TradeSport 257 - Septiembre 2017

ha evolucionado a nivel tecnológico. Probablemente haya mucho de marketing, pero la apuesta que han hecho las grandes marcas –y las que han querido entrar con fuerza en nuestro mercado- ha sido, simplemente, espectacular. El fuerte crecimiento en practicantes y ventas, y una oferta cada vez más especializada y amplia, se ha traducido, también, en una lucha entre marcas para encontrar nuevos puntos de inflexión y diferenciación en un sector cada vez más competitivo. En poco más de una década la evolución que ha experimentado este segmento en cuanto a I+D ha sido vertiginosa, tanto en calzado como en textil y complementos. Ante este panorama, parece lógico que en el boom del running y, especialmente, en su evolución en el comercio, haya tenido mucho que ver el trabajo llevado a cabo por las grandes de este universo, tanto las especialistas, como Asics, Saucony, New Balance, Brooks o Mizuno, como adidas y Nike, que se han volcado en este deporte a sabiendas de que podía aportarles mucho. También ha sido especialmente destacable el trabajo llevado a cabo por marcas nacionales como Joma y Kelme que, apostando por el I+D, están consiguiendo fortalecer su cuota en un mercado tan competitivo y con marcas con un poder de inversión infinitamente superior. Mención aparte merece, como no, Decathlon. Su monopolio en las gamas bajas o de iniciación ha sido una de las razones que han obligado a trasformar las estrategias de muchas marcas. Su abrumante cuota de mercado en esta franja baja ha provocado que muchas marcas que antaño dominaban este primer precio (que, por aquel entonces, era bastante más alto) o bien han desaparecido o bien se han visto obligadas a reconvertirse en marcas de gama media a un precio asequible. Tampoco podemos dejar de lado una importante lista de marcas que, con conceptos innovadores, y apoyándose siempre en la tecnología, se están ganando un hueco poco a poco en este complejo y saturado mundo. Estas marcas, superespecializadas en muchos casos, están ayudando a consolidar nuevas categorías que, a estas alturas, ya tienen identidad propia y una fuerte competencia. Si hace poco más de una década el running se limitaba, casi, al calzado (con algunas líneas de textil, casi siempre de las marcas de zapatillas), la oferta existente hoy en día la componen una lista interminable de productos específicos para este deporte, muchos de ellos con una oferta repleta de marcas superespecializadas. Los complementos han cuajado con fuerza, otro tema es el textil, probablemente una de las grandes asignaturas pendientes del running. Ni tiendas ni marcas han sabido consolidar esta categoría, muy limitada, hoy por hoy, al corredor habitual. Y ese es el gran reto, a nivel de producto, de los próximos años. Dicho esto, y después de alabar el buen trabajo que han hecho las marcas a nivel de producto, también hay que decir que muchas de estas marcas han sido cómplices directas del frenazo que ha experimentado el segmento y de las dificultades que han tenido muchas marcas. La necesidad de crecer o de mantener su crecimiento ha conllevado que algunas enseñas hayan colocado producto sin preocuparse demasiado de a quien se lo vendían. Y eso, a medio y corto plazo, ha acabado afectando al segmento, con sobreoferta, guerra de precios, impagos… En una época de contención del gasto, de cambio en los hábitos de compra y de muchos recelos a gastar en ocio (incluso pudiendo), el deporte ha ganado mucho músculo. Y el running, con permiso del bike, ha sido la modalidad que más adeptos ha sumado. Marcas y tiendas deberán trabajar fuerte, y juntas, para mantener la fuerza del running y, aunque a un ritmo más lento, intentar que siga creciendo. TS 55

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