las mismas razones. Pero en el mundo corren cientos de millones de personas, pero a pádel, apenas deben jugar una decena de millones, siendo muy optimistas. El problema es que hacer una zapatilla de running es relativamente complejo; una pala la puede hacer cualquiera (hacer fabricar). Y vender cualquiera… Cuando al pádel logró quitarse la etiqueta de deporte elitista y empezó a despegar, era un segmento dominado claramente por las marcas especialistas, muchas de ellas con raíces argentinas, país desde el que se exportó este deporte. Su crecimiento repentino no sólo dinamizó un segmento, sino que, además, conllevó un espectacular desembarco de las grandes marcas del tenis en este segmento. Todas, sin excepción – unas más rápido que otrasdesarrollaron colecciones de pádel, y el segmento quedó dividido entre las marcas especializadas únicamente en pádel y aquellas cuya oferta cubría todo el segmento de los deportes de raqueta. Hasta aquí todo bien. Y lógico. El problema es que, en estos últimos años, con el pádel en boca de todos, no han tardado en sumarse a la lista varias decenas de marcas, algunas con cierta solvencia, pero muchas con una base muy débil y con una política comercial poco ética, están impidiendo definir el mercado como debería hacerse. Eso, obviamente, se traduce en una guerra sucia entre estas marcas minoritarias que acaba afectando a todo el segmento. Y buena prueba de ello es que el pádel es el deporte con mayores descuentos de todo el sector. Y eso, hoy por hoy, quiere decir mucho margen. Sin ir más lejos, en 2015, por ejemplo, 1 de cada 4 palas vendidas por los comercios especialistas fue a través de descuentos superiores al 30% sobre el precio marcado o recomendado por las marcas y un 38% se realizaron con descuentos del 10% al 30%. Eso, obviamente, incide sobre el margen, que en el último año, ha vuelto bajar y se ha situado por debajo del 30%. Si nos centramos en las ventas, el mercado total del padel superó los 100 millones de euros en 2016, con un crecimiento cercano al 10% respecto a 2015. La categoría con más peso, obviamente, fue la de las palas, con más del 50% de la cuota en valor. El número de palas vendidas que se contabilizaron a lo largo de 2016 se situó por encima de las 700.000 unidades, una cifra que superó ligeramente a las obtenidas en 2015, con un crecimiento superior al 5% (en unidades). De las grandes marcas del tenis fue Dunlop la que vio primero el potencial de este deporte y apostó por él. Y eso le ha servido para liderar, desde hace años, el ranking en unidades (sin tener en cuenta Decathlon, que copa más de una quinta parte del mercado). Rápidamente le siguieron otras como Head (la cuarta marca más vendida en 2015), Wilson, Babolat o Prince. La gran baza de estas marcas es, lógicamente, su posicionamiento en el tenis, que les da una imagen de marca lo suficientemente importante como para generar un buen volumen de ventas, especialmente entre los jugadores que vienen de esta modalidad. Este posicionamiento y su fuerza a nivel mundial serán sus grandes estandartes cuando el pádel comience su internacionalización. En el otro grupo, el de las especialistas, destacan marcas como Drop Shot (la marca especialista con más unidades vendidas en 2015), Bullpadel, Varlion, Nox, Vairo, Black Crown o Starvie. Su poder financiero está muy por debajo del de las grandes marcas del segmento de los deportes de raqueta, pero, por su implicación, han conseguido convertirse en las principales referencias del mundo del pádel gracias a su especialización. En cuanto al calzado, basta con decir que cada vez hay más jugadores que son consEl mercado total del pádel superó los 100 millones de euros en 2016, con un crecimiento cercano al 10% respecto a 2015. La categoría con más peso, obviamente, fue la de las palas, con más del 50% de la cuota en valor. El número de palas vendidas que se contabilizaron a lo largo de 2016 se situó por encima de las 700.000 unidades, una cifra que superó ligeramente a las obtenidas en 2015, con un crecimiento superior al 5% (en unidades). TS 37
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