TradeSport 250 - Enero 2017

Después de largos años de bonanza en que muchas marcas españolas estaban ganando terreno en el mercado extranjero, la crisis económica ha supuesto un importante revés para las aspiraciones de muchas empresas. No obstante, y pese a las condiciones negativas del momento la exportación sigue siendo el objetivo prioritario de las grandes – y pequeñas- marcas nacionales. Las empresas españolas nunca han destacado por sus exportaciones. Al contrario, España, siempre se ha considerado, y especialmente durante los años del Franquismo, uno de los países con mano de obra barata, hecho, que obviamente no permitía a las empresas españolas ser competitivas en Europa o en el resto del mundo. Sin embargo, una vez alcanzada la democracia el país fue poco a poco perdiendo distancia con el resto de Europa. Las empresas españolas empezaron a creer en sus posibilidades y los países desarrollados dejaron de ver España como un país en el que establecer parte de su producción. Empresas nacionales comenzaron a ganar terreno en Europa y en el resto del mundo, y España poco a poco fue equilibrando sus exportaciones con sus importaciones. Actualmente, tanto la sociedad española como sus empresas se han equiparado al resto del mundo desarrollado, y en consecuencia los productos españoles se han convertido en una referencia mundial. Con este panorama, las empresas españolas han afrontado el reto de la internacionalización con muchas más garantías que antaño. Confianza, Know How y, sobre todo, una calidad más que contrastada. Con esta fórmula, las empresas nacionales se han hecho un sitio, no sólo en los países donde tradicionalmente España ha exportado (Francia, Italia y algunas economías del sur de América), sino, también, en nuevos mercados emergentes, como China, India o Europa del Este. En la industria deportiva, la historia sobre su internacionalización ha sido prácticamente la misma. Poco a poco, sobre todo desde que las marcas españolas comenzaron a participar en las grandes ferias internacionales la tendencia empezó a cambiar. No obstante, las balanzas comerciales aún demuestran que las importaciones están muy por encima de las exportaciones. Des de principio de siglo, las marcas nacionales se han equiparado a las grandes multinacionales, sobretodo en calidad de materiales, en diseño y en imagen. Además, la madurez de algún segmento y la crisis han obligado a las empresas a buscar nuevas vías de crecimiento, siendo la internacionalización la más lógica. Así, en 2017, entre un 87% y un 92% de las empresas de artículos deportivos han tenido presencia en el extranjero, convirtiendo las exportaciones parte fundamental de su negocio. Las marcas españolas que están apostando más por la internacionalización y por su posicionamiento en nuevos mercados son las que acuden a las grandes ferias internacionales, especialmente a ISPO. Marcas, especialmente, vinculadas al Outdoor, hecho que denota la fuerza del sector a nivel nacional. Sus productos ejemplifican claramente que a nivel de calidad no hay nada que envidiar a las grandes multinacionales: se trabaja con materiales de última generación y garantizan la misma calidad. La calidad, factor clave La calidad es y ha sido la clave de este crecimiento. Muchas marcas nacionales no pueden hacer grandes inversiones en marketing, por lo que su gran valor añadido es el producto. Prácticamente en todos los sectores hay marcas españolas que son pioneras en innovación y tecnicidad, y con ello, las marcas han conseguido que la percepción de los europeos respecto a la calidad de los productos españoles haya cambiado mucho en los últimos 20 años. Además, a la calidad, hay que sumarle, en muchos casos, los precios competitivos que son capaces de generar demanda y, sobre todo, aportar margen al detallista, un aspecto que muchos países tienen en cuenta a la hora de importar. También hay que tener en cuenta, en la escalada de la industria deportiva, el protagonismo que ha tenido el deporte profesional. Los Alonso, Nadal, Gasol, el Barça, la selección nacional de Fútbol y de Baloncesto y un larguísimo etcétera han puesto a España en el punto de mira de todo el mundo. Nueva gestión, nuevos límites La mejora de las exportaciones también ha tenido que ver con los cambios que ha habido a nivel comercial, motivados por las nuevas herramientas de gestión, de comercialización y de comunicación, y las mejoras en las infraestructuras, que han evolucionado considerablemente en las últimas tres décadas. Además, cabe destacar el papel clave de España en el comercio mundial por su ubicación, sobre todo en el comercio marítimo. Francia, Italia, Portugal y Alemania son los países que más se benefician de las exportaciones españolas. Tras ellos están países como Reino Unido, Estados Unidos u Holanda. Y copan las 25 primeras posiciones Japón, Marruecos, México, China o Canadá. Aunque, no hay que olvidarse de los mercados emergentes, que están ganando cuota a marchas forzadas. En estos mercados emergentes casi todas las marcas parten de cero. Así, es probable que a corto y medio plazo los países del continente ganen peso, igual que nuevos mercados como China o la India. Países donde, además, y gracias sobre todo a los éxitos de los deportistas españoles, España tiene muy buena imagen. Las marcas nacionales lo saben perfectamente y están volcando muchos esfuerzos en estos mercados. El Made in Spain ha dejado de ser un latiguillo peyorativo. Ahora es todo lo contrario. Es un orgullo de pertenencia, una garantía de calidad. España ha demostrado que tiene capacidad para hacer las cosas muy bien y, sobre todo, para exportarlas a todo el mundo. La calidad, el esfuerzo y el empeño no tienen fronteras. Y para muchas marcas españolas, su futuro tiene que ser el mundo. TS 48 Exportar para sobrevivir Confianza, Know How y, sobre todo, una calidad más que contrastada. Con esta fórmula, las empresas nacionales se han hecho un sitio, no sólo en los países donde tradicionalmente España ha exportado, sino, también, en nuevos mercados emergentes ESPECIAL 250 INTERNACIONALIZACIÓN

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