TradeSport 248 - Noviembre 2016

El Outdoor, como el resto de segmentos –y creo que sin excepciones- también ha sufrido su propia crisis. Es probable que ésta le llagase un poco más tarde que a muchos otros segmentos y sectores, pero al final, nadie escapa. Ni siquiera aquellos universos que en los últimos años no han parado de crecer. Y como muestra, un botón: running y bike, superada la crisis, han visto frenada su fuerte progresión. Y quizás su caso sea aún más preocupante, porque no obedece a un factor meramente económico. Pero volvamos al Outdoor, que es el tema que nos ocupa. Los primeros años de la crisis apenas le afectaron. Al contrario. Sus crecimientos en ventas no fueron especialmente espectaculares pero sí logró ganar muchos practicantes. Al fin y al cabo, la mayoría de sus modalidades, especialmente las de perfil más bajo, eran muy asequibles. Y accesibles. Y eso, en una crisis incipiente, y con visos de ser cruenta, era una gran ventaja. Deporte, naturaleza y economía. El potencial era enorme. Y como hemos dicho, en los primeros meses se cumplió. Incluso con la meteorología en contra. Pero como era previsible, las cosas acabaron torciéndose un poco. O mucho. Y no precisamente en practicantes. La economía y, también, el tiempo, acabaron dando un ligero revés al Outdoor. Un revés que no fue peor por el contrapeso que hicieron trail y travel. Dicho esto, y mirando la evolución del Outdoor desde una perspectiva más alejada, es bastante obvio que pese al frenazo que haya podido sufrir en los últimos 2-3 años, los deportes de montaña llevan una muy buena progresión en la última década, que no ha sido precisamente fácil.Y no sólo por la crisis, porque cuando muchas modalidades Outdoor han sufrido, no ha sido exclusivamente por razones económicas vinculadas al consumo sino más bien por factores climatológicos que no se pueden ni preveer ni controlar y que, lógicamente, tienen una incidencia muy directa en las ventas. Especialmente en las de textil. Probablemente la gran “suerte” del Outdoor, a nivel global, es que, pese a los contratiempos económicos y meteorológicos, ha conseguido que algunas de sus categorías, como el calzado, aguantasen las embestidas y, sobre todo, que algunas modalidades se convirtiesen en deportes de tendencia, en modas que acaban conformando un subsegmento con identidad propia, capaz de dinamizar la industria y dar un empujón al universo Outdoor a pesar de las complejidades que lo rodean. Y entre estas modalidades sobresale, con diferencia, una: el trail running. MARGEN DE CRECIMIENTO Sí, sin ninguna duda: el Outdoor sigue siendo uno de los universos con mayor margen de crecimiento del sector. Y lo sigue siendo, básicamente, por una razón: por el enorme peso que tiene, y tendrá, todo lo que tenga que ver con la naturaleza y el bienestar. El oudtoor ha pasado un bache. Quizás aún este acabando de superar los últimos surcos de esta travesía, pero el potencial sigue siendo enorme. Y lo sigue siendo, sobre todo, porque las causas están bastante identificadas. Una es simplemente incontrolable y la otra tiene más que ver con el gasto que con la práctica.Y eso, aunque parezca extraño, no deja de ser una buena noticia, porque el “enemigo no lo tenemos dentro. El gran aval que tiene el Outdoor para que su potencial nos de plena confianza es, sin duda, su accesibilidad. El gran abanico de modalidades que se engloban bajo su paraguas le convierte en un universo en el que cualquiera puede entrar. Unos, más expertos y exigentes, pueden irse a subir cumbres de 4.000 para arriba; otros se conforman con un buen treking ligero; algunos –cada vez mássimplemente quieren correr por la montaña; y también hay quien, un domingo por la mañana, se van a recoger setas o a pasear al perro. Todos ellos, desde el alpinista extremo hasta el que pasea por caminos llanos sin ninguna dificultad técnica, son el futuro de marcas y tiendas. El futuro del segmento. Un futuro en el que tienen mucho que decir las llamadas modalidades de bajo impacto (trekings ligeros, senderismo, walking…), motor del Outdoor durante muchos años (y base sobre la que debe sustentarse el crecimiento en los próximos años) y, sobre todo, el trail. Esta modalidad, a medio camino entre running y Outdoor (ese es su gran valor) ha sumado practicantes a un ritmo espectacular. Este crecimiento en practicantes, lógicamente, se ha traducido en un crecimiento de las ventas, tanto de textil como, sobre todo, de calzado (donde generalmente el consumidor suele apostar más por las gamas medias o altas). Pero más allá de lo estrictamente “técnico”, no hay que olvidarse, por muy puristas que seamos, que hoy por hoy, y seguramente durante mucho tiempo (crucemos los dedos) el ESPECIAL OUTDOOR Más allá de lo estrictamente “técnico”, no hay que olvidarse, por muy puristas que seamos, que hoy por hoy, y seguramente durante mucho tiempo (crucemos los dedos) el target más importante para marcas y tiendas, por el volumen que representa, es el que hay debajo de la pirámide. Reanudando la ascensión... pendientes del tiempo El oudtoor ha pasado un bache. Quizás aún esté acabando de superar los últimos surcos de esta travesía, pero el potencial sigue siendo enorme. Y lo sigue siendo, sobre todo, porque las causas están bastante identificadas. Una es simplemente incontrolable y la otra tiene más que ver con el gasto que con la práctica. Y eso, aunque parezca extraño, no deja de ser una buena noticia. TS 24

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