todo a raíz del boom de deportes como el bike, el trail, el running o el triatlón. Deportes donde esta primera capa tiene un papel determinante en el rendimiento del atleta. Antes que nada conviene aclara, rápidamente, qué es exactamente una primera capa. La respuesta es simple: es la capa que está en contacto con nuestra piel. Al ponernos en movimiento, el cuerpo aumenta su temperatura corporal y pone en funciona¬miento el mecanismo de refrigeración que denominamos comúnmente sudor. A pesar de que este proceso tiene efectos obviamente positivos sobre nuestro organismo, el mante¬nimiento de esta humedad bloqueada sobre nuestra piel puede jugarnos malas pasadas, haciendo que perdamos una temperatura inte¬rior de confort. Y aquí es donde entran en juego las primeras capas, cuya principal función es evacuar hacia el exterior este sudor. En este sentido, lo importante es que las prendas -camisetas o mallas- sean absorbentes, muy transpirables y sequen rápido. A partir de aquí, las posibilidades son infinitas; en marcas, en modelos, en tipologías de producto –manga corta, larga, sin mangas, piratas, shorts, con o sin cremalleras…-, y también en espesor (con mayor o menor capacidad aislante) ya que, para situaciones de frío, es aconsejable que tengan cierta capacidad térmica, lo que supondrá también un aumento del peso. Por este motivo son muy interesantes las propuestas que combinan tejidos de mayor transpirabilidad en zonas como las axilas y tejidos con mayor gramaje en pecho y espalda. LARGO RECORRIDO El porqué de su éxito, como todo lo técnico, hay que buscarlo en la especialización: en la tecnicidad como valor indispensable para maximizar dos aspectos fundamentales para cualquier atleta: el rendimiento y la protección. Esta especialización conlleva, obviamente, una gran evolución tecnológica, así que, gran parte de su éxito, debe atribuirse a las marcas que, conscientes de la necesidad de dar respuesta (o nuevas respuestas) a los deportistas, han apostado a ciegas por esta categoría (en producto y, también, en comunicación), evolucionando sobremanera esas sencillas primeras capas técnicas cuya función básica era calentar el cuerpo –las llamadas prendas térmicas- que se usaban, básicamente, en deportes como el esquí o el alpinismo. Ahora, en pleno boom de lo atlético, la oferta es espectacular, con una innovación tecnológica brutal y un abanico de funcionalidades que van mucho más allá de calentar y expulsar el sudor al exterior. La oferta, dividida en tres grandes grupos (las primeras capas térmicas; las primeras capas técnicas pero no térmicas y, finalmente, las prendas de compresión –que pueden ser o no ser térmicas) es cada vez más amplia y la competencia, obviamente, es muy fuerte. El margen de recorrido en innovación podría parecer cada vez más limitado, pero año tras año las marcas dan una vuelta de tuerca a sus productos y diseñan nuevas funcionalidades que, además de mejorar el producto, sirven para que los habituales de este tipo de prendas no tengan dudas a la hora de renovar su armario. Habituales que, El margen de recorrido de las primeras capas es, aún, muy amplio. Y lo es, sobre todo, por la identidad que se ha construido. Con una buena demanda y las marcas apostando muy fuerte por esta categoría, no parece que a corto o medio plazo su progresión se vaya a ralentizar. TS 71
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx