tradesport TS 39 mueve al pádel en España y su potencial en otros países, no dudaron en apoyar el proyecto que les llegaba de Artés. ¿Qué puede aportar Rossignol al mercado del pádel? Lladó lo resumió en varios puntos, todos ellos vinculados a la producción: Por un lado, las instalaciones de Artés permiten una fabricación 100% automatizada que, entre otras cosas, permite fabricar palas exactamente iguales; en segundo lugar, disponer de una fábrica propia permite tener un control mucho más exhaustivo de la calidad y, evidentemente, de la capacidad de producción, sin tener que stockar producto. Se fabrica a demanda, y eso, sin duda, implica múltiples ventajas a nivel de servicio. Por último, es obvio que la marca puede aportar al pádel todos los conocimientos adquiridos, en más de 100 años, en el mundo del esquí. Y así lo ha hecho: las palas cuentan con varias tecnologías derivadas del esquí. Tecnologías que maximizan aspectos tan fundamentales como la ligereza, la resistencia, la potencia o el control de las vibraciones. “El 90% de los materiales utilizados en la elaboración de los esquís coinciden con los empleados en la fabricación de palas de pádel, y los procesos de fabricación son muy similares”, explica Lladó. ¿Si se ha revolucionado el esquí a nivel tecnológico, por qué no hacer lo mismo con el pádel? TECNOLOGÍA COMO ARMA DE BATALLA La primera colección de palas de la marca francesa está compuesta por 3 familias: Pro, con dos palas masculinas y una femenina; Advanced, con dos modelos para hombre y otros dos para mujer; y Game, con un modelo masculino y otro femenino. En total, 9 modelos destinados a marcar un punto de inflexión en un universo que cuenta con más de 200 marcas compitiendo. La colección, además, se ha diseñado bajo el concepto Fit Concept que permite personalizar las palas en función de tres variables que Rossignol entiende que son clave: el peso, la dureza de la superficie y la inercia. La sofisticada maquinaria con la que cuenta la compañía permite controlar al detalle estas tres variables y, así, poder diseñar que se adapten a la perfección a cada jugador. Personalización como valor añadido. Con la ayuda de Pablo Aymá, ex jugador, entrenador y uno de los personajes más conocidos y queridos del pádel, la marca ha desarrollado hasta 4 patentes para dotar a sus palas de una funcionalidad sin precedentes. Una tecnicidad que queda patente en el golpeo, con las tecnologías, con el Extended Sweet Point como estandarte, así como en la construcción de su estructura (Double Power Frame, Carbon Double Power Frame, Reversed Arch o el Extra Long Life graphics & Resistance, que ofrece una resistencia tres veces mayor que la de cualquier marca del mercado) y a la construcción de la superficie de la pala (donde se recurre a materiales como el carbono, la fibra de vidrio o la EVA -en distintas densidades-).También destaca, a nivel tecnológico, el uso del V.A.S (Vibration Absorbing System), un sistema para reducir las vibraciones en el golpeo y que, como otras tecnologías, está “importado” de los esquís de la marca. RESPETAR LOS PRECIOS En cuanto a los precios de venta, la horquilla se situará entre los 175 y los 275 euros. El precio, señalan desde la marca, es “muy bueno teniendo en cuenta la calidad y la diferenciación que aporta la marca”. El reto, en un universo como el del pádel, es que se respeten estas franjas. Y, como hemos dicho, el hecho de que Rossignol tenga claro que no fabricará más de lo que el mercado demande, es una gran ventaja para “aguantar” los precios. Sin sobrestock, sin masificación, sin necesidades de liquidar (por parte dela marca y de la tienda), el precio no cae. La primera colección de palas de la marca francesa está compuesta por 3 familias: Pro, con dos palas masculinas y una femenina; Advanced, con dos modelos para hombre y otros dos para mujer; y Game, con un modelo masculino y otro femenino. En total, 9 modelos destinados a marcar un punto de inflexión en un universo que cuenta con más de 200 marcas compitiendo.
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