TradeSport 254 - Mayo 2017

Hace unos días hemos asistido a la presentación de los datos del sector por parte de AFYDAD y Sportpanel, los cuales muestran un sector sano, ya que crece en todas sus vertientes, sell-in, sell-out, número de puntos de venta, gasto per capita y gasto por hogar y también en la tasa de practicantes. El dato más relevante para el sector es probablemente este último: el incremento de la tasa de practicantes. Mientras contemos con el interés de la ciudadanía por la práctica de deporte, junto a la mejora de la salud y la calidad de vida, el sector seguirá "en forma". Desde mi punto de vista, estos son los inputs más relevantes pues mientras tengamos una creciente tasa de entusiastas practicantes, será mucho más fácil para el sector sostener su crecimiento y desarrollo, e incluso colonizar, aunque sea parcialmente, otros segmentos como la moda. El deporte conjuga el disfrute del tiempo libre, la socialización y las emociones con el cuidado de la salud y la calidad de vida, y este es un elemento que deberíamos cuidar y potenciar, ya que aunque el sector no pone demasiados "huevos" en la cesta del deporte de base, afortunadamente el viento es favorable. Sin embargo, estos datos generales positivos no muestran alguna de las amenazas que acechan al sector de tiendas de deporte, al menos al sector que hemos conocido hasta hoy, entre las que desde mi humilde opinión cabe destacar: El deslizamiento de ventas hacía el canal online, donde los distribuidores nativos digitales han ocupado el espacio de manera fundamental, se ha agilizado la entrada de operadores extranjeros y provocado una presión en precios jamás vista. Esto ha derivado, incluso, fenómenos adicionales como el showrooming y en estos momentos está provocando el cierre de un gran número de tiendas y centros comerciales en el mercado más maduro de todos, Estados Unidos. El crecimiento continuado del gran minorista del sector, el big blue francés, que asume el 25% de la facturación deportiva en nuestro país, circunstancia que logra casi en su totalidad con la venta de sus propias marcas, lo que supone un bocado importante para marcas, distribuidores y resto de tiendas. El crecimiento de puntos de venta propios de las marcas, tanto en lo que se refiere a factory-outlets, que provocan tanto una sobreoferta de producto de marcas de referencia, como mayor presión en precios, y un acortamiento de las temporadas, al menos de la temporada de ventas a PVPR, o lo más cercano posible de este; como la apertura de flagships o concept que colonizan las mejores ubicaciones de las ciudades restando clientes a los comercios minoristas, ya sean estos independientes, cadenas o tiendas de grupos. Los cambios en las políticas comerciales de las marcas, que están vaciando de contenido en muchos casos, a un buen número de tiendas, a las que se les niega el acceso a un producto que han vendido durante años o décadas y para el que disponen de clientes que les demandan ese producto. Tanto es así que, desde mi punto de vista, las relaciones comerciales en el sector han pasado de apoyarse en el histórico de la cuenta, a pesar lo que pesaba la última factura en el pasado cercano, y, en estos momentos, ni siquiera eso, pues una tienda pesa lo que pesará su próxima factura, la cual ya está determinada por el proveedor/marca, el cual la preconfigura, pues sabe que le negará el acceso a "x" referencias, o que sólo dispondrá de "x" unidades. El cierre de puntos de venta, en muchos casos históricos. A pesar de la tasa positiva de puntos de venta, en los últimos tiempos asistimos al cierre tanto de generalistas como especializados, los cuales tras una explosión de aperturas están empezando a sufrir, quizás por sobreoferta, a pesar de que junto a ellos ha crecido de manera importante el número de practicantes de muchos deportes como ciclismo, running, etc. Por tanto, mostrándonos satisfechos por el crecimiento global del sector, es evidente la preocupación de muchas tiendas ante el entorno actual y las dificultades que en muchos casos tienen para ocupar su lugar en el sector. Basta con hablar con cualquier detallista para reconocer su preocupación ante los cambios que está sufriendo el comercio minorista deportivo, y su inquietud para lograr eficacia y acceso a los productos que desean ofrecer a sus clientes. Evidentemente, serán diferentes las decisiones que deba tomar una tienda unilocalizada especialista, que una cadena multideporte, pero de lo que no cabe duda es que el mercado está cambiando a una velocidad de vértigo, y no sólo en lo que respecta a la omnicanalidad y otros aspectos que afectan al retail o la sociedad en general, sino en aspectos internos del propio sector. Mientras tanto, y sin embargo, el sector mantiene uno de los lastres más pesados de todo el retail, que no es otro que las larguísimas programaciones, una remora del pasado no adaptada al mundo actual y que nos aleja de manera exponencial del consumidor. Esta característica, en mi opinión muy cómoda para los fabricantes que limitan su riesgo y lo difuminan entre el atomizado sector detallista, quizá sea el pecado más grande que pueda tener el sector. Cómo algún monstruo del canal moda, que ya están testeando el canal deporte, decida hacer una apuesta seria en nuestro sector, necesitaremos 12 o 18 meses para empezar a combatirlos, un período que en el mundo actual es demasiado tiempo. ARTÍCULO DEL MES Carlos Grande Secretario general de ASECODE Mostrándonos satisfechos por el crecimiento global del sector, es evidente la preocupación de muchas tiendas ante el entorno actual y las dificultades que en muchos casos tienen para ocupar su lugar en el sector. El sector mantiene uno de los lastres más pesados de todo el retail, que no es otro que las larguísimas programaciones, una remora del pasado no adaptada al mundo actual y que nos aleja de manera exponencial del consumidor Datos... ¿positivos? TS 26

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