Acaban de finalizar los Juegos Olímpicos de invierno de Pyeongchang, donde España ha logrado dos medallas de bronce. Si tenemos en cuenta que se repartían más de trescientas no parece un gran resultado, sin embargo, España ha logrado en estos Juegos de invierno tantas medallas como en toda la historia, ya que antes sólo los hermanos Fernández Ochoa (Paco y Blanca) habían tocado metal (oro y bronce respectivamente). El resultado ha invitado a elevar la voz de las federaciones relacionadas con los deportes de invierno para solicitar instalaciones adecuadas y promoción. En mi opinión, nuestro país, salvo las "islas" de Pirineos, Picos de Europa y Sierra Nevada, no invita a suponer una gran práctica de deportes olímpicos outdoor de invierno, aunque es cierto que las disciplinas indoor podrían desarrollarse en cualquier ciudad y, quizás, los costes de las instalaciones y su mantenimiento sean menos elevados que los de otras instalaciones de las que si disponemos en mayor número. En cualquier caso, creo que la herramienta verdaderamente eficaz para poder lograr medallas, más allá las instalaciones y de programas adecuados para los deportistas destacados, es contar con una amplia base de practicantes que permita identificar de manera sencilla y precoz a futuros campeones. Personalmente, tengo grandes dudas acerca del éxito que la construcción de instalaciones puede conllevar. Resido en una ciudad que ha invertido en este siglo una gran cantidad de dinero en instalaciones (pensando en celebrar unos Juegos) y estas inversiones no han servido para impulsar la práctica deportiva. Es más, algunas se encuentran en una situación de semi-abandono e infrautilización. Este tipo de instalaciones son caras de construir y de mantener, y quizás no son el elemento idóneo para que las federaciones deportivas o los clubes puedan ampliar la base de practicantes y detectar futuros campeones. Cómo ya he apuntado en muchas ocasiones, creo firmemente que el éxito del medallero depende de la base de practicantes. Eso o fiarlo a la existencia de "raras avis" como Javier Fernández o Regino Hernández. Para mí, lo esencial es ampliar la tasa de practicantes desde edades tempranas, e incluso que estos lo sean multideporte y no sólo centrados en uno sola disciplina, y creo que ahí no estamos trabajando correctamente, pues en gran medida esa descomunal tarea se ha depositado en pequeños clubs sin financiación que hacen verdaderos esfuerzos en favor del deporte sin apenas apoyos y con muchas dificultades.Y gracias, también, a que muchas tiendas de deportes y empresas locales les prestan ayuda. Sin ellos, el deporte de base español estaría condenado a la marginalidad. Volviendo a los deportes de invierno, les puedo explicar lo complicado que resulta practicar hockey, patinaje o curling (todas actividades indoor) en una ciudad como Madrid, y las dificultades que los clubes existentes encuentran si quiera para practicar su deporte. Adivino que imaginarán la situación en toda la España interior, donde al margen de la provincia de Madrid, apenas hay 6 ciudades con más de 200.000 habitantes. ¿Cómo vamos a ser capaces de generar élite ante este panorama? Lamentablemente, y aunque nuestra propia Constitución en su artículo 43, dentro del Capítulo tercero del Título Primero (De los principios rectores de la política social y económica) indica que los poderes públicos fomentarán la educación física y el deporte, los esfuerzos han sido bastante menores que en otros asuntos de este capítulo como la defensa de los consumidores, el medio ambiente, la ciencia, el acceso a la cultura o las pensiones, por citar algunos. No quiero comparar unos con otros o establecer prioridades, sino exponer la posibilidad que nuestra Constitución exhibe de fomentar el deporte. No somos, en mi opinión, un país propenso a impulsar la practica deportiva a pesar de nuestra brecha olímpica con países europeos como Alemania, Reino Unido, Noruega, Suecia o Francia. Ni siquiera ante la creciente expansión del grave problema de la obesidad en nuestro país, el cual supone, de manera añadida, ingentes costes sanitarios. En cualquier caso, y aunque todos tenemos el derecho a la protesta, no sé si desde la distribución deportiva tenemos el derecho moral a levantar demasiado la voz, pues mientras otros sectores, sin éxito es verdad, han peleado por la promoción de la práctica deportiva, nosotros no hemos hecho los deberes. El ejemplo más evidente es, seguramente, el colectivo de gimnasios, que han trabajado intensamente en diversas líneas, incluso impulsando la Fundación Vida Activa y Saludable para hacer lobby ante los gobiernos en la promoción del deporte y en la inclusión de exenciones fiscales a personas y empresas por sus gastos en practica deportiva o fomento de la misma, así como por recuperar el IVA reducido en su sector, del que ya disfrutaron hasta 2012. En mi opinión, la sociedad tiene mucho que agradecer a los miles de tiendas de deporte que apoyan y promocionan a clubes locales, pero tenemos que asumir que, como sector, probablemente, no hemos estado a la altura. Sé que hay quien me dirá que hemos sido más inteligentes que otros, pues hemos ahorrado esfuerzos y sinsabores para conseguir lo mismo que otros, y probablemente tengan razón, aunque estoy seguro que otros quizás logren algún día medidas como las que existen en otros países para desgravar los gastos de filiación a un gimnasio, o de contratación de un entrenador personal o recuperen un IVA reducido, mientras que nosotros, a no ser que sea por adición, o por pura suerte, no disfrutaremos de ninguno de esos inputs positivos. Ni siquiera del más que lógico IVA reducido para todo el material duro de uso exclusivo deportivo. Es evidente que no podemos hacer que nieve, pero sí podemos contribuir a aprovechar la nieve que tenemos y solicitar que se cuide adecuadamente para allanar el camino de la práctica deportiva, la cual nos beneficiaría a todos, y derivaría, sin duda, en mayores éxitos internacionales que retroalimentarían la práctica. BYE BYE PYEONGCHANG ARTÍCULO DEL MES Carlos Grande Secretario general de ASECODE TS 36 La sociedad tiene mucho que agradecer a los miles de tiendas de deporte que apoyan y promocionan a clubes locales, pero tenemos que asumir que, como sector, probablemente no hemos estado a la altura a la hora de impulsar la práctica deportiva foto: El Mundo
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