sobre todo, muchos que estrenaban en el salón bávaro. Quizás por curiosidad. Quizás por inquietud. Y eso es buena señal. El porqué del crecimiento de ISPO en un contexto tan movido tiene su lógica. Y hay que buscarla, sobre todo, en el modelo. En el modelo y en el momento. ISPO es la gran feria internacional del sector; es la mejor plataforma para abrir nuevos mercados. Y hoy por hoy, con muchas marcas saturadas en sus propios mercados, una plataforma así, clave en la internacionalización, sólo puede seguir creciendo. Eso si, aunque ISPO mantiene su papel como la gran plataforma sectorial, también tiene varias asignaturas pendientes. Algunas tienen que ver con el formato de algunos de sus pabellones (la estética de algún pabellón de Active Sports no ha convencido), otras con las fechas (hay quien reclama adelantarlas bastante) y, otras (las que más ruido hacen) con el precio del m2. Y no son pocos, ni pequeños precisamente, los que se han quejado… MOSTRARSE AL MUNDO ISPO es, como hemos dicho, la mejor plataforma para ganar presencia en mercados internacionales. Cualquiera que quiera hacerse fuerte en nuevos mercados tiene en ISPo a su mejor aliado. Y esto, en un momento en el que, pese a haberse superado la crisis, está bastante claro que el consumo en el mercado nacional está saturado, es vital para cualquier empresa. Vital y complejo. Por caro y porquu no es fácil dar los pasos adecuados. Y aquí es donde juega un papel vital una feria como ISPO. Una empresa que comercializa sólo a un área geográfica es muy vulnerable, sin embargo, vender a otros países puede mantener los flujos de ingresos en los mercados exteriores, compensar lo que no se consigue en el mercado local y minimizar el impacto de la estacionalidad en los mercados locales. La madurez que ha alcanzado algún segmento y, sobre todo, la crisis, han obligado a las empresas a buscar nuevas vías de crecimiento y la internacionalización es la más lógica. La lista de marcas españolas que ganan cuota fuera de nuestras fronteras es cada vez más larga, aunque seguramente, salvo excepciones, las que están apostando más por la internacionalización y por su posicionamiento en nuevos mercados son las marcas que, precisamente, acuden a grandes ferias internacionales como ISPO, donde, además de posicionarse en los principales mercados de Europa, pueden intentar entrar con fuerza en mercados emergentes. Mercados en los que casi todas las marcas, sea cual sea su origen, parten de cero y el factor marca, en muchos casos, no tiene el peso que tiene en mercados más maduros. Para todos aquellos que quieran seguir creciendo internacionalmente y, sobre todo, para aquellos que quieren iniciar su aventura internacional, ISPO es, sin duda, la mejor plataforma consolidar mercados y, sobre todo, abrir nuevos países. No es imprescindible, porque nada lo es, pero sí puede ser un empujón importante para cualquier marca. Y la confianza que en este salón han depositado las grandes marcas nacionales es, sin duda, el mejor aval. ESPAÑA TIENE QUE GANAR PESO Pese a la confianza que, como hemos dicho, depositan en ISPO algunas de las grandes marcas nacionales, la presencia de compañías españolas aún es bastante baja. Con un mercado nacional al borde del ahogo, parecía que España iría ganando peso en ISP0, pero no ha sido así. Las cifras de los últimos años han cambiado poco, moviéndose en una franje entre las 50 y 60 empresas. Este año serán muy parecidas a las de 2017, con 53 expositores españoles, una cifra que aún está a años luz de países cercanos como Italia o Francia. Países, es cierto, con mucha más tradición y con muchas más marcas líderes. La crisis que hemos pasado (o eso parece) ha evidenciado la necesidad de ganar cuota en el extranjero si se quiere crecer. En la última década las grandes marcas nacionales y los nuevos proyectos que se han puesto en marcha han asumido que el futuro pasa por la internacionalización. Y en ello, como hemos dicho antes, tiene mucho que decir ISPO. El trabajo de AFYDAD, en este sentido, ha sido y es importantísimo. La patronal tiene en ISPO uno de sus principales valores añadidos y siempre ha trabajado intensamente para ofrecer a sus asociados servicios que puedan ayudarle a rentabilizar su presencia -o visita- a ISPO. También en cuanto a visitantes nacionales la cosa debería mejorar. Como hemos dicho antes el año pasado ya hubo más detallistas nacionales que en los años anteriores, pero aún así las cifras siguen siendo bajas. Es obvio que la situación sigue sin ser fácil y que muchas tiendas lo están pasando mal, pero la falta de interés por este punto de encuentro es, hasta cierto punto, preocupante. Muchas no tienen ni tiempo ni dinero para acudir a Munich, y en cierta manera eso puede entenderae, pero desde hace varias ediciones, sólo acuden al salón la mayoría de grandes operadores y algunas (pocas) tiendas especialistas. TS 71 El porqué del crecimiento de ISPO en un contexto tan movido tiene su lógica. Y hay que buscarla, sobre todo, en el modelo. En el modelo y en el momento. ISPO es la gran feria internacional del sector; es la mejor plataforma para abrir nuevos mercados. Y hoy por hoy, con muchas marcas saturadas en sus propios mercados, una plataforma así, clave en la internacionalización, sólo puede seguir creciendo.
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx