TradeSport 251 - Febrero 2017

Múnich. Es obvio que la situación no es fácil y que muchas tiendas lo están pasando mal, pero la falta de interés por este punto de encuentro es, hasta cierto punto, preocupante. Muchas no tienen ni tiempo ni dinero para acudir a Munich, y en cierta manera eso puede entender, pero desde hace varias ediciones, sólo acuden al salón la mayoría de grandes operadores y algunas (pocas) tiendas especialistas. Y no parece que las cosas vayan a cambiar mucho ni en esta ni en próximas ediciones. La internacionalización cómo salvación Puede sonar alarmista, lo sabemos, pero el futuro de muchas empresas depende, sí o sí, de su capacidad para salir de nuestras fronteras. Evidentemente que una marca puede llegar sobrevivir operando únicamente en España, pero su recorrido será muy limitado. Demasiado como para convertirse en algo más que un negocio de supervivencia. Quienes quieran crecer, quienes quieran construir una marca sin limitaciones geográficas, tienen que ganarse un espacio en otros mercados. Y no hace falta que sea en los grandes mercados europeos; el mundo es muy grande y una marca puede ganar mucho músculo… en muchos mercados. La madurez que ha alcanzado algún segmento y, sobre todo, la crisis, han obligado a las empresas a buscar nuevas vías de crecimiento, siendo la internacionalización la más lógica… Así, no es extraño actualmente entre un 80% y un 90% de las empresas del sector de artículos deportivos tenga algún tipo de presencia más allá de nuestras fronteras y que, además, para muchas de ellas la exportación ya represente una parte fundamental de su negocio. Y de su futuro. Eso sí, que sea imprescindible no quiere decir, ni mucho menos, que sea fácil. Al revés. Es más bien complicado. Y costoso. Y como querer no es poder, muchas empresas, aun queriéndolo, no pueden –y no saben- ni intentarlo. Y aquí es donde ISPO gana sentido: la lista de marcas españolas que ganan cuota fuera es muy larga, aunque seguramente, salvo excepciones, las que están apostando más por la internacionalización y por su posicionamiento en nuevos mercados son las marcas que, precisamente, acuden a grandes ferias internacionales como ISPO, donde, además de posicionarse en los principales mercados de Europa, pueden intentar entrar con fuerza en mercados emergentes. Mercados en los que casi todas las marcas, sea cual sea su origen, parten de cero y el factor marca, en muchos casos, no tiene el peso que tiene en mercados más maduros. Además, es importante tener en cuenta que, hoy por hoy, España tiene buenas referencias. Por los éxitos de nuestros deportistas, sobre todo, pero también por la calidad de muchas de nuestras marcas, algunas de las cuales ya han demostrado su capacidad para liderar algunas categorías a nivel internacional. Quizás hace años el Made in Spain era una losa difícil de arrastrar, pero poco a poco, sobre todo desde el momento en el que las marcas españolas comenzaron a ganar presencia en las grandes ferias internacionales, especialmente en ISPO, este concepto empezó a cambiar, y aunque las balanzas comerciales aún demuestran que las importaciones están muy por encima de las exportaciones , el cambio se ha dejado notar. Seguimos idolatrando, porque sí, todo lo extranjero, pero ya no renegamos del producto nacional. Al contrario. Y una buena prueba de ello es que en los últimos meses muchas marcas nacionales copan las primeras posiciones en varios segmentos importantes. En definitiva, en plenos siglo XXI, y tras pasar una crisis de dimensiones considerables, ha quedado bastante claro que una empresa que comercializa sólo en una área geográfica es muy vulnerable, mientras que si vende a otros países puede mantener los flujos de ingresos en los mercados exteriores, compensar lo que no se consigue en el mercado local y minimizar el impacto de la estacionalidad en los mercados locales. Para todos aquellos que quieran seguir creciendo internacionalmente y, sobre todo, para aquellos que quieren iniciar su aventura internacional, ISPO es, sin duda, la mejor plataforma para mostrarse al mundo y abrir nuevos mercados. A día de hoy, quien no esté en ISPO tiene muy complicado salir fuera de nuestras fronteras y crecer. ¿Y de eso se trata, no? TS 25 El porqué del crecimiento de ISPO en un contexto tan movido tiene su lógica. Y hay que buscarla, sobre todo, en el modelo. En el modelo y en el momento. ISPO es la gran feria internacional del sector; una feria en la que, si se quiere exportar, hay que estar sí o sí. Y en un contexto como el actual es cuando los valores añadidos que aporta este punto de encuentro se hacen más necesarios: el salón es la mejor plataforma para abrir nuevos mercados. ISPO crece con agilidad. Agilidad para adaptarse a los cambios y para dar respuesta a las cambiantes necesidades de las marcas. El salón se reinventa para sobrevivir. Y, por ahora, sigue creciendo incluso ante la adversidad.

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