TradeSport 256 - Julio-Agosto 2017

ESPECIAL TRIATLÓN El triatlón pierde velocidad. Y lejos de los que pueda parecer, eso es bueno. Porque cuando se corre demasiado, el riesgo de estrellarse es muy alto. Y el triatlón, hasta hace muy poco, avanzaba con bastante descontrol. Corría el riesgo de morir de éxito. Por suerte, después de unos años de fuerte crecimiento, este deporte coge un ritmo mucho más racional, más lógico. En el camino se han quedado muchos oportunistas y empresas que no han sabido gestionar bien su apuesta por el triatlón. Selección natural, que dicen. Y ya tocaba que comenzara en este segmento. A día de hoy, con el boom superado, el triatlón es un deporte bastante sano, y aunque sigue siendo un deporte minoritario, ha conseguido construir una base muy sólida, tanto de practicantes como, también, de oferta. Hoy es una modalidad mucho más fuerte que hace una década. Es cierto que su potencial, seguramente, no es tan alto como el que se le auguraba cuando parecía que el triatlón tenía que convertirse en el deporte del futuro, pero sigue creciendo en practicantes y sus volúmenes de venta siguen siendo muy buenos. Como pasó en el esquí hace algunos años, y como suele pasar cada vez que un deporte crece exageradamente en poco tiempo, este deporte se ha redimensionado, ha entendido su alcance real, su margen lógico de crecimiento. Y eso es, sin duda, lo mejor que le podía pasar al triatlón: entender hasta donde podía llegar y, además, avanzar a un ritmo mucho más tranquilo. Con tanta velocidad era imposible tomar buenas decisiones y diseñar estrategias a medio y largo plazo, que son las que acaban dando frutos. Ahora, tras la inevitable selección natural, el triatlón se está consolidando como un segmento fuerte, estable y capaz de generar bastante dinamismo. En el triatlón como tal y, también, en las tres modalidades que engloba. LOS RETOS PERSONALES, CLAVES EN EL AUGE DEL TRIATLÓN Si alguien, a estas alturas, aun se pregunta qué tiene el triatlón para haber ganado tantos adeptos, la respuesta es simple: es un reto. Y un reto relativamente accesible. Para casi todo el mundo, sobre todo los que empiezan, un triatlón es una competición contra uno mismo. Y, por que engañarnos, también contra la edad. No en vano, como pasa en deportes como el running, la media de edad de los triatletas suele ser relativamente alta, entre los 30 y los 45. Quizás la crisis de los 40 o quizás edades donde uno es más exigente consigo mismo, necesita desestresarse del trabajo y empieza a plantarse retos. Eso, y que deportes como el running o el bike son individuales y su práctica no depende de si se puede coincidir o no con otros. En cualquier caso, muchos deportistas ven en el triatlón un reto personal. Y la satisfacción de superarlo es, sin duda, la mayor motivación para entrenar. Y lo mejor de todo es que, por las características de las pruebas -la variedad en distancias- es un reto que puede marcarse todo el mundo. Algunos se contentan con superar un Sprint; otros empiezan a entrenar con la mirada puesta en la larga distancia (los cantos de sirena de Ironman pueden ser irresistibles), pero todo el mundo puede dejarse seducir por el triatlón. Al fin y al cabo, salvo los pocos que viven de este deporte, uno lucha contra sus límites y no contra los demás. Además, tampoco hay que olvidarse, para “justificar” el boom del triatlón, que este deporte engloba a dos de las disciplinas que más han crecido en los últimos años (running y bike). Y con eso ya está casi todo dicho, porque ambas modalidades han “derivado” a muchos de sus practicantes al triatlón, sobre todo desde el running. Correr se ha convertido en una rutina necesaria para muchos españoles y un paso lógico, para la mayoría, ha sido probar con el triatlón. Otro tema más complejo es si se trata de una modalidad asequible. Y aquí la cosa no está tan clara. Una equipación más o menos decente no baja de los 1200-1500 euros (calzado, bici, neopreno…). Además, son muchos los que, a medida que van mejorando sus tiempos, renuevan su material –a mejor- de manera que estamos ante un deporte que, tanto a corto como a medio y largo plazo, es caro. Por si fuera poco, la gran razón de ser de esta modalidad, es decir, las pruebas, son cada vez más caras, con lo que la inversión, si se quieren hacer varias pruebas al año, puede dispararse algunos cientos de euros –o miles si se hacen largas distancias nacionales e internacionalescontando la inscripción y el desplazamiento. No es extraño, en este sentido que, aunque haya excepciones, el triatleta suela tener un poder adquisitivo medio o alto. REORDENANDO EL MERCADO Era previsible. Y lo sabía todo el mundo. La burbuja iba a estallar. Y dejaría muertes en el camino. Cuando el triatlón comenzó a crecer a un ritmo tan exagerado, en marcas A día de hoy, con el boom superado, el triatlón es un deporte bastante sano, y aunque sigue siendo minoritario, ha conseguido construir una base muy sólida, tanto de practicantes como, también, de oferta. Hoy es una modalidad mucho más fuerte que hace una década. TS 47 Adaptándose a un nuevo ritmo El triatlón debe aguantar el ritmo de crucero que tiene hoy en día. Sin esperar grandes cambios, sin buscar otro boom. Mantenerse con lo que tiene, que es mucho, y seguir explotando aquello que lo hace fuerte. Hay margen para seguir ganando terreno, pero si nos empeñamos en exprimir demasiado este potencial, puede que estemos más cerca que lejos de la madurez.

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