TradeSport 250 - Enero 2017

alarmante. Y más teniendo en cuenta la fuerte progresión que se había experimentado en desde principios de siglo y, sobre todo, el grado de especialización que se había alcanzado. El pasado más reciente del Outdoor le debe mucho a modalidades como el senderismo, el trail running y, también, la moda. Estos universos han sido claves para equilibrar el retroceso que ha experimentado el textil en segmentos más técnicos, donde, en una época en la que incluso los deportistas habituales miran con mucho más cautela las etiquetas, el elevado precio medio de las prendas ha sido un freno para mantener el buen comportamiento de los últimos años. Ahora, en plena recuperación, el sector es plenamente consciente de que el Outdoor, a corto, medio y largo plazo, y aun sufriendo baches, se mantendrá como uno de los deportes con mayor potencial. Es y seguirá siendo uno de los grandes motores del deporte y aunque seguramente muchas de sus categorías, empezando por el textil, seguirán condicionadas por factores poco controlables como las crisis o la meteorología, las modalidades más accesibles y asequibles ganaran adeptos a un buen ritmo, como lo han hecho en plena crisis. La naturaleza ha ganado protagonismo en un mundo cada vez más estresante, y en este sentido es lógico que deportes como el trekking, el senderismo o el trail running haya ganado tantos seguidores en 20 años… y sigan haciéndolo ahora. El outdoor ha sido bastante maduro a la hora de detectar las causas de sus baches y está más que preparado para seguir avanzando y, sobre todo, para explotar las herramientas que tiene para seguir creciendo. Hay que ser optimista, porque tenemos razones para serlo. Razones que tienen mucho que ver, sobre todo, con la accesibilidad que tienen, ahora, muchas modalidades vinculadas al universo Outdoor, desde quienes suben 4 o 5 miles hasta quienes van a buscar setas un domingo por la mañana. Lo bueno del outdoor, por mucha crisis que haya, es que tiene muchos consumidores potenciales… y muchas oportunidades para crecer. Y en todo los “niveles”: las modalidades más técnicas y exigentes ganan practicantes a un ritmo lento pero regular y el target más importante para marcas y tiendas a día de hoy, el que hay debajo de todo (gente que va poco a la montaña o que, simplemente, les gusta el look outdoor para su día a día) tiene un recorrido espectacular. Las marcas lo saben perfectamente y han tardado muy poco en adaptar sus colecciones a esta realidad. Sin renunciar a sus líneas más técnicas han entendido que no todo el mundo va a subir al Everest, y aunque la tecnicidad sigue siendo uno de los grandes reclamos de este tipo de prendas, para hacer un poco de deporte y disfrutar de la naturaleza –lo que quiere la mayoría de gente- no es necesario tener ni una chaqueta de 700 euros con una columna de agua de 50.000 ni unas botas de 250 euros que han sido diseñadas para alpinistas expertos. Y ese ha sido el gran punto de inflexión de los últimos 15-20 años en el mundo Outdoor: la “reconversión” de las marcas, que por la razón que sea –básicamente para sobrevivirse han adaptado a la realidad del mercado y han impulsado con fuerza líneas más “popuEl Outdoor ha sufrido en los últimos años después de una época bastante buena, pero el boom de determinadas modalidades y, aunque parezca paradójico, el empujón que nos ha dado la crisis, ha ayudado al Outdoor a esquivar los baches, tomar aire, y seguir su ascensión. TS 31

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx