El deporte, en especial el futbol, es capaz de arrastrar a las masas y de generar que la ciudadanía apoye y participe activamente, circunstancia extremadamente complicada en otros aspectos de la sociedad. Los españoles hemos asistido a diversas manifestaciones para defender a clubes de futbol que no han cumplido con sus obligaciones fiscales sin ir más lejos. Por su parte, las marcas deportivas, también están entre aquellas entidades capaces de generar un gran seguimiento, aunque no con la pasión de deportes como el futbol probablemente, si con gran entusiasmo como lo demuestras sus millones de followers. Sin embargo, en muchas ocasiones encuentro que a este tipo de entidades tan potentes les cuesta posicionarse detrás de proyectos que benefician el deporte de base. Cierto es que también hay ocasiones que apoyan causas sociales de promoción del deporte o de otro tipo, pero como espectador apreció una menor intensidad, y más como complemento o relleno en sus políticas de responsabilidad social que un verdadero compromiso. Aprovechando este espacio, quiero exponer un ejemplo. Hace más de tres años un camión atropellaba mortalmente a Oscar. No era un ciclista famoso, era sólo un cicloturista que además usaba la bicicleta para ir al trabajo a diario. El conductor se daba a la fuga, un conductor profesional que provocó una muerte por no respetar las normas de tráfico, 1,5 metros para adelantar a un ciclista. Su viuda, Anna González, @ANNAGONZALEZ01, no sólo tuvo que asumir el duro golpe de enfrentar su vida, y la de sus hijos, sin su marido, sino también encontrarse que la ley no castigaba la acción del conductor que mató a su marido y su no auxilio. La resolución judicial del Juzgado de Instrucción indicaba que la causa se archivaría, pues "sólo" había imprudencia temeraria, y no se consideraba que hubiera delito de omisión de socorro puesto que Oscar murió en el acto y no se podía socorrer a la víctima. Por suerte para las víctimas de atropellos (33 ciclistas y 118 peatones en 2016) Anna decide que su "injusticia" sea la última y comienza a explicar su causa a quien la quiera escuchar: Por desgracia, como en tantas ocasiones no hubo mucha gente que la quisiera escuchar, e incluso federaciones ciclistas y equipos negaron su apoyo a esa iniciativa. Afortunadamente para los ciclistas, su tenacidad fue más fuerte que las negativas y no cejó en su empeño e inició a través de la plataforma change.org una campaña para recaudar el mayor número de firmas y conseguir que el Gobierno reformara el código penal, para evitar que ninguna otra muerte en la carretera quedara impune y que aquel que provoque un accidente y se marche sin prestar auxilio, sea juzgado por omitir el socorro a la víctima, aunque sea declarada muerte en el acto. Así nació #PorUnaLeyJusta y por suerte la campaña alcanzó viralidad entre el colectivo de ciclistas. Hoy su propuesta ha logrado 203.454 firmas, y ha conseguido reunirse con todos los grupos políticos e incluso el Ministro de Justicia para explicar su causa. El pasado 2 de Marzo, Anna, arropada por algunos soldados que ha ido encontrando en el camino y se han unido a su causa, presentaba 200.000 firmas en el Congreso de los Diputados. Sinceramente, me cuesta mucho entender como esta causa no fue desarrollada antes por aquellas instituciones que tienen encomendada la defensa del colectivo ciclista, sus federaciones, más allá de la organización de las competiciones. Desde el año 2.000 más de 1.000 ciclistas han muerto en accidentes en nuestras calles y carreteras. ¿Acaso no era motivo suficiente para destinar algunos recursos de los que les entregamos de los presupuestos del Estado? Tampoco logro entender porque a las marcas les cuesta tanto apoyar este tipo de propuestas, o a los organizadores de pruebas ciclistas, ellos que tienen tanta capacidad para comunicar, por no hablar de los equipos ciclistas. Como cicloturista he apoyado esta campaña que gracias a Anna ha calado en el colectivo ciclista, poco dado a este tipo de alegrías. Un colectivo, el de los cicloturistas, en el que estamos más dispuestos a hacer varios cientos de kilómetros para acudir a una marcha en la que además de pagar la inscripción nos obligan a llevar un maillot del patrocinador principal que a asistir a una concentración de protesta por un compañero fallecido atropellado por alguien borracho o drogado. Desgraciadamente este individualismo que se ha instalado en nuestra sociedad es algo transversal, y la ausencia de líderes, así como de valentía para encabezar propuestas de este tipo nos hace peores. Resulta lamentable observar el estado en que se encuentran muchos deportes de base, que sólo siguen adelante por la pasión de los propios deportistas y el esfuerzo de padres y patrocinadores locales, para continuar. Por el contrario, propuestas ligadas al forofismo son capaces de lograr un seguimiento enorme. Como ejemplo sirva como tras el partido de Champios League en que se producía la mayor remontada de la historia de esta competición por el F.C. Barcelona frente al Paris Saint Germain, un ciudadano, como Anna, decidió proponer una campaña en change.org para que se repita el partido, . pues para muchos esta remontada se produjo gracias a un desaguisado arbitral. Para mi sorpresa y desesperación encuentro que en menos de una semana ha logrado casi 250.000 firmas. Mi queja, la cual ya he puesto de manifiesto a través de esta ventana en diversas ocasiones, es la poca atención y recursos que se dedican para los deportistas de base, por parte de aquellas entidades que deberían defenderlos con uñas y dientes (marcas, distribuidores, federaciones deportivas, administraciones públicas), mientras se dedican grandes recursos al postureo, o como en el caso abordado hoy como una industria como la ciclista cerró los ojos durante años a la muerte de sus miembros sin hacer nada. E incluso, cuando apareció un ángel para defenderles, se le negó el apoyo necesario... De injusticias y forofismos ARTÍCULO DEL MES Carlos Grande Secretario general de ASECODE TS 36 Resulta lamentable observar el estado en que se encuentran muchos deportes de base, que sólo siguen adelante por la pasión de los propios deportistas y el esfuerzo de padres y patrocinadores locales
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