TradeSport 256 - Julio-Agosto 2017

TS 38 CALIDAD, INNOVACIÓN Y PERSONALIZACIÓN: LAS ARMAS DE LA MARCA FRANCESA PARA GANAR TERRENO EN EL MUNDO DEL PÁDEL... DESDE SU FÁBRICA DE ARTÉS ROSSIGNOL apuesta fuerte por el pádel Como ya avanzó hace algunos meses Tradesport, la marca francesa Rossignol apuesta fuerte por el pádel. A principios de julio la marca francesa llevó a cabo la presentación oficial de su nueva colección pádel. Y lo hizo donde se fabricará la totalidad de las palas que lanza al mercado: la fábrica que la compañía tiene en Artés (Barcelona). La marca ha aprovechado su know how en la fabricación de esquís (la factoría catalana produce el 15% de los esquís que se venden a nivel mundial) para desarrollar palas con un alto componente tecnológico. Durante la presentación de la nueva colección de palas, Rossignol dejó claro que el objetivo es posicionarse en el mundo del pádel con un producto de alta calidad e innovador. Estos valores añadidos serán el caballo de batalla de la marca para ganar terreno en un mercado sobresaturado de marcas. Su capacidad de producción será, sin duda, otro argumento de peso para posicionarse en este segmento: la capacidad de producir en función de la demanda permitirá a la marca francesa ahorrarse stocks y, con ello, evitará las problemáticas ligadas al sobrestock. La apuesta de Rossignol también puede ser un paso al frente para la internacionalización del pádel. La marca quiere posicionarse en España (a través de su distribuidor Megasport) pero, lógicamente, como marca internacional, buscará ganar terreno en otros mercados, sobre todo en Europa. Su apuesta, en este sentido, puede ayudar a que el pádel se introduzca y gane protagonismo en mercados con potencial donde, sin embrago, este deporte aún es muy minoritario. SIN PRISAS, PERO SIN PAUSA Pese a ser plenamente conscientes de las ventajas que conlleva controlar la producción y, además, tener un producto de altísima calidad, tanto Rossignol como su distribuidor en España (Megasport) tienen claro que la apuesta es a medio y largo plazo. El pádel es un sector maduro, con una fuerte competencia, y el objetivo de la marca francesa es introducirse en este mercado de una manera progresiva. Sin prisas. Convertir a Rossignol en una marca aspiracional, sinónimo de calidad, de tecnología, de innovación. Una marca que no se devalúe en un mercado tan saturado y tan marcado por la guerra de precios. ¿CÓMO MARCAR PUNTOS DE INFLEXIÓN EN UN MERCADO TAN COMPETITIVO? Es obvio que, cuando un gigante como Rossignol decide apostar por el pádel es porque sabe, de sobras, que puede aportar algo nuevo. Diferente. Entrar en un mercado con 200 marcas sin innovar es un suicido. Y eso lo ha tenido claro Rossignol desde que Jordi Lladó, ingeniero de la fábrica de Artes, y Enric Casas, director de la factoría, presentaron el proyecto a la dirección. Los responsables de este proyecto, en sus primeros pasos, tuvieron claro que podrían aprovechar, en la fabricación de palas de pádel, muchas tecnologías aplicadas a los esquís. Y las sinergias, rápidamente, empezaron a dar forma a una colección que no tardó en convencer a la casa madre, muy dispuesta a diversificar su oferta y que, viendo las cifras que Disponer de una fábrica propia permite tener un control mucho más exhaustivo de la calidad y, evidentemente, de la capacidad de producción, sin tener que stockar producto. Se fabrica a demanda, y eso, sin duda, implica múltiples ventajas a nivel de servicio. EMPRESAS A FONDO

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