so en plena crisis. Sin hacer demasiado ruido el skate ha conseguido adueñarse de ese halo de autenticidad que las marcas del surf habían perdido.Y lo ha hecho, también, sin apoyarse demasiado en el deporte. Crisis aparte, otro bache con el que se encontraron muchas marcas surferas es que su apuesta por la moda y por el volumen se tradujo en un cierto desencanto por parte de muchos consumidores –y tiendas-, que no veían Sin hacer ruido, el skate ha conseguido adueñarse de ese halo de autenticidad que las marcas del surf habían perdido. Y lo ha hecho, también, sin apoyarse mucho en el deporte. mundo tan inestable como el de la moda fue determinante para su fuerte retroceso cuando la crisis se instaló en nuestra economía. El llamado X-Wear (gliss de calle, básicamente) arrasó en un abrir y cerrar de ojos. Marcas como Billabong, Quiksilver, Rip Curl o O’Neil se convirtieron en verdaderos iconos de la moda urbana en muy poco tiempo. El tarjet más poderoso del sector convirtió estas marcas en tendencia y las ventas se dispararon exponencialmente. El gliss se convirtió en una de las tendencias más potentes que ha visto el sector en toda su historia. Pero fue eso, una tendencia. Pura moda. Poco que ver con el deporte por mucho que se intenté ver en sus raíces más profundas una tabla de surf. Lo que se impuso en la calle fue la estética. Del surf como deporte hay poco que hablar. Pocos practicantes –aunque hay que reconocer que cada vez más- y poca“variedad” de material (con una tabla y un neopreno/bañador uno se apaña). Lo que realmente hace fuerte al surf es todo lo que va más allá de lo puramente deportivo. La fuerza de este universo, a nivel de ventas, la controlan el textil, el calzado y los accesorios. Y su historia en los últimos años es exactamente la misma que han vivido muchos otros segmentos: un fuerte crecimiento y, después un batacazo. En este caso mucho más fuerte por culpa de la crisis. Y por estar tan cercana a un mundo, el de la moda, que, como era más que previsible, fue uno de los grandes damnificados por la crisis. Cuando el consumidor reduce gastos suele empezar por el textil.Y el gliss lo ha podido comprobar de primera mano. Como también esta comprobando que, cuando la crisis se deja atrás, el textil recupera su dinamismo. EL SKATE, UN COLCHÓN CLAVE Lo hemos dicho antes: el papel del universo skate ha sido clave para que el revés del gliss no haya sido definitivo. Lo que en su día perdió el surf –o las marcas supuestamente vinculadas a este universo- lo fue ganando poco a poco el skate, inclucon muy buenos ojos la excesiva popularización de determinadas marcas. Si hace apenas diez años el mundo gliss era un coto privado de marcas como Billabong, Rip Curl, Quiksilver y compañía –hablamos de urbanwear, no de colecciones para surf o skate-, hoy en día hay una lista interminable de marcas vinculadas al mundo skate que se han convertido en iconos para muchos adolescentes y jóvenes. Marcas como Circa, Vans, Dc Shoes, Adio, DVS, Etnies, Kustom, Ecko, Element, Zoo York y otras muchas, tienen cada vez mayor presencia en las calles, tanto entre los skaters como, sobre todo, entre los que no tienen ningún interés en este deporte pero sí visten siguiendo las tendencias que marca el skate. La mayoría no podrán evitar –y tampoco quieren hacerlo- entrar en el complejo espiral de la moda, como han hecho las surferas, pero si gestionan bien su paso por este complejo territorio, sobre todo a nivel comercial, es probable que sigan teniendo mucho margen de recorrido. Y más ahora que el skate, como deporte, atraviesa uno de sus mejores momentos (gracias, sobre todo, a la moda de los Cruisers y Longboards). Esta realidad, en la que el skate avanza sin complejos al surf, es perfectamente visible en el comercio. La lista de tiendas que están apostando por la parte más técnica del universo skate, es cada vez más amplia, tanto en comercios multideporte (que están explotando esta categoría en todas sus vertientes, desde el skate clásico hasta el longboard) como en pequeñas tiendas especialistas. Cada uno de estos formatos tiene su público (los primeros más “generalistas”, con un fuerte protagonismo de las gamas de iniciación o medias; y los segundos con una oferta pensada para los más “selectivos”) pero el pastel es suficientemente grande (y heterogéneo) como para que, de momento, todas las partes puedan sacarle partido. Más allá del boom que han experimentado los monopatines (muy explotado, como no, por Decathlon), una de las categorías donde las ventas son más importantes y donde se libra una batalla más fuerte es en el calzado. Y es precisamente donde el skate tiene más poder. Las surferas lo intentaron y fracasaron, pero el skate, en cambio, ha sabido convertir su calzado en una tendencia. En un icono de la moda urbana.Y las ventas así lo atestiguan. El calzado ha sido, y es, el gran motor del gliss.Y ahora la tendencia es al alza. Sin te. a fondo 76 ESPECIAL GLISS
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