tradesport TS 19 algún día. En el otro grupo, el de las especialistas, destacan marcas como Drop-Shot (líder en valor el pasado 2016), Bullpadel, Varlion, Nox, Star Vie, Black Crown o Vairo. Su poder financiero está muy por debajo del de las grandes marcas del segmento de los deportes de raqueta, pero aún así han conseguido convertirse en las principales referencias del mundo del pádel gracias a su especialización. También cabe destacar el crecimiento experimentado por adidas, que saca rédito a su firme apuesta por este deporte. En cuanto al calzado, basta con decir que cada vez hay más jugadores que son conscientes de la importancia que tiene utilizar calzado específico y las marcas, además, se han volcado en ello. Las cifras confirman este crecimiento y el calzado, que en 2014 dobló ventas, ya representa casi una cuarta parte del total de este segmento –en valor-. Esta fuerte apuesta por el calzado la han hecho algunas generalistas, como adidas (que está apostando fuerte por este deporte), la mayoría de marcas que tienen calzado tenis, como Head, Wilson, Dunlop, Babolat o K-Swiss y, sobre todo, Asics, cuyo crecimiento en los últimos años en esta categoría ha sido, simplemente, espectacular. Como en tenis. A estas marcas hay que sumar las pocas especialistas de pádel que han apostado por esta categoría, con Bullpadel o Drop Shot como mejores ejemplos, y otras marcas más multiproducto que han decidido apostar fuerte por este deporte. SEGUNDO PASO: GANAR MERCADOS Podemos hablar de marcas, de comercio especializado, de competencia o de deslealtades, pero lo que es obvio es que el futuro del pádel pasa, sí o sí, por la internacionalización. Por muy bien que vaya el pádel en España, o empieza a abrir nuevos mercados o en pocos meses toca techo. Es una encrucijada muy fácil de entender: el grandísimo potencial que tiene el pádel se queda en nada si no se consigue ganar mercado. Seguirá siendo un segmento fuerte a nivel local, con una gran facturación y muchos practicantes, pero con un potencial muy limitado. Y entonces la selección natural –y la mala praxisserán mucho más crueles de lo que son ahora. La teoría la sabemos todos. El problema es que la práctica es mucho más compleja y salir no es tan fácil como parece. Lo primero es que las marcas que realmente creen en el pádel como algo más que un negocio a corto –máximo una veintena de las 150- caminen juntas y apoyen cualquier iniciativa que ayude a este deporte a ganar mercados. No es importante; es imprescindible. Y por suerte ya se está haciendo. Si no lo conseguimos, si seguimos encerrados en nuestro mercado, cómo mínimo hay que seguir reordenando la distribución. El volumen que mueve el pádel es muy importante y, como el tenis, puede sobrevivir en la estabilidad, pero sólo si este segmento es leal… y legal. En cuanto al comercio, pocos cambios. La red especialista se reordenará y racionalizará (como en los últimos años). La lógica impone que, más allá de estas grandes superficies y de algunos multideporte multiespecialistas que se han volcado en esta modalidad (y que controlan una cuota importante del pastel), sean las tiendas especialistas –físicas y sobre todo online- quienes vayan ganando terreno. Los comercios especialistas online nacionales sin tiendas físicas seguirán ganando peso, como también lo harán las llamadas Proshops. Su crecimiento reflejará, todavía más, la gran problemática a la que se enfrenta el comercio físico frente a estos operadores debido, principalmente, a la gran saturación de la oferta, con más de 150 marcas operando en un mercado todavía pequeño y poco maduro, y con una fuerte presión de la multitud de marcas que buscan en la venta sell-in poderse hacer un hueco. CAMBIOS EN LA FABRICACIÓN Como decíamos en nuestro último informe sobre el pádel, el estado actual de este segmento obliga a hacer cambios. Y si los más evidentes y necesarios no se llevan a cabo (básicamente hablamos de una reordenación del mercado) es lógico que las marcas que aguantan los cimientos de este universo decidan llevar a cabo sus propios cambios. Para adaptarse a una realidad poco cambiante y, también, para ganar valor añadido en un mercado tan competitivo. Y el principal cambio que están llevando a cabo muchas marcas tiene que ver con la fabricación. Irse a una fábrica del sudeste asiático es fácil y cualquiera puede hacerlo. Eso explica que haya tantas marcas. Pero eso implica problemas de servicio, de control de calidad, de programación y, sobre todo, de diferenciación. Seguramente esta es la razón que está empujando a muchas marcas a impulsar sus propias fábricas o a confiar en fabricantes nacionales. A desarrollar su producto aquí, en España. Mayor control, mejor servicio. Los costes pueden subir, es cierto, pero las gamas medias y altas tienen una muy buena demanda y esta apuesta por recuperar el control de la fabricación está más que justificada. Y la lista de marcas que lo están llevando a cabo son una clara demostración de las ventajas que aporta fabricarse uno mismo las palas. Toca dar un paso. Sí o sí. Y no será fácil. Cambiar las cosas será muy difícil. Al menos a corto plazo. Reducir la cifra de marcas es muy complicado, y para muchas marcas la posibilidad de no ver sus planes frenados pasa por salir de España. 150 marcas y, siendo optimistas, apenas dos o tres mercados donde se juega, dejan claro que por muy buen ritmo que tenga el pádel en nuestro país, o empieza a abrir nuevos mercados o tiene un futuro bastante complejo, sobre todo para el 90% de las marcas. El estado actual de este segmento obliga a hacer cambios. Y si los más evidentes y necesarios no se llevan a cabo (básicamente hablamos de una reordenación del mercado) es lógico que las marcas que aguantan los cimientos de este universo decidan llevar a cabo sus propios cambios. Para adaptarse a una realidad poco cambiante y, también, para ganar valor añadido en un mercado tan competitivo.
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