La aparición de Internet ha revolucionado, en los últimos años, el sector de artículos deportivos. Actualmente, Internet es una herramienta clave para cualquier empresa. Es determinante para establecer y reforzar su vínculo con el cliente, y también para la compra y la venta de productos. Lentos ante los cambios de la red El sector deportivo no ha sido nada ágil en la adaptación a Internet. Mientras las grandes marcas de otros segmentos más maduros y avanzados empezaban a trabajar con las redes sociales, la mayoría de marcas deportivas aún estaban construyendo sus páginas webs. No es de extrañar, pues, que cuando Internet se convirtió en una herramienta vital para captar, conocer y comunicarse, muchas marcas se quedaran sin respuesta. Y empezó a preocupar el papel creciente de Internet como plataforma de venta. El gran error fue no considerar como competencia ni a corto ni a medio plazo los pocos que empezaron a explotar esta vía de negocio, porque, rápidamente, esta se convirtió en muy importante. El gran problema es que quien ganaba terreno eran operadores nuevos, y no las empresas ya posicionadas en el sector. Cuando llegó la revolución online algunos culparon a la crisis de su auge, y no hicieron autocritica con su pasotismo y descredito frente a un fenómeno que era cuestión de tiempo que explotase. Su consolidación llegó con un nuevo formato de venta online: los clubs privados de venta con descuento. Su modelo de negocio era muy simple: vendía a través de la red los stocks de las marcas. Y lo hacían con grandes descuentos. La gran dificultad de estas empresas era encontrar a compradores, es decir, construir una base de datos lo suficientemente fuerte como para que su negocio tuviera sentido. Y con Internet y las redes sociales, todo fue mucho más sencillo. En poco tiempo estas plataformas se convirtieron en grandes gigantes con millones de seguidores en todo el país. Y, para las grandes marcas, la aparición de estas empresas fue muy positiva porque les permitían liquidar su stock con relativa facilidad. Las tiendas volvieron a sufrir con esta nueva realidad. La crisis ya les había golpeado y ahora las nuevas plataformas online apuntaban muy alto. Sin dilación alguna, se convirtieron en el enemigo, y así estamos hoy en día. Para sobrevivir, las marcas se han dado cuenta que tienen que actuar y adaptarse a la realidad. Es necesario que se acerquen al consumidor, y que lo hagan a través de Internet, porque las tiendas propias ya no son suficientes. La ley del mercado les ha obligado a reforzar su presencia en Internet, utilizar las redes sociales y vender directamente des de sus propias páginas web. No obstante, una vez decididos a hacerlo, hay que hacerlo bien. No vale montar una pequeña tienda online, sencilla y con precios invencibles. Para conseguir que la venta online sea una nueva vía de negocio hay que gestionar bien los recursos. Dedicarle tiempo, dinero e ideas, y explotar al máximo todas las herramientas que ofrece la plataforma. Hay que apuntar alto y no contentarse con que la tienda online sea un complemento de la física. Sin embargo, muchas tiendas, lo que tienen que hacer en vez de gastarse el dinero en un proyecto online sin un valor añadido diferencial es, apoyándose en la red, buscar alternativas para generar tráfico en la tienda física. Porque, hay que ser realista, las ventas online a medio y largo plazo ya tienen dueño, y son los operadores especializados. La subsistencia de los comercios en los próximos años pasa por la tienda física, y es esta guerra la que deben disputar. Y en esa guerra las reglas del juego han cambiado e Internet es la mejor arma. Finalmente, las marcas han acabado asumiendo que el futuro del comercio lo marca Internet. Se han resistido, pero la evidencia ha hecho que crean en ello y que entiendan que su supervivencia pasa más por el consumidor que por sus clientes, y que si no construyen marcas acabarán perdiéndose unos y otros. A su alcance tienen, además, una amplia variedad de alternativas para ganar eficiencia en producción, venta y, sobre todo, liquidación de stocks. Las tiendas, por su lado, deben entender que los outlets online y las marcas no son sus enemigos. La gran fuerza de Internet es que pone las mismas herramientas al alcance de todos, y los esfuerzos del comercio deberían centrarse en aprovechar estas herramientas. Y, también, en darse cuenta de que si suman esfuerzos, aún pueden sacarles mayor provecho. TS 50 El gran cambio La irrupción de Internet transformó por completo las reglas del juego. La fuerza que cogió en poco tiempo generó muchos recelos, pero hoy en día tanto marcas como tiendas, han asumido que la red es una herramienta clave para entender y llegar al consumidor ESPECIAL 250 WWW Las marcas han acabado asumiendo que el futuro del comercio lo marca Internet. Se han resistido, pero la evidencia ha hecho que crean en ello y que entiendan que su supervivencia pasa más por el consumidor que por sus clientes, y que si no construyen marcas acabarán perdiéndose unos y otros.
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