TradeSport 249 - Diciembre 2016

TS 44 buena acogida, sobre todo las nuevas ediciones de modelos míticos y el relanzamiento de viejos clásicos. No se utilizan para jugar, pero eso poco importa. Son ventas y eso es lo que cuenta. Para el comercio y para que el segmento siga siendo tan dinámico como en los últimos años. Pero más allá de las barreras que pueda encontrarse el baloncesto en su camino, lo que es incuestionable es que con tantos practicantes y seguidores en todo el mundo y, en especial, en Estados Unidos, las marcas van a seguir volcándose en é, con importantes inversiones en I+D y, también, en patrocinios. Las ingestas cantidades que se invierte en I+D pero, también –o sobre-todoen patrocinios de jugadores, equipos o ligas, son una garantía de que la rueda no va a dejar de girar. Y de que el baloncesto genera mucha demanda. De calzado, de equipaciones para jugar y, también, de réplicas. Sólo basta con analizar las ventas de, por ejemplo, los equipos de la NBA (en todo el mundo) para darse cuenta de lo que se mueve este deporte. O las miles y miles de camisetas que también se venden de equipos ACB, especialmente en zonas de gran tradición y/o con equipos punteros. BALONMANO, VÓLEY O HOCKEY: BUENA BASE… PERO ESCASA COBERTURA MEDIÁTICA Es obvio que una buena parte del peso que tienen fútbol y baloncesto se debe a su gran poder mediático. La base de practicantes es buena, pero es, sin duda, su presencia en los medios y todo lo que genera en ellos, lo que da fuerza al sector. Y es precisamente este protagonismo mediático lo que impide que otros deportes de equipo puedan crecer más allá de la práctica, especialmente de la escolar. En España, el tercer deporte en equipo más importante es, después de fútbol y baloncesto, el balonmano. Y está a años luz del baloncesto. Este deporte cuenta con poco más de un 10% de las licencias que tiene el futbol y su práctica –como otros deportes de equipos- está bastante focalizada en determinadas zonas. Lo mismo pasa con el Vóley (quizás menos “zonal”) o con el Hockey, cuarto y quinto deporte, respectivamente. A diferencia de estos dos últimos, el balonmano sí tiene cierta presencia en los medios porque la liga nacional cuenta con equipos punteros en Europa y porque nuestra selección ha logrado importantes metas a nivel europeo y mundial. Aun así, la práctica entre los más pequeños es relativamente baja y son muy poco los clubes que apuestan por este deporte. AL final, la parte más positiva de estos deportes es que su cifra de practicantes es muy estable. Baja, pero estable. Quizás el Balonmano si ha tenido algún descenso importante, pero en general, pocos cambios. Las escuelas y clubes que tradicionalmente han apostado por estos deportes siguen haciéndolo, y aunque su caída en practicantes a partir de ciertas edades (cuando acaba el colegio) es espectacular, la verdadera base, los más pequeños, sigue siendo muy sólida. En cuanto a las ventas, poco que decir. Son deportes que, en el fondo, son muy minoritarios, y la oferta suele ser muy limitada, casi siempre a marcas muy especializadas que, generalmente, han apostado por estos deportes por la fuerza que tienen en otros mercados. El balonmano se salva un poco del ostracismo en tiendas multideporte, pero el resto, o tienen presencia en comercios muy especializados en zonas donde esos deportes tienen una larga tradición, o Decathlon es la única alternativa. PROTEGER EL DEPORTE No todo es fútbol. Hay muchos más deportes de equipo que deben ser protegidos. Por la base que tienen y por su recorrido. Además, son deportes mucho menos pervertidos por el dinero y donde el deporte base es el verdadero pilar. Y eso hay que cuidarlo mucho. Son deportes que suelen practicarse en muchas escuelas y clubes, pero también tienen una tasa de abandono muy elevada a partir de la adolescencia. Y eso hay que intentar corregirlo. Sin apoyo mediático ni institucional es imposible crecer pero, también, es más difícil animar a los más pequeños a apostar por ellos. Y eso sí es un problema. Hay vida más allá del fútbol y no nos podemos jugar todo a la tradición de la que hablábamos antes o al empeño de clubs históricos. Y mucho menos poner nuestras esperanzas al apoyo que puedan tener de determinadas tiendas o de los pocos grandes operadores que venden material. Que la base no se rompa dependen de muchos factores, y algunos de ellos, por desgracia, escapan de lo puramente deportivo. Sin apoyo mediático ni institucional es imposible crecer pero, también, es más difícil animar a los más pequeños a apostar por ellos. Y eso sí es un problema. Hay vida más allá del fútbol y no nos podemos jugar todo a la tradición que puedan tener ciertos deportes. Es obvio que una buena parte del peso que tienen fútbol y baloncesto se debe a su gran poder mediático. La base de practicantes es buena, pero es, sin duda, su presencia en los medios y todo lo que genera en ellos, lo que da fuerza al sector. Y es precisamente este protagonismo mediático lo que impide que otros deportes de equipo puedan crecer más allá de la práctica, especialmente de la escolar. DEPORTES DE EQUIPO

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