La natación ha sido, durante muchos años, la actividad deportiva más practicada por los españoles. O eso dicen las estadísticas (poco fiables si tenemos en cuenta que un par de largos por la playa ya se consideran práctica deportiva). La realidad de las ventas, sin embargo, no refleja esta supremacía de la natación y, desde siempre, el baño siempre se ha sido un segmento archicomplejo para el sector, con una fuerte competencia de los anales alternativos en las prendas no atléticas -la gran mayoría- y con muchas asignaturas pendientes, sobre todo respecto al porcentaje que representa la mujer en el cómputo global de las ventas. El gran volumen de ventas de baño, más del 90% probablemente, se lo lleva el baño moda. Y la mayoría de este baño moda se vende en canales alternativos, sobre todo en las cadenas de moda juvenil. El deporte, como pasa en otros segmentos, controla, básicamente, la parte atlética, especialmente en mujer. Cuando la mayoría de gente piensa en bañadores, los que los relacionan directamente con el deporte son muy pocos, porque en un país de sol y playa como España, el bañador es una prenda para ir a la playa y no para nadar. Y salvo raras excepciones, quien va a la playa no lo hace con un balador de natación. La diferencia entre las ventas de baño competición (natación) y baño moda es abismal, y aunque poco a poco las distancias se van acortando (parece que los comercios deportivos han entendido que limitar su oferta a las prendas atléticas no les beneficiaba en absoluto), la fuerza de los canales alternativos parece difícil de mitigar. Ni siquiera con el punto de inflexión que supuso el boom de las marcas surferas, las primeras que tuvieron suficiente sentido común como para combinar diseño -estética gliss- y funcionalidad. Su declive en plena crisis fue considerable, pero el camino ya estaba marcado, y lo siguieron muchas otras marcas de raíces deportivas que vieron en el baño moda una buena oportunidad para hacerse un hueco en este segmento. El baño deporte está más que controlado por 4 o 5 marcas especializadas y es demasiado exigente (si no que se lo pregunten a Nike), en cambio el baño moda es una buena oportunidad `para marcas que trabajan bien el sportwear. Y hay muchas. Además, a diferencia de otros segmentos donde la competencia de los canales alternativos es muy fuerte, el comercio deportivo sí ha apostado fuerte por esta categoría (muy importante en los meses pre-verano), sobre todo en hombre. Sin renunciar a algunas líneas técnicas, la oferta habitual de bañadores hace tiempo que se ha transformado, ganando peso los bermudas, bikinis y otros tipos de bañador más habituales en el canal de la moda. Y no nos engañemos, también ha tenido mucho que ver en ello el gigante galo. Para variar. BAÑO COMPETICIÓN-BAÑO MODA: VIDAS DISTINTAS Es obvio que los bañadores para competición y los que estrictamente se usan para ir a la playa tienen cualidades muy diferentes. Casi opuestas. En los primeros prima la funcionalidad. Son bañadores que tienen que tener unas cualidades determinadas - ligereza, comodidad, ajuste, resistencia al cloro…- y por tratarse de una prenda técnica, y a pesar de que no es un segmento que mueva muchos millones, el desarrollo tecnológico emerge como clave competitiva. Así, no es extraño que, sobre todo en las marcas especializadas, los departamentos de I+D sean la pieza más importante de muchas empresas. El problema es que las mejoras tecnológicas vienen acompañadas de un incremento del precio medio y no todo el mundo está dispuesto a gastarse ese dinero para nadar, sobre todo si no se tiene un nivel lo suficientemente alto como para beneficiarse de estas prestaciones. Se trata pues de prendas que suelen utilizar casi exclusivamente los federados, quienes practican este deporte con regularidad (casi siempre en piscina) y algunos practicantes ocasionales. El resto, los que nadan de vez en cuando, no acostumbran a apostar por estas prendas para ir a nadar, bien por su precio o bien por estética. Así, si nos limitamos a los federados, y toEl gran volumen de ventas de baño, más del 90% probablemente, se lo lleva el baño moda. Y la mayoría de este baño moda se vende en canales alternativos, sobre todo en las cadenas de moda juvenil. El deporte, como pasa en otros segmentos, controla, básicamente, la parte atlética, especialmente en mujer. Cuando la mayoría de gente piensa en bañadores, los que los relacionan directamente con el deporte son muy pocos, porque en un país de sol y playa como España, el bañador es una prenda para ir a la playa... TS 53 ESPECIAL BAÑO Universos (casi) paralelos Baño. Un segmento casi infinito. Con unos límites muy difusos. Al menos en nuestro sector. Competición y moda conviven como dos desconocidos, a ritmos muy diferentes. Con targets muy diferentes. Y con un protagonismo de los canales alternativos, también, muy diferente.
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