marcas de material duro que han apostado por esta categoría en los últimos años – principalmente Babolat Wilson y Head-. En textil, entran en juego Decathlon –con todo lo que ello conlleva- y las grandes multinacionales, que sacan partido a sus inversiones en patrocinio y dominan aplastantemente el mercado. Aunque, como en otros deportes, el textil es una categoría muy compleja, el trabajo de marcas como Nike, adidas, Asics o la española Joma está dando sus frutos. En definitiva: el tenis sigue teniendo un largo recorrido. Un recorrido sin sobresaltos y sin sufrimientos. El pádel poco más le puede “robar” y la salud del tenis dependerá, a partir de ahora, de la capacidad que tengan clubes, y marcas, de mantener viva esa cultura del tenis que sigue latiendo en nuestro país. Y sin nuevos practicantes, será la lucha entre marcas, con la tecnología como eje de las estrategias, la que marcará el futuro de este deporte. En cuanto al comercio, es probable que el tenis se mantenga como hasta ahora, con una presencia importante en grandes cadenas (especialmente en Decathlon, que controla más del 25% de las ventas en unidades), con algunas multideporte que, por ubicación o por tradición seguirán dándole un espacio importante, y con una red sólida de tiendas especialistas que, aun apostando por el pádel, mantendrán su cuota de tenis. PÁDEL: SIN MARGEN Sin margen comercial. Y sin margen de crecimiento… si las cosas no empiezan a cambiar. Así está el pádel. ¿Previsible? Pues dada nuestra manera de hacer las cosas, seguramente sí. Moda que llega, moda que quemamos. Y que haya más de 200 marcas de pádel lo dice todo. El pádel ha sido, junto al running, una de las grandes “sorpresas” de la última década. Su crecimiento en apenas 10-15 años ha sido, simplemente, espectacular. En todo. En practicantes, en instalaciones, en marcas, en lineales… Y durante años, cada año los crecimientos eran para sorprenderse. En el periodo 2012-2014, por ejemplo, este deporte sumó crecimientos cercanos al 50% en valor. Y con estos datos, es obvio que su presente y, sobre todo, su futuro, deberían invita al optimismo. El problema es que el pádel, como el running (aunque por motivos diferentes), se enfrenta a muchos “peros” a corto y medio plazo. Peros que tiene que ver, sobre todo, con su escasísima práctica más allá de España, Argentina y algún otro país, y con la exagerada lista de marcas que hay en el mercado. Una lista que, por cierto, sigue creciendo. Puesto que de las bondades de este deporte ya hemos hablado muchas veces, centrémonos en estas barreras que el pádel debe superar si no quiere morir de éxito. Y empecemos por la sobreoferta. Más de 200 marcas de palas es, simplemente, alucinante. Por ser suaves. Es cierto que el 80% venden poco o muy poco pero también lo es que la suma de estas pequeñas ventas acaba pasando factura a las grandes de este segmento, las que llevan años luchando por levantarlo, que invierten y que son, en definitiva, quienes dinamizan este mundo. Además, y probablemente eso sea lo más grave, estas pequeñas marcas tiene políticas comerciales poco éticas, por decirlo suavemente, que acaban afectando a todo el sector. La pregunta, a estas alturas, es obvia ¿Habrá selección natural? Y la respuesta no es precisamente fácil. Hace años la mayoría de nosotros hubiéramos pensado que sí, pero viendo cómo avanza el pádel, que pierde unas marcas pero gana otras muchas, si llega esta selección natural, lo hará dentro de mucho. Y seguramente será tarde. El pádel es el mejor ejemplo de que cuando un sector funciona la oferta se dispara. Exageradamente. Cuando empezó a despegar después de unos inicios complejos era un segmento dominado claramente por las marcas especialistas, muchas de ellas con raíces argentinas, país desde el que se exportó este deporte. Su crecimiento repentino no sólo dinamizó un segmento, sino que, además, conllevó un espectacular desembarco de las grandes marcas del tenis en este segmento. Todas, sin excepción – unas más rápido que otras- desarrollaron ESPECIAL TENIS Y PÁDEL TS 60 Sin margen comercial. Y sin margen de crecimiento… si las cosas no empiezan a cambiar. Así está el pádel. ¿Previsible? Pues dada nuestra manera de hacer las cosas, seguramente sí. Moda que llega, moda que quemamos. Y que haya más de 200 marcas de pádel lo dice todo.
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