TradeSport 258 - Octubre 2017

TS 27 El tiempo nos da lecciones. Lecciones de las que deberíamos sacar conclusiones. Hace apenas una década nadie daba un duro por el calzado atlético; hoy, después de ser uno de nuestros grandes aliados durante la crisis, parece que es el motor sobre el que gira el sector. Y aunque ni una cosa ni la otra sea cierta, lo que sí debe tener claro el sector es que, de no ser por el boom de esta categoría, la crisis hubiera sido peor. Mucho peor. La historia más reciente de esta categoría empieza con un desamor. Previsible pero no por ello menos traumático. El lifestyle empezó a imponerse con fuerza en el canal. Los índices de práctica deportiva eran muy bajos, y el deporte no era, ni por asomo, una de las prioridades de los españoles. Las tiendas, obsesionadas con el corto plazo, apostaron a ciegas por el lifestyle, dejando de lado la mayoría de categorías atléticas. Y al principio la apuesta les salió redonda. La demanda era buena y el tráfico en las tiendas justificaba el cambio de rumbo. Pero llegó la crisis. Y con la crisis se dieron dos factores determinantes para que, otra vez, hubiera un cambio de estrategias: la moda cayó en picado y el deporte gano miles y miles de nuevos adeptos. Salir a correr, jugar a pádel o ir en bici era una muy buena alternativa a otro tipo de ocio mucho más caro. Y además de accesible, era asequible. En muy poco tiempo deportes como el running, el pádel, el bike o el outdoor empezaron a generar mucha demanda, pero claro, el comercio multideporte no tenía oferta. Emergieron y se posicionaron los especialistas y sólo las grandes cadenas lograron seguir su estela. Y fue en este contexto donde el calzado atlético empezó a consolidarse como una alternativa real para muchas tiendas y, sobre todo, en una categoría con suficientes ventas como para equilibrar las pérdidas que estaba sufriendo el lifestyle, especialmente el textil. Ahora, tras dejar atrás -supuestamente- la crisis, las cosas van volviendo a su sitio. El consumo parece repuntar, y aunque el panorama comercial que ha dejado esta crisis es bastante desolador –por las pérdidas y, sobre todo, por los cambios de hábitos de consumo-, el sector vuelve a coger cierta dinámica en su conjunto. Y lo está haciendo, o eso sería lo ideal, habiendo aprendido la lección. Una lección que, sobre todo, implica asumir que nunca hay que perder, ni dejar de lado, la esencia. Porque esa esencia es la que aflora cuando las cosas van mal. Esa esencia es la que nos lanza un salvavidas cuando creemos que no hay más remedio que dejarse llevar por la corriente. Es cierto, para ser justos, que el espectacular repunte de la vertiente más atlética del sector era poco previsible estando las cosas como estaban. Hace 10 o 15 años nadie hubiera apostado a que lo atlético sería determinante para sostener al sector. Pero así ha sido. Y en este camino, quien más ha empujado para adelante ha sido el calzado. Aunque en estas modalidades todas las categorías han ganado mucho peso, fue (y es) el calzado quien se ha erigido como el gran motor de este crecimiento. Esta categoría siempre ha sido el eje sobre el que han girado segmentos tan fuertes como el running o el outdoor, pero ha sido en estos últimos años, cuando más se necesitaba, que su peso se ha consolidado, con un crecimiento que sirvió, no solo para que las tiendas especialistas superaran con cierta habilidad las embestidas de la crisis sino, sobre todo, para que muchos multideporte que se veían hacia la deriva, pudieran dar un cambio radical de estrategia y volvieran a apostar por lo atlético. Volver a los orígenes. Tan simple como eso. RUNNING Y TRAIL TIRAN DEL CARRO Ya hemos hablado mil veces sobre los deportes que han ganado más adeptos y más ventas en los últimos años. Incluso hemos repetido muchas veces la parte de “culpa” que ha tenido la crisis en este boom. No hace falta, en este sentido, darle más vueltas. Basta con decir que el running ha sido el gran motor del calzado atlético en los últimos años y que, incluso en un contexto tan complejo, ha crecido espectacularmente. En un tiempo récord la cifra de pares vendidos se ha duplicado, acercándose bastante a los 3 millones de unidades vendidas. Ahora, pese al frenazo -previsible- en practicantes y ventas, los crecimientos siguen siendo destacables. Es cierto que a nivel comercial el crecimiento se ha visto frenado en seco - menos aperturas y varios cierres, alguno sonado- pero la base es suficientemente sólida como para confiar que a corto y medio plazo esta categoría seguirá siendo vital para el canal. La firme apuesta de las marcas por este deporte es un gran aval para seguir confiando en el futuro del running. Más racional, más maduro, pero también más consolidado, firme y estable. Un futuro donde seguirá la lucha entres Nike y Adidas, que dominan con cierta contundencia las ventas –en valor y unidades-, pero donde, ESPECIAL CALZADO ATLÉTICO El consumo parece repuntar, y aunque el panorama comercial que ha dejado esta crisis es bastante desolador –por las pérdidas y, sobre todo, por los cambios de hábitos de consumo-, el sector vuelve a coger cierta dinámica en su conjunto. El deporte rescata al deporte Asumiendo que los repuntes espectaculares ya son cosa del pasado, lo que toca ahora es mantener la base de corredores, bikes, futbolistas… y darles temporada sí y temporada también, argumentos para renovar sus zapatillas. Las marcas hacen un excelente trabajo en este sentido, pero es obvio que necesitan el apoyo de tiendas y, también, de todos aquellos que puedan tener algo que ver en el fomento y promoción de la práctica deportiva.

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