EDITORIAL Darse la mano. Hablar mirándose a los ojos. Conociendo los gestos y los tonos. Acostumbrarse a un chascarrillo, a una sonrisa o, incluso, a una voz. Eso jamás lo va a cambiar ni un teléfono. Ni un ordenador. El contacto directo, frente a frente, siempre es y será necesario. En las relaciones personales y, también, en las laborales. La tecnología nos ha dado nuevas herramientas para comunicarnos entre nosotros. Estemos donde estemos. Los que están lejos, aun estándolo, parecen estar muy cerca. Encontrarse es más fácil que nunca. Y rápido. Una llamada, un whatApp, un mail… Y a veces, muchas veces, esta facilidad se convierte en distancia. Y lo mismo pasa en el trabajo. Con nuestros contactos. Las nuevas herramientas nos han dado infinitas posibilidades para comunicarnos. Han mejorado enormemente nuestras relaciones a distancia. Los tempos. Pero no nos engañemos, han enfriado el contacto. Lo han reducido a palabras escritas o, si hay urgencia, a una llamada. Menos visitas. Menos salidas. Menos manos estrechadas. Sí, quizás ganamos en eficiencia y en rapidez, pero en el camino se queda esa parte humana que ninguna de esas herramientas tendrá jamás. Y los que están cerca, aun estándolo, parece que estén muy lejos. La clave de nuestras relaciones la tiene un pequeño aparato, supuestamente inteligente, del que muy pocos podemos prescindir Y sí, es verdad que podemos sacar mucho partido a las nuevas reglas del juego en comunicación. Y también es verdad que esas mismas herramientas han transformado radicalmente, no solo la manera de relacionarse entre empresas, también (o sobre todo) la manera con la que las empresas se relacionan con sus clientes. Con los consumidores. Cómo hablan con ellos. Y cómo les venden. Han cambiado el cómo, el dónde y el cuándo. Los canales tradicionales se han convertido en eso, en tradicionales, con todas las acepciones negativas que puedan arañarse al término. Pero, aun siendo tradicionales, están y estarán allí. En otras formas, quizás. O con otros dueños. Pero ningún canal es sustitutivo. Ni los nuevos. Son complementarios. Porque el contacto directo, frente a frente, siempre es y será necesario. La sociedad punto 0 es una sociedad cada vez más deshumanizada. En todos sus niveles. La clave de nuestras relaciones la tiene un pequeño aparato, supuestamente inteligente, del que muy pocos podemos prescindir. Y no creo que haya que hacerlo. Pero a veces es necesario compartir algo más que un tiempo. Hay que compartir espacios. Encontrarse, reencontrarse o conocer. Hablar mirándose a los ojos. Vender mirándose a los ojos. Y oportunidades hay muchas. Casi infinitas. Una comida con clientes, una visita anunciada o sin anunciar, una feria, una convención, una jornada de networking. A veces basta, simplemente, con ir. Y hablar cara a cara con la gente. Con el sector. El contacto directo, frente a frente, siempre es y será necesario. RAUL BERNAT raul@tradesport.com AYUDANOS CON TUS SUGERENCIAS: tradesport@tradesport.com Innovar O P I N I Ó N TS 5 Cambia todo. Cambia el qué, el cómo y el dónde vendemos. Cambian los hábitos de compra. Cambian las tendencias. Y las marcas que las marcan. Cambian los targets. Cambian los canales. Todo ha cambiado en los últimos años. Y seguirá cambiando en los venideros. Todo o casi todo. Hay algo que apenas ha cambiado en los últimos 20, 50 ó 100 años: la capacidad de innovación de las marcas. En producto y en procesos. El deporte es innovación. Este es su motor de cambio. Es la razón que lo justifica todo. Incluso en la moda. La evolución. Puede caer el cielo, como con la crisis, pero la innovación no se para. Y no lo hace porque, incluso en tiempos de “guerra” (o sobre todo), la única manera de avanzar es evolucionar. La innovación tiene un coste, es obvio, pero es una apuesta al alcance de todos. Nadie, o casi nadie, no tiene oportunidades para innovar. Si no se puede innovar en tecnologías, puede innovarse en diseño. O en procesos. O en fórmulas de venta. Pero hay que innovar. Para evolucionar y para competir. El gran valor añadido de cualquier compañía es su capacidad para innovar. Para ofrecer algo distinto. Sea lo que sea. Pero distinto. Innovar es una actividad de riesgo... pero el principal riesgo es no practicarla El deporte siempre ha sido un sector pionero en innovación. En todos sus segmentos técnicos, desde el running hasta el bike, pasando por el esquí, el tenis o el fútbol. Y a una velocidad de vértigo. Las novedades de hace 3 o 4 años son reliquias ahora. Y el presente será pasado en muy poco tiempo. La novedad es un reclamo, un argumento de venta para muchos más importante que el precio. Y eso obliga. Eso impone. ¿Qué hizo el esquí cuando el calor de dos inviernos le puso contra las cuerdas? Innovar. Con menos recursos y con muchos miedos, pero con el convencimiento de que las huidas siempre son hacia adelante. Y lo mismo han hecho otros segmentos que han perdido fuerza en los últimos años, como el tenis, por ejemplo. Mantener su compromiso con la innovación, sea para 100 o sea para 10. Y si ellos, que sufren, luchan, cómo no van a hacerlo quienes viven épocas doradas. El éxito conlleva competencia, y la competencia obliga a innovar. Hay una parte del botín que se lo reparten las grandes, eso no se puede negar, pero el resto se lo queda quien compite mejor. Quien aporta valor. Quien innova. Hay que ser valiente. Hay que arriesgar. Y si, es cierto, innovar es una actividad de riesgo, pero el principal riesgo es no practicarla. La historia del deporte, de las marcas, ha demostrado con creces que la innovación constante es la única forma de mantenerse competitivo, porque ninguna ventaja es sostenible en el largo plazo. Ninguna. De nadie. Y si alguien cree que no es lo suficientemente fuerte como para innovar, le remito a este conocido proverbio africano: “Quien crea que es demasiado pequeño como para llamar la atención es que no ha dormido nunca con un mosquito en la habitación”. JAUME FERRER jferrer@tradesport.com Contacto DESDE EL AÑO1993 SPORT PANEL EDITA MENSUALMENTE TRADESPORT, LA PRIMERA PUBLICACIÓN DEL SECTOR DEPORTIVO. TRAS 25 AÑOS DE HISTORIA, Y CON LA MISMA INDEPENDENCIA CON LA QUE SE FUNDÓ, TRADESPORT SE HA CONSOLIDADO COMO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN IMPRESCINDIBLE PARA AQUELLOS QUE QUIERAN CONOCER LA EVOLUCIÓN DEL SECTOR. TRADE 260 ESPECIAL FÚTBOL TRADE 259 ESPECIAL OUTDOOR TRADE 257 ESPECIAL RUNNING TRADE 258 ESPECIAL CALZADO
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