P Á D E L TS 36 El pádel necesita un punto de inflexión. Dar un paso al frente. Un salto al vació, casi. Aunque pueda parecer contradictorio, por muy “bien” que siga yendo, o las cosas empiezan a cambiar, o el panorama puede ser muy negro. Dos cosas. Apenas hay que cambiar dos cosas en el pádel. El problema es que ambas son archicomplejas de cambiar. La primera, la oferta, porque la selección natural es lenta; la segunda, la internacionalización, por más de lo mismo. Se intenta, pero se avanza muy poco. Que haya más de 200 marcas de pádel lo dice todo. 20 marcas para un deporte que, hoy por hoy, es fuerte en 2 mercado. Y uno está al otro lado del atlántico. El pádel ha sido, junto al running, una de las grandes “sorpresas” de la última década. Su crecimiento en apenas 10-15 años ha sido, simplemente, espectacular. En todo. En practicantes, en instalaciones, en marcas, en lineales… Y durante años, cada su evolución era para sorprenderse. Para sorprenderse y, también, para explotarla. Y así ha pasado. 200 marcas. O 250. Cada día es más difícil saberlo, porque, aunque se mueren algunas, otras nacen. Y aunque es cierto que hay nuevas marcas que apuestan por este deporte con una base sólida, con conocimientos, sabiendo que es una apuesta a medio o largo plazo o, incluso, con fábrica propia, la mayoría de nuevos proyectos tienen muy poca solidez y demasiadas ganas de aprovechar el tirón de este deporte para ganar dinero rápido. Y al final, pues 250 marcas compitiendo por un mercado que, por mucho que haya crecido, es muy pequeño. Es cierto que el 80% de estas más de 250 marcas venden poco o muy poco pero también lo es que la suma de estas pequeñas ventas acaba pasando factura a las grandes de este segmento, las que llevan años luchando por levantarlo, que invierten y que son, en definitiva, quienes dinamizan este universo. Además, y probablemente eso sea lo más grave, estas pequeñas marcas tienen políticas comerciales poco éticas que acaban afectando a todo el sector. Descuentos, tiendas que se quedan sin margen, guerra de precios, venta de maletero… Nada que no sepa todo el mundo. La pregunta, a estas alturas, es obvia ¿Habrá selección natural? Debería haberla. Por ahora, sin embargo, las cosas apenas cambian. Unas mueren, pero otras nacen, como hemos dicho. Es un proceso muy lento. Demasiado. Respecto al comercio, el pádel seguirá siendo un deporte con mucha presencia en el canal. El 50,84% de las tiendas (con una media de más de 4 marcas) ya trabaja este universo y la lógica impone que, más allá de las grandes superficies y de algunos multideporte multiespecialistas que se han volcado en esta modalidad (y que controlan una cuota importante del pastel), sean las tiendas especialistas –físicas y sobre todo online- quienes controlen las ventas. El ritmo de aperturas, como en el running, se ha frenado considerablemente (incluso el que fue el primer operador del mercado, Padelmania, ha cerrado sus puertas) y es probable que a corto plazo no haya muchas nuevas aventuras especializadas en pádel, así que la lucha será entre estos especialistas que sobreviven, Decathlon, El Corte Inglés, algunas otras cadenas que están trabajando bien el pádel y los multideporte que se han volcado en el pádel. Que son muchos. UN SEGMENTO FUERTE MARCADO POR LA SOBREOFERTA El pádel, como el running, ha experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años, especialmente durante la crisis. Y por El pádel tiene que cambiar. Tiene que dar un paso al frente. Tiene que reordenarse y tiene que salir de nuestras fronteras, pero eso lo sabemos todos. Y no es lo único. También es importante que cambien ciertas maneras de hacer las cosas Un paso al frente El pádel ha sido, junto al running, una de las grandes “sorpresas” de la última década. Su crecimiento en apenas 10-15 años ha sido, simplemente, espectacular. En todo. En practicantes, en instalaciones, en marcas, en lineales… Y durante años, cada su evolución era para sorprenderse. Para sorprenderse y, también, para explotarla. Y así ha pasado.
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