TradeSport 250 - Enero 2017

TS 53 2017 será un año complicado para el running. Un año de retos y, seguramente, de baches. Un año en el que tendrá que demostrar que su recorrido tiene más potencial que el que pueda arañar de su inercia. Un año en el que, en definitiva, tendrá que demostrar que la moda del running no ha tocado techo. A priori, viendo las cosas desde una perspectiva más global, que vaya más allá de la industria, el running sigue muy vivo. La práctica sigue en niveles muy buenos (comparados con los de hace una década) y, aunque a un ritmo mucho más moderado, se siguen ganando adeptos mes a mes. Eso, obviamente, conlleva que las ventas sigan manteniéndose más o menos estables –a nivel global-, aunque su fuerte progresión de los últimos años se ha visto frenada con cierta contundencia. Algo, por otro lado, bastante previsible. Es complejo saber qué pasara en el sector este 2017 y qué deportes van a tirar del carro durante estos 12 meses. El running, aun habiéndose frenado, seguirá siendo uno de los más dinámicos del sector. Por inercia y porque el margen de crecimiento en practicantes aun invita a cierto optimismo. Otro tema más peliagudo es ver cómo evolucionará el comercio y qué cambios se darán en el reparto de poderes, tanto entre marcas como, sobre todo, entre tiendas. Lo que muchos veían como una apuesta segura ha dejado de serlo. Por la sobreoferta, por el frenazo en las ventas, por la apuesta de las marcas por las tiendas propias y por muchos factores más vinculados a la gestión, al espacio y, también, al tipo de oferta. Hoy por hoy apostar por una tienda de running no es, ni mucho menos, una garantía de éxito. Probablemente jamás lo fue, aunque muchos lo creyeran. CRISIS Y SALUD, ALIADOS QUE SE MANTIENEN…POR AHORA Las razones que han convertido al running en un deporte con tanto recorrido hecho -y con mucho por recorrer- las hemos numerado miles de veces y creemos que, a estas alturas, todo el mundo tiene claro que su boom tiene mucho que ver con sus ventajas a nivel físico y psíquico y, también, con las consecuencias que, a nivel de ocio y gastos, ha tenido la crisis. Es una modalidad accesible (especialmente en inversión) y con múltiples ventajas a nivel de salud. ¿Qué pasará ahora que la crisis parece dejarse atrás? Es difícil hacer pronósticos, aunque viendo cómo han evolucionado las ventas esta última campaña de Navidad, parece claro que los gastos vuelven a dirigirse hacia el ocio y la electrónica. El poder adquisitivo de los españoles va recuperándose, y como habían previsto algunos expertos, las tendencias en el gasto vuelven a ser muy parecidas a las de hace una década, con la vista puesta en viajes, electrónica, informática, restaurantes… y dejando al deporte, de nuevo, en un plano un poco secundario. A nuestro favor o, al menos, a favor del universo del running, juega la adicción que provoca este deporte, del que algunos han entrado y salido en función de lo que llevaban en la cartera, pero al que muchos se han enganchado, convirtiéndose en corredores habituales tangan o no tengan más capacidad adquisitiva para hacer otras cosas. La duda, ahora, es saber si este target es capaz de sostener una industria que en la última década ha crecido exponencialmente sin preocuparse, demasiado, del futuro a medio y largo plazo. El verdadero reto empieza ahora, cuando, sin la complicidad de la crisis, unos y otros tienen que demostrar su capacidad para fomentar la práctica de este deporte porque, no nos engañemos, hasta la fecha se ha hecho poco y se ha confiado demasiado en el empujón que ha supuesto esta crisis. EXPRIMIENDO EL ÉXITO Una de nuestras costumbres más habituales. Y el running no se ha salvado. Durante meses, años, la demanda era muy buena y la oferta, además de serlo también, era bastante “razonable”. Pero apuntarse a un boom es relativamente fácil, y en muy poco tiempo la red de comercios especializados en running se disparó. Pero el problema no fue ese. El problema es que el running es un deporte que se “presta” mucho a ser trabajado por los comercios multideporte (por tradición) y con las ventas que ya había al principio del boom, y con las que se intuían, la presencia de este deporte en el canal multideporte se disparó, sobre todo en las grandes cadenas. Mucho pastel, pero mucho a repartir. Y claro, la especialización tiene un gran tirón, pero el poder de las grandes cadenas es casi infinito, y teniendo en cuenta que el target que ha disparado las ventas es, en sus primeros pasos, más de multideporte que de especialista, las cosas han acabado cambiando mucho. En relativamente poco tiempo se han abierto centenares de tiendas especialistas. Y muchas de ellas, no nos engañemos, con más corazón que cabeza. Muchas de estas tiendas han tenido –y aprovechado- cierto margen para crecer y consolidarse, pero desde hace algunos meses la oferta es bastante superior a la demanda. Y los cierres a las aperturas. Incluso de grandes especialistas que jamás hubiéramos pensado que bajarían la persiana. El segmento tiene que asumir que el hecho ESPECIAL RUNNING El running tiene que encontrar ese equilibrio donde la madurez de un segmento no es sinónimo de que esté quemado. Puede, y debe, convertirse en el nuevo fútbol. Un deporte estable, con ventas muy importantes y que se mantienen sin excesivos problemas año tras año. Buscando nuevas metas Dicen, con razón, que lo difícil no es llegar, sino mantenerse. El running ha llegado donde ha llegado sin demasiados esfuerzos. Casi sin quererlo. Con la crisis como principal aliada, este segmento ha visto como, en muy pocos años, se convertía en uno de los grandes estandartes del sector, sobre todo de la parte más técnica. Mirando atrás, todo son buenas sensaciones. El problema es que ahora hay que mirar adelante. Y la cuesta es empinada.

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