, en el caso de las carreras, grandes volúmenes (y precios bajos). La competencia crecerá, pero las reglas han vuelto a cambiar. Y aunque el factor precio es importante, el servicio vuelve a ser la clave de cualquier estrategia. El universo de las equipaciones es, sin duda, uno de los que más movimiento ha tenido en los últimos años. Aunque aparentemente es un sector secundario, al que pocas tiendas le prestan excesiva atención y que jamás aparece en las listas de segmentos más destacados, los volúmenes que mueve le convierten en uno de los segmentos fuertes del deporte. Fuertes y constantes. Habrá altibajos, habrá baile de poderes, pero las ventas son muy estables y con mínimos asegurados. Y las matemáticas no son precisamente complicadas: tantos clubes, tantas equipaciones. Y a esto hay que sumar las ligas amateurs y otros muchos colectivos. Es fácil, en este sentido, tener una idea de lo que mueven las equipaciones.Y de la lucha que puede darse para controlar este universo. Los últimos años han sido, precisamente, una lucha. Una lucha entre dos estrategias, entre dos maneras de hacer las cosas. Entre quienes pasan por la tienda y quienes pasan de la tienda. Y ahora, superada la crisis que propició la emergencia de determinadas marcas que trabajaban directamente con los clubes, los bandos están claramente definidos. Y con las cartas sobre la mesa todo el mundo sabe el juego de sus contrincantes. EL FÚTBOL, PROTAGONISTA ABSOLUTO… PERO NO EL ÚNICO Si, llevamos años en los que la mayoría de nuestras conversaciones sobre el presente y el futuro del sector parecen centrarse en deportes como el running, el bike, el pádel o el fitness, pero más allá de estas modalidades, que es cierto que han dinamizado la parte más atlética del sector, hay otros deportes que, por su estabilidad y/o por sus niveles de práctica, tienen un peso específico para el sector y para muchas marcas. Uno de ello es, obviamente, el fútbol. Y dentro del fútbol, como es lógico, las equipaciones tienen un protagonismo clave, con volúmenes de ventas, en unidades y valor, que hay que tener muy en cuenta. Y que las marcas tienen muy en cuenta. La gente sigue jugando al fútbol y, obviamente, tienen que equiparse. Para hacernos una idea de las cifras que puede llegar a mover este universo bastaría con repasar los datos federativos. Un análisis de los clubes (y colegios) y las licencias (más de 900.000) nos daría una idea bastante clara de la fuerza de este segmento. Además, habría que añadir, como hemos dicho antes, una interminable lista de liguillas amateur que, obviamente, tienen una incidencia directa en la venta. El fútbol monopoliza gran parte de las ventas, pero hay más deportes cuyo protagonismo en el subsegmento de las equipaciones es importante. El baloncesto, obviamente, es el segundo en la lista. La práctica sigue siendo muy alta, sobre todo a nivel escolar, y las licencias poco tienen que envidiar a las del fútbol. Hay menos ligas amateurs, pero aun así los volúmenes son muy importantes. Al menos lo suficiente como para que todas las especialistas presten tanta atención a un deporte como al otro. Más allá 41

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