En la lista de factores que han impulsado el crecimiento del bike también deberíamos añadir, en la posición que creamos oportuna, el boom de las bicis urbanas, que mantienen su buen comportamiento, sobre todo en aquellas zonas donde las instituciones locales o regionales están promoviendo su uso como transporte urbano. Siguiendo con la lista, y aunque a más de uno le pese, tampoco podemos ignorar el papel que ha jugado Decathlon en la promoción del bike. La cadena gala ha vendido miles y miles de bicicletas de primer precio y aunque a priori pueda representar un problema, el hecho de que el comercio se haya especializado tanto le convierte, más bien, en un aliado. Las tiendas especialistas no han entrado jamás en la guerra de precios. No pueden ni deben tener bicicletas con precios como los que ofrece Decathlon, pero han sabido aprovechar muy bien la estela que deja del cadena gala, líder indiscutible entre los que se inician en la mayoría de deportes. Si el comercio multideporte tocase el bike y, además, lo hiciese, como hace con otros segmentos, explotando el primer precio, Decathlon sería un problema. Pero para el comercio especializado, es un aliado, un dinamizador. Por último, no podemos olvidar la importancia que ha tenido el crecimiento y consolidación de modalidades más “arriesgadas” como el freestyle, el freeride, el enduro o el descenso, claves para que el segmento atrajera un target fundamental –jóvenes de 14 a 20 años- que, por sus características, representan una oportunidad única para cualquier sector y que, hasta no hace mucho, apenas tenían peso en el mundo de la bicicleta. El bike ha demostrado, con su evolución en la última década, que no es una moda pasajera. Su potencial, una vez separada la crisis, sigue siendo muy bueno. La gente cada vez se preocupará más de su salud, el deporte – esperemos- crecerá y es probable que uno de los segmentos más favorecido sea el bike. La especialización probablemente se acrecentará y a medida que las modalidades con mayor demanda se vayan consolidando, aparecerán tiendas superespecializadas por categorías. Y a estas alturas ha quedado bastante claro que el bike es un canal independiente del canal deporte y que la tienda multideporte tiene poco margen, o ninguno, para aprovecharse de este segmento. Dedicarle mayores esfuerzos a deportes como el running o el trekking es hasta cierto punto fácil, pero el bike es un universo mucho más complejo al que a priori sólo tienen acceso las grandes cadenas. España aún está muy por debajo de otros países europeos en ventas y practicantes, de manera que el recorrido del bike aún es considerable. Hay y habrá demanda, el comercio especialista es fuerte y se sigue consolidando y la bici ganará protagonismo en las ciudades. Todo nos invita a ser optimistas. Ahora bien, el segmento también tiene muchas asignaturas pendientes, sobre todo a nivel “interno” que debe solucionar para seguir creciendo: el bajo margen con el que se trabaja, sobre todo en material duro; el taller (que no es rentable pero hay que tenerlo) y las garantías. Y tampoco podemos olvidarnos de dos “protagonistas” que ya tienen una incidencia determinante en el devenir de este universo: las tiendas propias e Internet. El caso del esquí es muy diferente al de otros segmentos como el running o el bike. Éstos, a lo largo de los últimos años han tenido algún bache pero en general su comportamiento ha sido bastante bueno, con crecimientos considerables en el global de estos años. El esquí, sin embargo, es un caso aparte. Creció durante los 90 (mucho menos de los que algunos auguraban) pero en los últimos años ha caído en picado (con alguna temporada salvando los muebles). El motivo no hay que buscarlo sólo en un descenso de la cifra de practicantes ni en la competencia de otras modalidades. Ni siquiera en la crisis. Nuestro gran enemigo, quien realmente ha abierto los ojos al mundo de la nieve, ha sido el tiempo. Las cosas empezaron a ir mal a mediados de la primera década de este siglo. 2006 fue un año de mucho calor en invierno y saltaron las alarmas. Y la cosa fue a peor con un segundo año malo. Desde entonces las cosas han cambiado mucho. Ha habido buenos invierESPECIAL 250 1993-2017 TS 42 El consumidor ha cambiado por completo en los últimos 20 años. Es infinitamente más imprevisible y no es fácil ajustarse a sus preferencias. Ahora todo es mucho más heterogéneo, y las diferencias entre targets potenciales pueden ser abismales. ESQUÍ
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