TradeSport 258 - Octubre 2017

EDITORIAL Durante los años de la crisis el deporte ha crecido espectacularmente. Tampoco era demasiado difícil viniendo de donde veníamos, con índices de práctica deportiva que harían sonrojar a medio mundo. Pero el deporte creció con la crisis. Gracias a ella. Como en otros muchos casos, logró pescar en rio revuelto sin hacer absolutamente nada. A la espera. Deportes como el running y el bike dieron un salto cuantitativo muy importante por las circunstancias socioeconómicas y los cambios en los hábitos de consumo y de ocio de los españoles, no porque el deporte hiciera una campaña de promoción. Evidentemente que aprovechó, y muy bien, el repunte de éstas y otras modalidades, pero lo hizo subiéndose a un barco que ya estaba en marcha. Y que llevaba una buena velocidad de crucero. El reto mayúsculo empieza ahora. Los índices e práctica deportiva se han maquillado bastante, pero por nuestro clima y nuestro entorno geográfico, aún estamos lejos de lo deseable. O de lo lógico. El deporte ha ganado adeptos, pero los índices de sedentarismo apenas han cambiado. Como tampoco han cambiado las graves consecuencias que este sedentarismo pueden representar para el ya de por sí débil estado del bienestar. Llegados a este punto, el deporte debe reaccionar. La crisis se va superando poco a poco y, aunque con contratiempos, el consumo vuelve a repuntar. ¿Eso es bueno o malo para el deporte? Tenerse que plantear esta pregunta ya es de por sí significativo. Y triste. Pero además no es fácil de responder. Por un lado, es obvio que el repunte del consumo beneficia a esa parte del deporte más vinculada a la moda, al sportwear. Con la crisis, este universo fue de los que más sufrió y su recuperación, lógicamente, es un importante alivio para el sector. Pero, ¿y para la parte más técnica? Con la capacidad de gasto espectacularmente reducida, un porcentaje muy importante del ocio lo ha monopolizado el deporte. Por su accesibilidad, su asequibilidad y, claro está, por sus múltiples beneficios a nivel de salud. Correr, ir en bici, jugar a pádel o escaparse a la montaña se ha convertido en algo habitual, casi imprescindible, para mucha gente. Muchísima. Y el sector ha crecido con ello. Dicen que lo importante no es llegar, sino mantenerse. Y ese es el reto para esa parte más atlética del sector. Con la crisis superada, sólo dependerá del deporte conseguir que el deporte no vuelva a retroceder donde estaba hace apenas una década. Y no será fácil, porque, como hemos dicho, en demasiadas ocasiones hemos conseguido crecer sin hacer excesivos esfuerzos. Pero ahora toca mantenerse. Aguantar las cifras que se han conseguido en los últimos años. Y, como ya se está viendo, no será fácil. Y no lo será, entre otras cosas, porque para variar hemos exprimido en exceso nuestras oportunidades. Ahora toca arremangarse. Toca bajar a la arena. Trabajar. Y hacerlo juntos. Deportes como el running, el pádel, el outdoor o el bike tienen que adaptarse a una nueva realidad donde las cosas no son tan fáciles. Y probablemente van a complicarse. El margen de crecimiento, viendo los índices de práctica deportiva, sigue siendo suficientemente amplio como para que las marcas no pierdan su optimismo, pero las posibilidades de perder lo ganado estos años también son lo suficientemente reales como para que espabilen. Que estos deportes, como mínimo, se mantengan, depende de ellas. Son las marcas, con la ayuda y/o complicidad de las administraciones, quienes tienen la obligación moral (por la cuenta que les trae) de impulsar estrategias, no solo para que la gente siga corriendo o yendo en bici sino, sobre todo, para que quienes no lo han hecho nunca, empiecen a hacerlo. Hay que pasar a la acción. RAUL BERNAT raul@tradesport.com La pasada semana la multinacional americana Nike reveló un cambio radical en su política de distribución. Mark Parker, CEO de la compañía, anunció en una charla con los inversores su intención de dejar de trabajar con más 30.000 minoristas de todo el mundo y centrarse únicamente en 40 grandes cuentas. Si, lo han leído bien: dijo 40. Evidentemente, la marca no va dar un salto al vacío tan radical en poco tiempo y ya ha dejado claro que seguirá trabajando con muchos de sus clientes actuales (esos 30.000), pero a partir de ahora sus esfuerzos los va a enfocar hasta alcanzar un objetivo cercano a una cuarentena de grandes retailers de todo el mundo, tipo Foot Locker. La lista de estos “privilegiados” todavía no se ha hecho pública, pero lo que sí ha querido dejar muy claro Nike es que en esa lista solo estarán quienes estén dispuestos a dar un trato prioritario a la marca. Quienes sepan cuidarla y venderla. Un aviso a navegantes. La estrategia de la marca del swoosh -que por cierto también ha anunciado que reducirá considerablemente su oferta (una tercera parte) para centrarse en aquellos modelos que tienen una buena demandano será la única de estas características que veremos en los próximos meses en nuestro sector. Hace apenas 5 ó 6 años las marcas lo decían con la boca cerrada para que los clientes no se enfadasen. Ahora ya no es necesario ocultarlo: la prioridad es potenciar las ventas B2C, bien a través de tiendas propias, bien a través de sus cada vez más potentes plataformas online. Mantendrá a muchos de sus clientes para dar salida a su stock más popular, “jugará” con esas 40 grandes cuentas para mantener su vínculo con la tienda física (que cuida la marca, eso sí), pero la prioridad es llegar directamente al consumidor. Más margen y, sobre todo, más interactividad. Será a través de sus tiendas y, sobre todo, de sus plataformas online, desde donde premiará a sus fieles. En definitiva, la omnicanalidad en su más pura esencia teórica. El futuro, nos guste o no, será de las marcas. Aun sabiendo que quien manda es el consumidor, serán ellas quienes decidan dónde vender. Lo de Nike no será una excepción. Al contrario. Es el primero de muchos cambios que se van a dar en el sector hacia una misma dirección: el consumidor. Las grandes marcas ya hace años que están estrechando sus lazos con sus usuarios y aunque hasta ahora intentaban disimular un poco para no molestar a algunos de los grandes detallistas con los que trabajan, ahora ya no hay ningún tipo de reparo en explicar que las marcas lo que necesitan es no depender del poder prescriptor de la tienda. Un modelo cercano al que utiliza la exitosa marca Apple. El futuro, guste o no, será de las marcas poderosas. Aun sabiendo que quien decide es el consumidor, serán ellas quienes decidan dónde vender y donde estar. Y serán ellas las que monopolizarán, en sus propias tiendas o en sus plataformas online, las estrategias para atraer al consumidor, para fidelizarlo. Y será en este entorno tan aparentemente desfavorable donde esos detallistas que jamás formarán parte de los 40, 60 o 200 retailers exclusivos de las grandes marcas tendrán que elegir entre vender segundas colecciones de estas marcas o apostar por otras que, todavía, sigan confiando en el canal tradicional como principal vía para llegar al consumidor. JAUME FERRER jferrer@tradesport.com AYUDANOS CON TUS SUGERENCIAS: tradesport@tradesport.com O P I N I Ó N TS 3 Acción Acercarse al consumidor DESDE EL AÑO1993 SPORT PANEL EDITA MENSUALMENTE TRADESPORT, LA PRIMERA PUBLICACIÓN DEL SECTOR DEPORTIVO. TRAS MÁS DE 20 AÑOS DE HISTORIA, Y CON LA MISMA INDEPENDENCIA CON LA QUE SE FUNDÓ, TRADESPORT SE HA CONSOLIDADO COMO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN IMPRESCINDIBLE PARA AQUELLOS QUE QUIERAN CONOCER LA EVOLUCIÓN DEL SECTOR. TRADE 257 ESPECIAL RUNNING TRADE 255 ESPECIAL OUTDOOR TRADE 256 ESPECIAL TRIATLÓN TRADE 254 ESPECIAL BAÑO

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx